Puta adolescente Elizabeth 5

Puta adolescente Elizabeth 5

Puta adolescente Elizabeth 5

Nuestra agraciada colegiala se despertó toda desnuda y adolorida en la cama de su amiga, al abrir sus ojos verdes lo primero que pudo ver fue a Claudia ya vestida, la rubia estaba de minifalda y con una blanca blusa primaveral mientras alisaba sus rubios cabellos, fue en eso que la fresa estudiante al girar su cara se percató que su tímida amiga también ya se había despertado.

–Hola Elizabeth    … que tal dormiste…!?, -le consultó dándole los últimos retoques a su cabello y mirándose de distintas posiciones al espejo.

A la chamaca con solo sentir su desnudo cuerpo pegajoso sumándole la humedad que existía en la cama rápidamente  se le aclaró la mente y se le vinieron las imágenes de las largas e intensas horas de sexo lésbico que había mantenido con su amiga de la infancia durante toda la noche, por ende como un rayo tomó una de las sabanas que estaban caídas a un lado de la cama y se tapó hasta el cuello, el pudor y la vergüenza nuevamente imperaban en su tímida personalidad.

–Claudiaaaa…! Ehhhh… qué hora es?, -fue lo único que atinó a preguntar sin siquiera poder mirar a su amiga a la cara.

–Son las 12 del día…!, -le contestó la rubia de lo más relajada.

–Queeee…!? pero como es tan tarde…!?, -automáticamente la preocupada chamaca se dio a mirar el lugar en donde había quedado su ropa, sus calzoncitos rojos los vio que estaban destrozados y tirados en el suelo.

–Y que mas quieres?, -la voz de su amiga del alma nuevamente atraían su atención, –ps… yo encuentro temprano para lo hora en que nos dormimos, si no te acuerdas ya estaba claro cuando lo hicimos por última vez…, -le dijo Claudia mirándola en forma maliciosamente  traviesa a la misma vez que giraba su cuerpo para quedar de frente a la cama para que a Elizabeth    no le quedaran dudas a lo que se refería, para luego decirle… –Porque… recuerdas lo que hicimos anoche verdad?.

Elizabeth    imperiosamente necesitaba que llegaran los ovnis y se la llevaran a la galaxia más lejana posible al estar su amiga recordándole en sus mismas narices que se habían “acostado”. Hasta que  a sabiendas de no poder negar lo innegable le contestó:

–Ay Clauuu…! Si…, lo recuerdo…! Pe… pero por favor ya no le empieces si…!? Que me da pena…!!, además que eso no volverá a ocurrir entre nosotras…, -le dijo la muy avergonzada nena mirando hacia cualquier parte de la habitación.

–Jijiji… si claro…!!!, -Claudia mientras le contestaba guardaba las llaves de la casa y su celular adentro de su bolso.

–De verdad…!! Yo no quería hacerloooo…!!!! Por favor créeme… lo jurooooo!!!!, -continuaba chillando la mamasota quien ahora estaba acostada de lado en la cama tapándose férreamente hasta la altura de las tetas.

La rubia que más o menos calculaba que Elizabeth   empezaría con sus cosas también le hizo saber sus impresiones, (claro que en forma amigable):

–Como tampoco querías hacerlo con tu ramillete de enamorados, verdad Elizabeth    ?, -ahora la atractiva y toda producida Claudia cerraba su bolso y miraba a Elizabeth   un poco más seriamente.

Nuestra nena no hallaba donde meterse, recordaba muy bien las intimas revelaciones que le había hecho solo hace horas.

–Yo no te he mentido Claudia…!, -exclamó de pronto Elizabeth    , –Ya te expliqué que en ciertas ocasiones no se qué es lo que me pasa… De verdad…!!! –Y lo de anoche… lo de anoche… eso no debió haber ocurridoooo…!!!

–Bueno… si tu lo dices… que así sea, jijiji… como Usted mande mi capitana!!, Jijijiji…!!!, -Claudia quien ya estaba en estado normal no dejaba de sorprenderse entre la gran diferencia que existía entre esa chamaquita de su misma edad que estaba ahora en la cama tapando su cuerpo en forma pudorosa, ella no tenía nada que ver con la otra poderosa y lujuriosa amazona que no se cansaba de tener orgasmos y hablar guarrerías de grueso calibre a la hora de mantener sexo con la que se había estado revolcando la noche entera, las dos eran la misma, se decía la joven rubia, pero al estar tan apurada para ir a encontrarse con su novio dejó esas cavilaciones para otro momento.

–Clauuuu… ya párale!!! y no me molestes…!!! Clau… para dónde vas tan apurada…?!, – Elizabeth   en el intertanto de la conversación se había dado cuenta que su amiga iba saliendo.

–Ok… no me hagas caso Elizabeth    … jiji, Ahhhhh…!, claro… yo voy saliendo ahorita así que si quieres…

–Vas saliendo…? y para donde…?, -le cortó la nena en forma extrañada ya que ella aun estaba desnuda y en la cama de su amiga.

–Voy a juntarme con mi novio, me llamó casi desesperado para invitarme a la casa de sus padres, no se… un tío esta de cumpleaños y esas cosas aburridas a las cuales me invita…

–Entiendo, espérame… y nos vamos juntas…, –la chamaca en el acto se sentó en la cama siempre tapando sus encantos con la sabana de Claudia.

–No amiga, ya estoy bastante retrasada, mis padres no llegan hasta la tarde así que dúchate tranquila… Ahhhh…!, se me olvidaba… en el refri hay leche y bocadillos, chao mi Elizabeth    y dale mis saludos a tu Rodrigo, jijiji…

Sin más la rubia desapareció ante la otra vez exaltada mirada de la chamaquita al recordar de sopetón que nuevamente le había fallado a su amado Rodrigo.

Nuestra nena una vez que se quedó sola se dio una larga ducha en el baño de su amiga, no entendía el porqué, pero extrañamente mientras enjabonaba su cuerpo no sentía  culpa por lo recientemente ocurrido con Claudia, así que mejor se dio a pensar en que cosa le diría a su amado Rodrigo ya que nuevamente este estaría decepcionado de ella.

Pensando en mil soluciones para salir del problema con su novio la nena de pronto se vio vestida y recién bañadita bebiendo un vaso de leche en la cocina de la casa de los padres de Claudia y lista para irse para su casa, claro que por razones de fuerza mayor nuestra colegiala iba sin sus calzones, recordemos que la rubia se los destrozó en el momento que la estaba encuerando.

Al rato la nena ya iba llegando a su casa, y notaba que a pesar de ser las 1 de la tarde en aquel día domingo no hacía calor, ya que al ir caminando por la vereda experimentaba como un fresco aire se colaba por debajo de su vestido blanco con florecitas oreándole exquisitamente su panochita desnuda y los negros pelitos de esta. Misteriosamente, tal como se dijo anteriormente, y a pesar de haberse mandado una lujuriosa noche de sexo lésbico con su mejor amiga, la chica no sentía muchos remordimientos, además que muy para sus adentros reconocía que lo hecho con Claudia había estado muy pero muy rico, sin embargo y aunque su sensualidad le aclaraba de lo gratificante que era el haberse revolcado con Claudia aun así faltaba algo, y ese algo era sencillamente que no se la habían metido, con estos pensamientos en su cabecita la nena sin ser ella misma consiente ya se sentía falta de verga, claro que su cuerpo aun no se lo demandaba, pero era una verdadera bomba de tiempo.

Con estas intimas impresiones, algunas de ellas aun escondidas en su mente y mientras caminaba despreocupadamente desde la vereda observó que el tugurio de don Lucas estaba cerrado, por lo mismo ni señas de este y de ninguno de sus secuaces, lo mismo con la horda de marihuanos que por lo general siempre estaban parados y adornando la esquina de la calle donde vivía.

Todo esto era muy tranquilizador para la nena, y recordando que su madre le había dicho que ella no regresaría hasta las 7 de la tarde pensaba en llegar a su casa y relajarse para ponerse a pensar tranquilamente en como lo haría con Rodrigo.

Una vez que giró la llave de la puerta de su casa y hubo entrado a esta, con algo de desconcierto pudo comprobar que tal vez su mamá no había ido a la cena con sus amigas, porque estaban todas sus cosas en uno de los sillones, seguramente había preferido descansar pensó alegremente ya que así podrían compartir juntas la tarde del día domingo.

Pero fue en el momento que observó que la puerta de la habitación de su progenitora estaba abierta y que en su interior estaba toda la cama desordenada supo que algo no andaba bien ya que desde que ella tuvo uso de razón siempre la vio ordenada, su madre tenía por costumbre que siempre al levantarse no hacía nada sin antes orear la habitación y rehacer las ropas de cama en esta.

Todo fue muy rápido, pues el desconcierto, la mentira, la nerviosidad y lo prohibido invadieron la mente y el cuerpo de nuestra nuevamente afligida chamaquita debido a que en el momento en que vio el lecho de su madre y que este estaba todo desarbolado escuchó risas y una conversación que venía de adentro del baño, situación que hizo que en forma automática inspeccionara más detenidamente la alcoba en cuestión y fue cuando vio que en la silla que estaba a los pies de la cama colgaba de esta un grueso cinturón negro con cartuchera del mismo color.

El anticuado revólver oxidado y el grueso bastón de mando que estaban ahí colgados le indicaron a medias lo que estaba pasando al interior de su casa, sus ojos ya habían dado con el resto del uniforme del asqueroso y corrupto policía que estaba desperdigado en distintos puntos de la alcoba, cayendo en cuenta también que al estar las ventanas cerradas el fuerte olor a sexo lo invadía todo, y ya sin tener tiempo de reacción fue cuando se abrió la puerta de baño en donde crudamente a la nena se le borraron todas sus dudas.

Con sus bellos ojos verdes vio a su madre descalza y envuelta solo en una toalla de baño de las normales, ni siquiera era de las grandes que la taparan un poco mas pensó Elizabeth    para sus adentros, además que era obvio que debajo de la toalla no traía nada puesto, pero lo más perturbador para nuestra alterada colegiala es que venía saliendo con su pelo mojado, sonriente y tomada de la mano del grotesco cuerpo moreno del inigualable sargento Eustaquio Sinforoso quien se encontraba todo sonriente y a torso desnudo, este estaba solo tapado desde cintura para abajo también con una mísera toalla, su pachacho cuerpo oscuro, aunque muy ancho de pecho, y con su tremenda panza peluda oscura contrastaban con el blanco y aun bien formado cuerpo de su madre.

La pobre señora Isabel casi se murió de un infarto cuando vio a su hija de 18 añitos parada en la puerta de su habitación y viéndola salir del baño casi desnuda y tomada de la mano de un hombre que no era su padre, su bella sonrisa de milf (Milf que aun está muy buena para darle) automáticamente se borró de su cara dándole paso a una marcada expresión de horror, lógicamente y en forma acertada pensó que su hija ya tenía claro que ella (la señora Isabel) y el sargento se habían acostado aprovechando que ella (Elizabeth    ), se había ido a pasar la noche en la casa de una amiga.

— Elizabeth    …!!!! M…Mi…Mija pero que haces aquí a esta hora…!?, si se suponía que no llegarías hasta las 7 de la tardeeee…!!!!, -le consultó entrecortadamente a la misma vez que rápidamente le soltaba la mano al policía de negros y largos bigotes mexicanos.

–Llegué antes…, -fue todo lo pudo balbucear la decepcionada nena en el momento que iba bajando su vista al suelo, de reojo vio como su madre le hacía señas al sargento para que este se metiera adentro de su alcoba.

La nena no supo en qué momento su estómago se llenó de nudos de pesar, ni que mencionar los ríos de lagrimas que corrían por su carita, eran lagrimas de desilusión, ya que su madre, su propia madre era quien se bajaba por si sola del alto pilar en que ella la tenia puesta solemnemente en virtud de la rectitud y como también de la abnegación, desde este día para Elizabeth    su madre pasaba a ser solo una mortal mas, común y corriente.

Una vez que se cerró la puerta de la habitación que había sido de sus padres en el momento en que el casi desnudo sargento de la policía se metió en su interior, la señora Isabel rápidamente le habló a su hija:

– mi Elizabeth    … nosotras dos debemos tener una conversación, deja vestirme y te lo explicaré todo…!, -le decía la contrariada señora Isabel quien ahora se sujetaba la toalla con una mano empuñada a la altura de sus tetas para que esta no se le cayera.

–No te preocupes… lo entiendo todo…!, -la nenita junto con decirle eso se limpiaba sus lagrimas de la cara con una de sus manitas.

–No hija… debemos hablar las dos…!, -insistía la bella progenitora sin saber que mierda hacer ante tan comprometedora situación en que la había sorprendido su hija.

–No mamá… yo ya no quiero hablar contigo… Sniffsss…!! Me… me… mentisteeee!!!, -le dijo la bien portada hija quien dio media vuelta para dirigirse a su habitación.

–Hijaaaa…!, por favor hablemos…!!! Perdóname… debí habértelo dicho… y lo iba a hacerrrrr…!!!, -intentaba explicarle Isabel a su atractiva hija.

–Noooo…! No quiero escucharloooo…!! Snifsssss…!! por ahora lo único que quiero es estar sola… Sniffsss…!!!!, -la angustiada y muy sentida nena ya se dirigía para su habitación.

— Elizabeth    … para donde vasss…?, por favor perdonameee…!!!!

Naturalmente la colegiala se iba retirando a su habitación tal como lo dije antes, pero en estas situaciones aunque la parte que cometió la falta, en este caso la madre de Elizabeth    , vea lo lógico  de lo que sucede igual se dedican solo a preguntar puras webadas sin sentido.

–Dime… para dónde  vas mijaaa…???!!!, -seguía bufando la buenota de la madre de Elizabeth    hasta que fue testigo del sonoro Plaffffff…!!!!!, que retumbó en toda la casa cuando la dolida chamaca cerró su habitación con un más que sonoro portazo.

En el intertanto de lo anterior don Eustaquio Sinforoso se vestía rápidamente y muerto de la risa en la antigua habitación marital de aquella casa.

El sinvergüenza policía se había trabajado casi un mes entero a aquella buena mujer hasta que logró acostarse con ella a base de mentiras y regalos baratos, diciéndole que él estaba pasando por un muy mal momento en su matrimonio y que su separación ya casi era un hecho inminente y mil cosas más, siendo que la verdad era muy distinta, ya que él era casado con una tremenda mujer gorda y muy mal humorada que era capaz apalearlo y de hasta cortarle la verga si se atrevía a dejarla a ella y a sus 7 hijos, pero el aprovechador viejo aprovechaba los horarios y los turnos de su trabajo que por lo general eran de noche para hacer de las suyas con cuanta musa a la cual él pudiera sacarle provecho, y ahora estaba plenamente dedicado a enviciar y envilecer el hogar de la chamaca que el mismito había sorprendido en andanzas raras con un mecánico, además que sabía que teniendo carta abierta para llegar esa casa a la hora que él lo quisiera se estaría agasajando con esas dos vulnerables y buenotas mujeres todas las veces que pudiera.

En el momento en que el gordo y moreno policía con mucho trabajo  y echando la guata para adentro se estaba terminando de abrochar su grueso cinturón negro de reglamento entró a la habitación una desesperada hembra de 39 años que lo único que atinó fue a sentarse en la cama intentando tapar su cuerpo con la mísera toalla que llevaba puesta, ella sin darse cuenta puso uno de sus bien ponderados muslos blancos por encima del otro. Lo que la cubría la pequeña toalla era lo mínimo, el caliente sargento miraba fijamente a esa atractiva cara de hembra madura adornada por unas tímidas arrugas que se vislumbraban a la altura de sus ojos, y con una que otra cana en sus cabellos, el vejete estaba que se abalanzaba sobre ella para ponerle otra ferviente cacha, es que lo que más le calentaba al corrupto policía era el ser consciente de que ya a estas alturas se las había culeado a las dos, y estaba lejos de querer dejar de hacérselo a ambas, pero sabía que debía ser prudente para sacar el máximo de provecho posible a tan exquisita situación.

–Que pasó allá afuera, la chamaca se dio cuenta de algo?, -le consultó en forma aborrecida y como solapando su burlona consulta.

Pero la señora Isabel no estaba para darse cuenta de estos detalles si bien hace un rato ella estaba presta para prepararle un rico y abundante almuerzo para luego pasar la tarde juntos ahora la situación cambiaba abruptamente:

–Don Eustaquio por favor discúlpeme por lo desconsiderada que voy a ser con Usted, pero creo que lo mejor por ahora es que se vaya…

–No te preocupes mi amor, tu sabes que yo lo único que quiero es lo mejor para ti y tu hija, Jejeje…

–Lo sé… le sé don Eustaquio… y perdóneme por estar pidiéndole que se vaya…

–Tranquila mijita, ahorita mismo me estoy yendo para que me arregles esta situación… recuerda lo que hablamos anoche, en poco tiempo quiero tener llaves de la casa para venirme a quedar contigo todas las veces que yo quiera y para venir además a darme unas vueltitas cuando tu estés en el trabajo, así cuidaré a tu chamaca para que no le pase nada malo, jejejeje…

–No se preocupe don Eustaquio… yo sé de sus buenas intenciones, y sé también que una vez que se lo explique todo a mi Elizabeth    , ella también lo entenderá… –U… Us… Usted… es la perfecta imagen paternal que ella necesita.

(–Claro que lo soy, como me las voy a culear a las dos juntas Dios mío… A esa Elizabeth    le haré un hermanito con este tremendo pedazo de yegua que tiene por madre, y a esta misma le haré unos cuantos nietecitos con la descocada potranca de su hija, que bonita familia les dejaré antes de que me jubile, jejejejje…)

Con semejantes planes para ellas el viejo uniformado inicio sus palabras de despedida:

–Bien, si es así entonces yo ya me voy, nos vemos pronto primor…, -en eso el ancho y vicioso policía por fin se retiró dando por terminada su visita a aquel hogar con un sonoro y potente portazo.

Y así fue la tarde de aquel día domingo en la casa de nuestra colegiala, con ella encerrada llorando en su habitación, y con su madre cada 10 minutos golpeando su puerta para intentar explicarle que ella con el buen sargento Sinforoso tenían una relación.

Aquella semana comenzó muy mal para Elizabeth    , en su soledad y tristeza no había una sola hora en que no recordara lo demencial y prohibido que sintió al momento en que vio a su madre casi desnuda y de la mano de un viejo que también se encontraba en las mismas condiciones que ella, pero lo más terrorífico para la angustiada mamasota era que el viejo con el cual su madre ahora se revolcaba también se lo había hecho a ella, situación que la hacían odiarlo más terriblemente todavía, el muy miserable no se había conformado con habérselo hecho a ella casi a la fuerza, sino que también osó a engatusar a su progenitora la cual había caído redondita, ya que recordaba clarito como la señora Isabel aquel día domingo le decía desde afuera de su habitación que la perdonara, que debían hablar de la situación, que el señor Eustaquio era un hombre muy bueno, que le había prometido que él se ocuparía de las dos juntas (… y claro que el viejo sin vergüenza deseaba ocuparse de las dos juntas), y así muchas cosas más, pero ella siempre preocupada de su orgullo y el que dirán de sus vecinos cuando estos se enteraran que su madre había metido un hombre extraño al hogar no quiso hablar con ella, hasta que la dolida señora Isabel entre sollozos se retiró a su habitación.

Y como dije antes a la colegiala le llovía sobre mojado, aparte de lo anterior Rodrigo se había negado rotundamente a hablar con ella, incluso Elizabeth    una tarde de la semana fue a verlo a la farmacia en donde el chamaco de la forma más fría de lo que podamos imaginar simplemente le dijo que ahorita estaba ocupado, que él la llamaría cuando tuviese tiempo.

Aunque la verdad era una sola, Rodrigo después de haber aguantado una torrencial lluvia de burlas y humillaciones en el momento en que su padrastro lo vio llegar a la casa derrotado y con los ojos llorosos la noche en que su novia no se había aparecido, y en donde también le sacaba en cara la muy zorra y descarada que era la potranca que tenia por novia (esto el viejo Severiano lo hacía con una malsana y rabiosa alegría). Y después de haber superado lo doloroso que fue haberse quedado plantado en el cine, no dio más de dicha cuando al encender su teléfono luego de haberlo tenido apagado por tres días seguidos ver más de 30 llamadas perdidas de su amada Elizabeth    .

Y para que les cuento lo que sintió cuando él al continuar con su cruzada de no contestarle el teléfono verla llegar a la farmacia vestida de colegiala y con su mochila al hombro, lógicamente la nena quería darle una explicación y hacer las paces se decía en el momento en que se encontraba ubicando unos remedios en un estante.

Ese día el chamaco sintió la sed de la venganza correr por sus venas, por un momento quiso decirle unas cuantas verdades, cosas horribles que le nacían desde lo más profundo de su alma debido a su mal herido ego de macho por culpa de una mala mujer.

Pero al verla ahí paradita y modosita al interior de la farmacia se le fue a la mismísima verga su despecho masculino, sin embargo no le haría ver que ella podía llegar y venir a arreglar las cosas así como así y nada más, su novia le debía una muy buena explicación.

Fue ahí que el sin siquiera darse la vuelta por el mesón interior de la farmacia de aquel día jueves le dijo que sería él quien le avisaría el día y la hora en que se juntaran para hablar.

El joven había decidido castigarla por lo menos otra semana entera, además ahora ya más tranquilo pensaba que si Elizabeth    le tenía el celular lleno de llamadas y que mas encima llegaba a la necesidad de ir a buscarlo ella misma a su trabajo era porque realmente algo le había sucedido y que por eso no se presentó en el lugar y a la hora que habían acordado, sí, eso era lo más seguro de lo que le había podido ocurrir a su novia se aseguraba para el mismo el pobre chamaco.

Así pues amigos míos, así de traicionero y confuso es el amor verdadero, pero sigamos.

Y así iban pasando los días para nuestra inigualable mamasota, con todo lo sucedido anteriormente su alterado estado sicológico se negaba a serenarse, y hubo otro hecho que terminó por ya descolocarla, ya que a mediados de esa misma semana y estando en el colegio la nena intentó en varias oportunidades hablar con Claudia, sabía que podía contar en ella para confiarle sus últimas aflicciones, pero la rubia cada vez que tenían un momento para ellas se ponía a wazzapear con sus amistades y muerta de la risa.

–Claudia por favor ponme atención necesito que hablemos…, -ambas chamacas estaban en hora libre y en un solitario banco que estaba ubicado en un rincón del patio del colegio.

–Jijiji… Ahhh…!, si espera… déjame mandarle un último mensaje…, -la rubia movía rápidamente sus dedos en el teclado del celular, siempre sonriente y también mordiéndose el labio inferior mientras escribía.

–Y con quien te envías tantos mensajes?, -quiso saber la chamaca .

–Ahhh… es con un chico nuevo que conocí…

–Y de donde es?

–Tu no lo conoces, así que ya no preguntes mas… y mejor dime eso que quieres hablar conmigo…

–Resulta que la semana pasada cuando iba llegando a mi casa…

–Ahí está de nuevo…jiji discúlpame Elizabeth    es que es muy insistente…, -le interrumpió otra vez Claudia sin dejar que la nena se explayara en sus pesares.

–Clau…!, así no podremos hablar… que tal si a la salida del colegio vamos al centro comercial para que hablemos tranquilas mientras nos servimos helados…, -le propuso Elizabeth    , ya que sabía que Claudia dependía impulsivamente de su teléfono.

–Ay no Elizabeth    , hoy  no puedo…!, resulta que me vienen a buscar porque me invitaron a una parte…

–Pero adonde te invitaron…?

–Hay no amiga, es secreto, además que tu nunca te has interesado para donde yo voy cuando me invitan…

–Bueno tienes razón, entonces cuando podremos hablar?

–A lo mejor el finde… este chico quiere salir conmigo también el viernes, y el sábado lo tengo reservado con mi novio, jijiji…

–Pero Clau recuerda que el próximo lunes empiezan los exámenes finales… debes estudiar…

–Ay no amiga eso no es para mí, ya te dije que yo me las arreglo con los resultados…

–Entonces hablamos la próxima semana?

–Claro que si amiga…! Ehhhh… Elizabeth    cúbreme en la ultima hora de clases… ya que me arrancaré del colegio, este chico está desesperado por salir conmigo, jijiji…

–Descuida Claudia tu sabes que siempre lo he hecho…, -le respondió la nena algo decepcionada al darse cuenta que a su rubia amiga por ahora le interesaba más hacer de las suyas con este nuevo chavo que hablar con ella.

–Ay… esa es mi Elizabeth    …!, -la rubia junto con exclamarle lo anterior le estampó un efusivo beso en la frente, para luego decirle, –Ahhhh… y no olvides que tenemos pendiente el viaje a la playa, lo pasaremos del uno amiga, nos comeremos a todos los chicos que queramos, jijiji…

–Clauuuu…! No hables así…!

–Ahhh… si, si descuida… les haremos el amor entonces…jijiji…

Elizabeth    no pudo evitar reírse con las ocurrencias de su salida amiga, desde el banco del patio la vio alejarse siempre sonriente y wazapeando con el famoso chico que había conocido ahora, seguramente se estaban poniendo de acuerdo para algo.

Un no sé qué hiso quedar curiosa a la portentosa chamaca, ella conocía a su amiga y Claudia por muy mala fama que tuviera en el colegio no era de escaparse con chicos antes de la hora reglamentaria, si lo hacía para irse al Mall con sus amigas para ver ropa y esas cosas, pero estaba segura que esta era la primera vez que lo haría para escaparse con un chavo.

Así que apenas se percató que la rubia no llegó a su última clase pidió permiso para ir al baño. Elizabeth    corrió rápidamente por el pasillo del segundo piso del pabellón escolar, sabía que desde uno de sus extremos se podía ver la puerta chica que era por donde se daban las deserciones, y justo cuando llegó a ese extremo la vio parada con su mochila, la rubia no se percataba que Elizabeth    la estaba espiando desde el segundo piso, solo estaba preocupada de mirar en toda direcciones, seguramente oteaba el vehículo en el cual la pasarían a buscar.

La colegiala por su parte desde su puesto de observación en las alturas también esperaba con mas curiosidad que antes la inminente llegada del nuevo chico de Claudia, hasta que con expectación vio que desde la esquina más arriba de donde estaba la rubia estudiante se venía acercando lentamente el cacharriento automóvil nada más ni nada menos que de don Pedro.

Un extraño nerviosismo invadió el escultural cuerpo de nuestra Elizabeth    que por más que abría sus hermosos ojos verdes mas no lo creía, hasta que cuando ella misma fue testigo de cómo don Pedro se bajaba del vehículo para saludar a la rubia con un efusivo beso en la boca, y para luego de ver hacerla subir a su carro simplemente se la llevó en dirección desconocida y quizás para donde.

Elizabeth    mientras veía el carro de don Pedro desaparecer se sentía en un extraño estado tanto síquico como físico y muy difícil de definir, su carita mientras había ido mirando la escena estaba inexpresiva y con sus mandíbulas muy tensas y apretadas, ni ella misma se daba cuenta como sus puños se iban cerrando fuertemente a ambos lados de su cuerpo.

Su mente no acostumbrada a pensar mal de las personas ahora si le decía lo contrario, ya que se preguntaba el porqué Claudia no quiso decirle con quien se iba a juntar para salir, ahora ya no le extrañaba tanto que don Pedro en los últimos días a parte de ciertos mensajes no la había llamado para citarla ni para molestarla, estaba claro se dijo de pronto para ella misma, esos dos se acababan de juntar para irse a culear pensó guarramente y con la ira de los celos en cada uno de sus poros.

Nuestra nena ni ella misma sabía que estaba celosa de su mejor amiga, por lo que caminando como un verdadero zombi por los pasillos del plantel escolar fue a retirar su mochila del salón y pidió permiso para retirarse a su domicilio aduciendo sentirse indispuesta.

Ya era la tarde del día viernes y había sido una semana para los mil demonios para la mamasota. Aun estaba dolida con Claudia ya que la muy putilla al siguiente día de lo sucedido anteriormente le había dicho que no se  pudo juntar con el chico ese del cual le había hablado porque este no se apareció y que finalmente se tuvo que ir muy aburrida para su casa.

Con su mente totalmente atormentada por todos estos pensamientos impuros la nena con miles de mariposas revoloteando furiosamente en su estomago, y que no eran precisamente de amor al prójimo, se decía que esos dos aun se debían estar juntando para ir a revolcarse ya que en los dos días posteriores por cada vez que llamaba al celu de su rubia amiga este estaba apagado y cuando la llamaba a la casa le decían que había salido con sus amigas, y con don Pedro brillando por su ausencia, hasta que finalmente y ya queriendo pensar en otra cosa se decía en forma enrabiada:

–Bueno si ellos querían seguir acostándose… allá ellos…

Por otro lado, y que era más importante que lo otro (según ella) se consolaba que si Rodrigo le dijo que él sería quien le avisaría el día en que hablarían de su situación eso así sería, solo esperaba que ahora sí que nadie ni nada se interpusiera entre ellos.

Y fue como si los designios del destino estuviesen a su favor ya que en esos mismos momentos en que ella estando ya un poco mas recuperada de sus pesares, y  al estar casi terminando de hacer sus deberes escolares para luego ponerse a estudiar unas materias sintió que alguien tocaba insistentemente la puerta de su casa.

No eran golpes fuertes ni brutos, pero si eran constantes y se notaba que la persona quien tocaba debía estar apurada, para su sorpresa y en el momento en que se levantó de su escritorio para ir a ver quien llamaba tan insistentemente vio que al otro lado del umbral de la puerta era la mismita señora María (la madre de Rodrigo) en persona quien había estado tocando tan apremiantemente.

–Señora María…! que gusto…! Pase…! pase…! le sirvo un refresco?, -la nena se puso muy nerviosa, esta era la primera vez que su suegra iba para su casa y quería que ella se llevara una muy buena impresión.

–No mija… no te preocupes… estas solita?, -la señora ya estaba al interior de la sala en la casa de Elizabeth  .

–Si, mi mamá no llega hasta mañana, Usted sabe que ella trabaja en el hospital público verdad?

–Si, si lo sé…, -le contestaba nerviosamente la vieja mirando en todas direcciones de la casa.

–Y a que se debe su visita?, -quería saber la chamaca, –No me va a decir que a Rodrigo le ocurrió algo malo… Ohhh Dios que horror…!

–No mija…! Rodrigo está bien… es solo que te venía a buscar para que fueras a la casa…, -le dijo finalmente y mirándola a la cara.

–A su casa?, -ahora sí que la nena no entendía nada, si Rodrigo quería verla bastaba con que él fuera para su casa, o llamarla sencillamente.

–Si mija, a mi casa…?, -volvió a afirmar la buena señora.

–Es que no entiendo… si con Rodrigo quedamos en que el me ub…

–El quiere cenar contigo… y me envió a buscarte…!, -le interrumpió su casi suegra.

–Ahhh ya veo, pero es que me tomó por sorpresa, ahorita mismo tenía pensado ponerme a estudiar…

–Por favor Elizabeth    …!, -seguía insistiendo la doña, –Ven a cenar con nosotros mija…, si de verdad quieres a Rodrigo por favor vámonos lo más pronto posible, como te digo él quiere cenar contigo esta noche…

–Bien… si es así creo que me podré hacer un tiempo…, -la nena pensó que por haber dejado tantas veces plantado a su novio este estaba tomando medidas precautorias para no quedar traumado nuevamente, así que le contestó finalmente: –Pero me tendrá que esperar un ratito.

–Gracias… confío en ti mija…

–No se preocupe, ahorita me doy una ducha, me cambio y nos vamos para su casa…

La nena no daba más de gozo, su Rodrigo extrañamente había enviado a su madre a buscarla para cenar, la más seguro que esa era la forma en que ambos retomarían su noviazgo.

La colegiala tras bañarse rápidamente se vistió con una exquisita falda blanca, sus pantaletas y sujetador también eran albos como la nieve.

El ocaso de la tarde se mostraba algo caluroso por lo que se decidió solo por una ajustada polera  blanca con tirantes en sus hombros, para finalmente calzarse unos pequeñitos zapatitos del mismo color y con el taco un poco altos, estos le calzaban perfectamente.

Una vez listas, suegra y nuera se pusieron en camino a la casa de la primera en donde Elizabeth    se mostró muy conversadora, y en donde la vieja solo le contestaba casi con monosílabos:

–Y Rodrigo nos está esperando…?, -la chamaca iba tan emocionada que casi ni se acordaba de las traiciones de su madre, de Claudia y de don Pedro.

–Claro…!

–Uy que emocionante… Usted sabía que tuvimos un pequeño problema el fin de semana pasado verdad?

–Algo me dijo mija…

–Pero no le dijo los detalles…?

–No… no me los dijo…

–Oiga y su esposo va a estar en la casa…?

–No lo sé…

En eso ya iban llegando a la casa de Rodrigo, y fue en esa instancia en que la nena recién se dio cuenta que la señora María aparte de contestarle en forma muy fría tenía también los ojos muy hinchados si como hubiese estado llorando por algo, además de verle que un lado de su cara estaba algo enrojecido e inflamado, en su momento quiso preguntarle si le había pasado algo malo, pero prefirió optar por la discreción, en este momento la señora María ya cerraba la puerta de la casa tras ellas, mientras Elizabeth    cadenciosamente y algo preocupada por quien sabe qué cosa se dirigía a tomar asiento en uno de los sillones de la sala.

(2 horas antes en la casa de Rodrigo)

–Tu hijo es un bueno para nada… como no es capaz de dominar a esa potranca que tiene por novia?, Cualquier macho hecho y derecho es capaz de domarla, menos él, jajajaja…!!!!, -el odioso viejo otra vez se estaba burlando del pobre chamaco, lo bueno era que este aun no llegaba del trabajo.

–Severianooo…!, eso a ti no debe porque importarte… solo te digo que ya no lo molestes mas, no hay un solo día en que no le digas cosas, -le señora María defendía a su hijo mientras guardaba en el closet una ropa recién planchada.

–Pues se lo merece por estúpido…!, -el viejo le contestaba con un vaso de cerveza en la mano y con la otra rascándose la guata.

–El año pasado también tuvo una novia y nada que le decías cosas desagradables… no entiendo el porqué te entrometes tanto en la relación de Rodrigo y esta otra niña…

El viejo que andaba caliente por Elizabeth    desde hace semanas sentía imperiosamente las ganas de decirle miles de cosas a su esposa con respecto a esa niña, aun así se midió por el momento en sus dichos.

–Porque esa niña como tú le dices, es mucha hembra para un imbécil como el…, satisfecha ahora!?, -le dijo para luego beber de su cerveza siempre mirando a su mujer.

–Ahhh… claro si lo recuerdo… el otro día le decías que una joven como ella está hecha para hombres como tu verdad?, -ya había fastidio en las palabras de la señora, y no era por la joven sino por lo fresco y sin vergüenza que era su marido.

–Pus… si y qué?, -fue la desafiante respuesta del hombrón italiano.

–Severiano…! Elizabeth    es una buena niña… por favor ya no te metas más en los asuntos de ellos y déjalos tranquilos…

–Los dejaré tranquilos cuando a mí se me ocurra… y por ahora no se me ocurre, jajajja…!!!, a propósito a qué horas se supone que debería llegar este tarado, necesito que se suba al techo y que me repare la antena de la tele, hoy es el capítulo final de la novela nocturna y no quiero perdérmela.

–Hoy la farmacia esta de turno, por lo tanto Rodrigo no llega hasta mañana.

–Queeeee…!? Y ahora como le haré para ver el final de mi teleserie…!!!. –le consultaba en forma aireada don Severiano a su esposa.

–Pues hazlo tu mismo… así haces un poco de ejercicio, si quieres que una chica joven y buena moza no baje su mirada a la hora que vas pasando por lo menos intenta bajar esa tremenda panza que tienes…

Don Seve se sintió humillado a medias, ya que si bien su propia mujer lo estaba encarando y prácticamente diciéndole que no había jovencita alguna capaz de mirarlo producto de su tremenda guata solo se dio a contestarle ahora con algo más de mal humor:

–Si que me miran para que sepas…!!!!

–Severiano…!, yo no sé de adonde sacaste que tu eres joven… mírate al espejo, si ya estas viejo y canoso, además que no me cae en gracia la forma en que miras a esa niña cuando viene  a la casa…

–Cual niña?, -el viejo por cada segundo que pasaba se iba aireando mas con la conversación.

— Elizabeth    … la novia de Rodrigo quien más…!

–Ahhh la puta esa…! jajajaja…!, -(si supieras que ya hasta me la he cogido, pensaba el vejete)

–No le digas así…! esa joven no es como las de por aquí… ni siquiera se compara con tus sobrinas que la mayoría han quedado embarazadas de puros vagos…

–Así ah…?, -el viejo quien no le aguantaba a nadie que ofendieran a su familia se levantó rápidamente de su sillón y se fue acercando a su esposa para luego en forma desafiante decirle: –Y quien te asegura a ti que esa modosita pendeja de tetas grandes no es buena para la verga…

–Porque no lo es y punto…!, -la señora María ya se estaba comenzando a asustar por lo alterado que estaba su marido.

–Si que lo es vieja estúpida…!, me vas a seguir contradiciendo!?, -un extraño brillo predominaba en los ojos del furioso viejo.

–Por Dios Severiano… es la novia de Rodrigo…!, -la asustada mujer decía lo anterior solo por contestar algo, en el estado en que estaba su marido muy pronto iba a querer golpear a alguien, y ella bien que lo sabía.

–Jajajajajaja…!!!, claro…!!! y eso es justamente lo que más me da risa… jajajaja…!!! Que siendo la novia del estúpido de tu hijo, sea este el único que aun no se la puede encamar mientras otros ya si lo han hecho…, jajajaja…!!!

–Eres muy mal hablado…! acaso no piensas que  hasta podría ser tu hija…?, -la señora estaba desesperada por ponerle paños fríos a la conversación.

–Pues no lo es…!, además que solo te digo la purita verdad…!!!, -el viejo casi tenía arrinconada a la pobre mujer contra un rincón en los muros de la casa.

–Bueno tal vez así sea en otros casos, pero no con Elizabeth    y menos contigo…, -por favor déjame pasar que debo preparar la cena.

–Y que te hace pensar que yo no me puedo coger a una hembra joven como esa… como la tal Elizabeth    mas precisamente?, -el viejo se había interpuesto en su camino no dejándola avanzar cuando la mujer quiso dirigirse hacia la cocina.

–Ya Severiano…!, yo no quiero seguir con esta conversación… por favor déjame pasar…

–Pues yo si quiero seguir con la conversación…! , -la señora María creía ver como a su marido poco a poco se le iban inyectando los ojos en sangre, mientras este mismo ya estaba como un verdadero demente, –Tú la iniciaste, así que ahorita mismo la terminamos…, dime desgraciadaaaa…!!! Quien te crees tú para venir a decirme que yo no puedo culear a una pendeja como esa… Dimeee…!!!!

–Severiano… yo no he dicho esoooo…!!

–Si lo dijiste vaca de mierda…!!! ahora contéstame lo que te estoy preguntandooooo…!!!!, -el viejo ahora se mantenía en una posición desafiante y con sus puños cerrados, su esposa estaba aterrada.

–Severiano por favor no te pongas así… le hace mal a tu ulcera…!, -le decía la vieja intentando calmar a su marido.

–A la verga mi Ulcera vieja desgraciada…!!!! y vamos respondiendo… que te hace pensar que la pendeja esa no sería capaz de acostarse conmigo?

–Severiano se sensato y mira la edad que tienes…!!!

El viejo sintiéndose otra vez insultado por su mujer y no midiendo consecuencias ni situaciones fue y le soltó la verdad:

–Pues te digo que ya me la culie desgraciada…!!!!, que me dices ahorita de la linda noviecita de tu hijo…!!??

–No, eso no es verdad solo lo dices porque estas enojado…

–Si que lo es… y para que sepas que me la estuve culiando una mañana entera en nuestra propia habitación… tal como me culeo a todas las putas que quiero cuando tú no estás en la casa…!!!!, como te queda el ojo viejita?

–Mentira…!!! eso es mentira…!!! tú le darías asco a una joven como ella…!!!

En eso la vieja sintió como su marido la tomaba furiosamente del pelo para jalarla contra su cuerpo.

–Asco??? Pus te voy a demostrar la clase de noviecita que tiene tu hijo…

–Que vas a hacer Severiano!!??, -decía la pobre mujer mientras el viejo la zarandeaba tomada de las mechas.

–Yo no voy a hacer nada… serás tú quien lo hará, así que ahorita mismo te me arreglas y me la vas a buscar, aprovecharé que ese imbécil no llegará esta noche y me la cogeré en tus propias narices…, -le dijo finalmente y por fin soltándola de sus canoso cabellos.

–Que cosas dices Severiano? Snifssss… yo no le haré eso a esa pobre niña…

–Te me vas a buscarla mierdaaaa…!!!, -el viejo junto con gritarle apuntaba hacia la puerta de la calle.

–Noooo…!, yo no iré a buscar a nadie…!!, -ahora la señora María hablaba haciendo ademanes de taparse la cara ya que veía que en cualquier momento su marido se la zurraría.

–Si irás…!, -el viejo fue y la tomó fuertemente de un brazo para el mismo comenzar a arrastrarla hacia la puerta mientras le iba dando conocimiento de sus requerimientos, –E irás porque yo soy el que te mantengo a ti y al estúpido de tu hijo…

–Él… él trabajaaaa…!!!, -claramente la señora defendía a su hijo mientras la arrastraban.

–Si, trabaja solo para comprarse teléfonos, ropa y cuanto mamada que no sirven para nada en este hogar, ni siquiera compra una coca cola para la hora de almuerzo, y si la compro yo es él quien se la bebe toda viendo televisión o lloriqueando como los maricones, así que como yo los mantengo a los dos ahorita me obedecen…!!!, -el eufórico y salido viejo ya estaba abriendo la puerta de la calle, –Así que si no quieres que te pegue vamos moviendo ese culo y me vas a buscar a la pendeja esa para otra vez hacerla mi mujer, cosa que tu hijo no está capacitado para hacerlo, jajajaja…

–No…!!! Severiano tú estás loco…!!!, -chillaba la vieja cuando notó que su marido la estaba empujando para afuera de la casa, ella rápidamente cargó su cuerpo en la puerta volviéndola a cerrar, acto que ahora si sacó de las casillas al excitado y enloquecido vejete.

–Si, estoy loco…!!!, pero loco de calentura por volvérmela a coger…!!! así que tomaaaa…!!! –Plafffff…!!!, –Toma desgraciada…!!! Plaffffff…!!!! –Vas a ir ahora…!!!???, -fueron dos fuertes cachamales que el viejo le puso a su esposa para hacerla entender.

–No…! no ireee…!!,

–Plafffffff…!!!!, -retumbo otra bofetada aun más fuerte que las anteriores… –Iras ahora…!!??

–Sniffsss…!!!! Pero si tantas ganas tienes de hacérselo a esa muchacha… ve a buscarla tu mismo, no dices que ya lo hicieron? Sniffsss…!!!, -ahora ya la señora María lloraba desconsoladamente.

–Si…!, si lo hicimos… pero si yo la voy a buscar se negará a salir de su casa, la muy zorra ahora se niega a aceptar que le gusto mi verga, o porque razón crees que ahora no viene tan seguido… te lo has preguntadooo!?

–Severiano por favor…!!!

–Te digo por última vez… ve a buscarme a esa chamaca porque ya no me aguanto las ganas de volvérmela a culear, o ahorita mismo te llevo para el patio y te ahorco… vas a ir…!?

–Si… si… si ireeee…!!!, pero ya no me pegues…!!!!, -aceptó la pobre mujer cuando vio que su marido nuevamente estaba levantando su mano para con toda seguridad dejársela caer por donde fuera.

–Mira vieja… si no estás aquí con ella dentro de una hora te juro que te salgo a buscar para matarte a patadas y después las pagara el baboso de tu hijo… estas clara?

–Si… iré a buscarla Severiano…! pero por favor no le hagas daño a Rodrigo… es mi hijo como no lo entiendes…!, -le suplicaba con las manos la sufrida señora María ahora arrodillada a los pies de su marido.

–Si… si lo sé…! –el viejo junto con ir hablándole nuevamente la tomó de sus cabellos jalándola para que se pusiera de pie, –Pero cuando yo te pedí tener hijos me saliste con la mamada que estabas operada… así que ahorita y si Diosito quiere yo mismito me encargaré de hacerme uno para mí solo y será la yegua esa que me irás a buscar quien me lo dará, jajajajaja…!!!! ya verás como chilla de calentura cuando tiene una buena verga adentro de la concha.

–Está bien…!, está  bien…! ya voy pero ya no me jales del pelo…!

–Entonces apúrate estúpida, y a penas llegues con ella prepara la cena y nos sirves, hoy quiero cenar con mi nuera postiza, Jejeje… por lo menos que me sirvas para algo, jajajaja…!!!, -le dijo finalmente y soltándola.

La pobre señora María tras haber caminado un par de cuadras muerta de miedo no pudo evitar sentarse en el banco de una plaza para calmarse un poco y limpiarse las lágrimas maldiciendo el día en que pensando ilusamente decidió casarse con ese demonio que tenía por esposo después de haber enviudado en su corto y primer matrimonio.

Eran ya más de 15 años en que llevaba mortificándolos a ella y a Rodrigo. Pero esto ya era el colmo, de donde había sacado Severiano que la dulce novia de su hijo iba a querer acostarse con él, a pesar de ello sabía que debía ir a buscarla, o sino las consecuencias serían peores.

La iría a buscar pero solo lo haría para que nada malo les pasara a ella y a Rodrigo, además que estaba segura que eso de que Elizabeth    y su esposo se habían acostado según este ultimo aseguraba eran solo patrañas, aparte de que ella confiaba mucho en la integridad de la bella chamaca.

(Hora actual en la casa de don Severiano)

Elizabeth    aun estando un poco nerviosa al haberse percatado del estado de su suegra se mantenía sentadita en el sofá esperando que en cualquier momento se apareciera su amado Rodrigo tal como le había entendido a la señora María.

Desde su ubicación en el living de la casa veía como la callada señora solo se mantenía en silencio haciendo los quehaceres de la cocina y ubicando los cubiertos en la mesa, la nena notaba que la doña de la casa estaba alterada por algo.

Fue en eso que desde la habitación matrimonial con profundo estupor vio aparecer a ese tremendo viejo panzón, de pelos canosamente encrespados y de bigotes espesos que ya en una ocasión se la había violado.

El vejete mientras había estado esperando que su esposa le trajera a la chica que pensaba violar nuevamente se había estado engalanando para ella, vistiéndose con pantalones y camisa de color negro, y ataviado en su regordete cuello su gruesa cadena de oro, dándole un aspecto más de maligno narcotraficante que de un típico amante latino como él deseaba figurar ante nuestra mamasota.

–Jejejeje… pero si no es mi nuera postiza la que esta sentadita esperándome?, -fue lo primero que dijo el indeseable hombre al ir acercándose lentamente al sofá en donde esperaba la colegiala.

Una ahora si muy asustada Elizabeth    puso atención a las palabras del viejo Severiano, ella no estaba esperándolo a él sino que a Rodrigo, así que rápidamente se quedó mirando a su suegra quien en esos momentos estaba poniendo fuentes con ensaladas en la mesa, notando que la señora María por alguna extraña razón rehuía su mirada.

–Señora María…!, -le habló de pronto, –y donde esta Rodrigo?, Usted me dijo que él estaría esperándome…!!, –pero fue su casi suegro quien le contestó antes de que la vieja le dijera algún tipo de mamada a esa exquisita potranca que otra vez el tenía a su disposición.

–Tu novio llegará en un rato mas chamaca, así que mientras llega seré yo quien te atienda en esta casa, jejejeje…, -Severiano se mostraba muy dicharachero y sonriente, pero por dentro y mirando el albo atuendo en que se presentaba el femenino objeto de su obsesión sentía que su calentura iba aumentando peligrosamente, debido a que desde el día en que la había probado sexualmente decidió no aparearse con su mujer ni con las putas que comúnmente introducía a su casa o al restorán del que era propietario, en esa oportunidad el vejete había pensado equivocadamente que se le daría más fácil volver a acostarse con ella.

El asunto era que el viejo estaba desesperado por cogérsela, si hasta se imaginaba que toda la leche que se le había ido acumulando en las pelotas en todo este último tiempo esta ya debiese estar añejada al no tener a la hembra indicada para que se la ordeñase, como también temía que si se prolongaba esta situación todo aquel espeso semen descompuesto se le podría ir al cerebro y adquirir una enfermedad siquiátrica.

En tanto Elizabeth    al ver que se le venía aproximando aquel grotesco vejete que desde ya casi un mes atrás se lo había hecho a la fuerza rápidamente intentó ponerse de pie para en último caso ir a ayudarle a su suegra mientras su novio llegaba, pero fue detenida rápidamente por don Severiano quien tomándola de un brazo la obligó a volver a tomar asiento.

–Tranquila mi Reina… si aquí sentadita no te va a ocurrir nada malo… deseas algo para beber…?, -le dijo entre cordial y amenazante a la misma vez que tomaba ubicación al lado de ella.

–No, gracias…! No tengo sed…!. –la asustada colegiala veía muy de cerca como le colgaban los cachetes de su cara adornados por ese espeso bigote plomizo que los cruzaba por debajo de su ancha nariz. Rápidamente y en forma inevitable a su mente vinieron esas asquerosas imágenes de cuando ese repulsivo hombre obeso había estado encima de ella y moviéndose sobre su cuerpo con su cara desfigurada por un inmundo placer, a la nena le dieron ganas de ponerse a vomitar.

–Creo que insistiré…, -volvió a decir el viejo quien estaba ajeno a los pensamientos de la bella colegiala, –Quieres beber algo conmigo mientras esperamos la llegada de tu novio?

–Le dije que no…!, -le volvió a repetir Elizabeth    cruzándose de brazos a la altura de sus tetas y mirando en sentido contrario y con cara de fastidio.

–Pues entonces beberás al gusto mío…! Viejaaaaa…!, -gritó desde el sillón claramente dirigiéndose a su esposa. –Trae una botella de vino tinto y dos copas…! y apúrate…!!

La señora María al minuto llego con la botella de vino y las dos copas que le había pedido su esposo.

–Señora María quiere que le ayude en algo…?, -aprovechó la chamaca de decirle a su suegra, para ver si se podía sacar de encima al viejo Severiano.

–No mija no te preocupes…!, -la señora le contestaba lo anterior mirando de reojo al hombre de la casa, claramente la doña se daba cuenta del rechazo que sentía aquella jovencita por su esposo.

–A qué hora llegará Rodrigo?, -le volvió a preguntar Elizabeth    .

–Él… él… llegara pronto… no te preocupes. –La pobre mujer se sentía podrida al estar mintiéndole a la novia de su hijo, se daba cuenta a lo lejos de los embustes de Severiano, pero confiaba en que este luego se aburriría de sus odiosidades y que diciéndole otra de sus mentiras la despacharía.

–Bien…!, -acotó el vejete, –ahora que ya sabes que Rodriguito luego llegará ahora te beberás una copa con tu suegro postizo, jejejeje…!!!, -el viejo insistía por hacerse el simpático con la chamaca.

Mientras la señora se retiraba a la cocina, don Severiano en forma de lo más ceremoniosa se  dio a descorchar la botella para que luego de servir las dos copas y pasarle una a Elizabeth    extender la suya en señal de estar brindando con la contrariada joven.

–A tu salud chamaca…!!!, -le dijo el vejete mirándole las piernas, luego las tetas, y por ultimo mirándola a la cara.

La mamasota que se daba cuenta de cómo el viejo la miraba con cara de caliente, se propuso a no dar pie para que don Seve creyera cosas que no iban a pasar:

–Yo… yo… no beberé nada…!, yo vine a estar con Rodrigo, y no a beber vino con Usted…!, – Elizabeth    le hablaba con convicción, y el viejo lo notaba, por lo mismo ya le empezaban a pulsar las venas de las sienes producto de la ira que le causaba al notar como la pendeja se rehusaba a hablar y tomar vino con él, y tras mirar que su mujer estaba al interior de la cocina desde donde no los podía ver decidió cambiar un poco de técnica ya que eso de querer haber sido cortes con aquella endiablada chamaca no estaba resultando como él quería.

–Si…! si lo harás…!, recuerda que nosotros dos ya nos hemos acostado… eso me da ciertos derechos para hacer muchas cosas contigo, como esto, por ejemplo, –el vejete junto con decirle lo último en voz baja, y con toda la propiedad del mundo posó una de sus manazas peludas el pleno muslo de la nena y por debajo de su mini falda

–Nooo…!, don Seve… Usted está loco…! no me toque…!!, -le reclamó Elizabeth    en el acto y mirando hacia la cocina temiendo que la señora María saliera y sorprendiera a su marido manoseándola en el mismo living de su casa.

En tanto el viejo continuaba hablándole muy cerca a sus oídos aprovechando de mirar en primera fila ese precioso nacimiento de chichotas que estaba dispuesto a chupar a penas se le diera la oportunidad:

–Entonces bebe conmigo pendeja… aunque sea solo un trago… si no quieres que te empelote aquí mismo y aparte de comerte las tetas te culie tirada en la alfombra delante de mi esposa…

–E… Esta… bien…, pero solo será un trago y nada mas…!, -junto con decirle lo ultimo la chamaca como pudo le retiró la mano de su pierna con la suya.

–Así… esta mejor pendeja…, a propósito te ves muy linda con esa blanca ropita que te pusiste!, si pareces un verdadero vasito de leche ricura…!! Jejejeje…!!

Elizabeth    , que no le causaban ninguna gracia las palabras de halago que le profería el vejete, y  con tal de que este la dejara tranquila tomó la copa que le habían servido y bebió tres sorbos del vino, en tanto el viejo para no seguir asustándola se paró del sofá en que compartían y se ubicó sentado en otro sillón que estaba justo al frente  de ella, desde donde se dedicó a mirarla en forma penetrante mientras la morboseaba pensando en que solo en un rato mas se la iba a estar culeando. (Delante de su esposa para él, y delante de la madre de su novio para ella

Don Seve estaba recaliente mientras se bajaba el solo la botella de vino, únicamente se daba a comérsela con sus ya enrojecidos ojos, imaginándola desnuda y apareándose con él.

Fue en eso que la buena señora María les daba aviso que la cena ya estaba servida, la nena de muy malas ganas se puso de pie creyendo que iban a cenar sin esperar a su amado ya que vio solo tres cubiertos puestos en la mesa, por lo que rápidamente le dijo al vejete lo que ella pensaba.

–Don Severiano, yo creo que lo mejor es que Usted se sirva su cena junto a su esposa mientras yo espero a Rodrigo viendo televisión, el está por llegar no?

El viejo, que según él era de origines italianos ya se estaba cansando de la actitud de Elizabeth    , claramente se daba cuenta que la chamaca desde que había llegado a su casa lo estaba rechazando haciéndole ver abiertamente que ella no quería nada con él. Es que nuestra nena estando en su sano juicio era una chica muy bien portada, en su correcta personalidad no estaba eso de andar coqueteándole a viejos calientes, si bien en su fuero interno ella sabía que ambos se habían acostado esto se sucedió en forma forzada y bajo engaños, además que se había jurado que ella por nada del mundo iba a volver a dar pie para que el odioso vejete confundiera las cosas.

Pero por su parte don Severiano que estaba muy aireado por la forma en que le hablaba la colegiala ya estaba casi a punto de correr la cortina y decirle abiertamente a la chamaca que Rodrigo no iba a llegar y que ella después de cenar se iba a tener que ir a acostar con él en la misma habitación matrimonial de la casa, había esperado tanto por esta oportunidad que no estaba dispuesto a desperdiciarla, total ya había acondicionado a su mujer que era la parte más difícil de lo que espontáneamente se le ocurrió de un momento a otro, y si esta se ponía a armarle escándalos le volvía a pegar y punto.

–Escúchame chamaca…!, -le dijo finalmente don Seve y en forma amenazante, –Lo mejor que puedes hacer y que es en beneficio para todos los que viven en esta casa es sentarte en la mesa y cenar conmigo… mira que ya estoy perdiendo la paciencia.

La nena desde su posición y al estar parada casi al frente del vejete siendo ambos casi de la misma estatura le vio que tenía las pupilas de sus ojos llenas de venitas rojas, como si estos estuviesen trisados y a punto de quebrarse, situación que le empezó a causar más temor todavía.

–Pe… pe… pero y R… Ro… Rodrigo… el va a llegar?, -la nena hacía la consulta mirando a su suegra que con los ojos llorosos era testigo de todo lo que estaba ocurriendo, además que Elizabeth    ya vislumbraba que en esa casa algo extraño estaba ocurriendo.

–Por favor mija…, -dijo de pronto la suegra de Elizabeth    , –solo siéntate y cena con nosotros…

–Pero contésteme señora María… Rodrigo va a llegar?, -la contrariada chamaca miraba alternadamente a su suegra y al vejete, como si de verdad estuviese exigiendo que alguien le dé una buena explicación de lo que ahí sucedía, pero lo único que obtuvo por respuesta fue un extraño silencio.

La buena mujer que en un momento estuvo a punto de decirle a Elizabeth    la verdad y que lo mejor que podía hacer era retirarse lo antes posible, fue fulminada por una bestial mirada de su marido, y recordando además que si en esa casa no se hacia lo que Severiano deseaba lo más seguro era que las iba a pagar su hijo, solo se dio a contestar:

–Si mija… el llegará en cualquier momento… solo siéntate a la mesa y cena con nosotros.

Elizabeth    que no estaba para nada convencida con la respuesta de su suegra lentamente fue tomando asiento en la mesa, viendo que el facineroso vejete hacía lo propio con su silla muy apegada a la de ella, y cuando la señora María hubo servido los tres platos, el viejo con toda la autoridad que a él le correspondía en ese hogar le dio sus instrucciones a su mujer:

–Tú no vieja…!, retira tus cubiertos y tu plato y vete a cenar a la cocina, o simplemente desaparécete no muy lejos de aquí, si necesitamos algo te avisaremos y tu vienes y nos atiendes, jejejeje…, -le demandaba abusivamente don Seve a su esposa.

La pobre viejita quien aun se decía que toda esa mal cuerna inventada por su odioso marido era solo para seguir humillándola a ella y a su hijo, pensaba que a Severiano ya se le estaba pasando la mano, mientras caminaba a la cocina con su plato y sus cubiertos preguntándose de que cosa podría hacer ella?, ya que si intentaba poner las cosas en su lugar el muy bestia de su esposo era capaz de pegarles a las dos juntas, y al siguiente día también las pagaría su hijo, así que decidió que las cosas siguieran fluyendo, en algún momento el hombre tendría que aburrirse de tanto teatro.

Por su parte la colegiala mientras sentía en su naricita todo el aliento a vino mezclado con gases estomacales que manaban de la bocota del viejo italiano mientras este vociferaba escuchaba incrédula las despóticas instrucciones que le daba este a su mujer despachándola cual sirvienta a comer en la cocina, a la vez que se preguntaba a qué horas iba a llegar finalmente Rodrigo?, pero su mente y debido a las anteriores circunstancias poco a poco le estaba avisando de cuál era la verdad: los ojos llorosos de la señora María cuando la fue a buscar a su casa; una parte de su cara visiblemente inflamada producto de un golpe que debió haber recibido; la botella de vino para dos, la cena para dos, la forma prepotente en que el odioso viejo se estaba dirigiendo a las dos, todo eso tenía un solo significado para la contrariada chamaca y este era que sencillamente Rodrigo no iba a llegar.

El viejo ya casi se había devorado todo lo puesto en la mesa, y Elizabeth    lo miraba de soslayo sintiendo los continuos eructos que este dejaba salir sonoramente en cada intertanto mientras engullía, presintiendo además que por cada minuto que pasaba su situación en aquella casa se ponía más peligrosa, así que en pos de su integridad y para que ahí no fuese a ocurrir una desgracia lentamente fue corriendo su vacío plato hacia atrás para posteriormente ponerse de pie y darle aviso al vejete que ella se retiraba (error).

–Don Severiano… en vista que Rodrigo no ha llegado y que Usted ya se ha servido casi toda su cena, yo ahorita me estoy yendo, tengo que hacer muchas tareas sabe…?, y además…

–Siéntate pendejaaa…!, -bramó don Seve sin dejar de mirar su plato y masticando un trozo de pollo asado, el viejo continuaba: –y no hables mamadas…!!, tú de aquí no te vas hasta que yo te lo diga…!!!

–Pero don Seve… si Rodrigo no está en la casa para que quiere q…

–Sientateeee he dichoooooooooo…!!!!, -le gritó ahora el viejo poniéndose rápidamente de pie e interceptando a la decidida mamasota, su ulcera ya le estaba zapateando.

–Severiano…!, deja que la niña se vaya para su casa… ya es tardeeee…!!

La buena señora María que había estado viendo y escuchando la situación desde la cocina salió rápidamente a cooperarle a Elizabeth    , pensando equivocadamente que su marido iba a recular en sus malsanas intenciones, según le había dicho horas antes. Pero el vejete al ir tomando aire e inflando su panza lo que más pudo le mandó un bestial grito que tanto Elizabeth    como la vieja se paralizaron de pavor.

–Tu te me callas vieja desgraciada y entrometidaaaa…!!!! Y te me vas al tiro para la cocina que es el único lugar que te corresponde en esta casaaaaaa…!!!!! Fuera de aquiiiiiiiiiiii…!!!!!!!!!, -aparte de estar extremadamente alterado el viejo era muy machista.

La señora María muerta de miedo se fue a recoger los platos y se puso a lavarlos en forma neurótica, recordando que la iban a moler a palos si no hacía lo que le decían. –Y tu pendejaaaa…!!!, -le dijo ahora a Elizabeth    con la voz un poco más baja pero tan alterado como anteriormente. –Para que le vayas sabiendo… el maricon ese que tienes por novio no va a llegar hasta mañana, así que he decidido que esta noche nos acostaremos los dos juntos…!!!!, -le iba diciendo ahora acercándose peligrosamente mientras la desesperada nena iba retrocediendo.

La ahora muy escandalizada colegiala no daba crédito a lo que sus oídos acababan de escuchar, o sea, ese viejo sí que estaba loco, como podía pretender acostarse con ella estando su propia esposa presente en la casa, y que más encima se lo decía a viva voz y con la señora María escuchándolo todo.

Ahora sí que todos los sucesos ocurridos le iban calzando, pensando acertadamente que algo había sucedido en esa casa antes que su suegra la fuera a buscar, a eso se debía el alterado estado de la viejita y las notorias magulladuras en su cara, además que por algo ahora también había intentado defenderla. Cuando su mente le aclaró más o menos lo que ahí estaba pasando, un real estado de ira y de odio hacia ese abusador vejete alteró sus sentidos, por lo que se propuso férreamente a no darle en el gusto de lo que pretendía:

–Nooo…!! No don Severianoooo…!! Yo… yo… no me acostaré con Usteddd…!!!, -le dijo en el momento que dejo de retroceder, y levantando su manita hacia el vejete en clara señalización de PARE.

–Si lo harás zorraaaaaaaa…!!!, -gruñó el viejo no haciéndole caso a lo que decía, –O acaso creías que por haberte desaparecido de esta casa no lo volveríamos a hacer…!?, -terminó diciéndole a viva voz.

La chamaca al notar como el viejo pregonaba en voz alta que ellos ya se habían acostado no importándole la presencia de la señora María en la cocina rápidamente bajó la guardia cayendo casi en la desesperación con solo imaginar lo que podría pensar su suegra si es que se quedaba con la idea de lo que ella había hecho con su marido.

–Don Seveee… calleseee…!, su esposa esta la cocinaaaaa…!, -la chica ahora se lo decía en forma casi inaudible…, y moviendo sus manitas en forma desesperada.

–Si lo haremos pendeja…!!!, -el vejete seguía hablando en voz alta con la única idea de que su esposa los escuchara desde la cocina, –Y será mejor que pongas de tu parte, así se te hará más fácil aceptarlo…, -junto con decirle lo ultimo don Seve agarró a la chamaca y se la empezó a llevar al dormitorio matrimonial entre forcejeos y manoteos por parte de la espantada nena que aun no creía lo que estaba sucediendo en la misma casa de su amado Rodrigo.

–Y que es lo que tengo aceptarrr…!!??, –Suélteme don Seveee…!!! que haceeee…!!!???, Para donde me llevaaaa…!!??, -chillaba la nena con total desespero en el momento que se la llevaban a la recamara matrimonial de aquella casa.

–Aceptarás que el único macho que tienes bajo este techo soy yooo…!!!. Que te quede claro encuinclaaaa, además que he decidido que desde hoy día mismito tu pasas a ser mi mujer oficial… jajaja…!!! Por lo tanto ahora te llevo para la camaaaa…!!!!

Cuando Elizabeth    se vio de un momento a otro metida en la misma habitación en que ese miserable hombre ya se la había violado una vez, en forma atacada se daba a mirarlo con sus bellos ojos verdes bien abiertos analizando las salidas pretensiones de su casi suegro, el viejo literalmente le estaba diciendo que se lo iba a volver a hacer no importándole la presencia de su pobre esposa, que la trataba peor que a una sirvienta, pero ella se había prometido nunca más acostarse con él, ni por muy rico que haya sentido al final de la otra incursión, y ahora menos viendo lo muy miserable y aprovechador que era.

–Y que me miras con cara de mensa pendeja, ahí está nuestra cama, esta desde hoy será nuestro nidito de amor, jejeje, vamos quítate esa ropita y acuéstate, llevo más de un mes esperando este momento, jajajaja!!

La chica armándose de valor e intentando no hacer escándalo por respeto a esa pobre mujer tomó aire y se dio a intentar hacer entrar en razón a ese viejo demente que osaba a tomar decisiones por ella.

–Don Seve…, por favor… ya es suficienteee…, -se atrevió a decir erróneamente Elizabeth  , pensando que tal vez el caliente de su suegro podría pensar con algo de cordura, –Yo no me voy a acostar con Usted… Rodrigo es mi novio, y Us…

El vejete le cortó al instante, ahora sí que ya estaba aburrido con la actitud poco cooperadora de la tremenda chamaca, así que sin importarle que la puerta de la habitación estuviese abierta hasta atrás y con la presencia de su esposa muy cerca de ella, el se iba a encargar de dejarle bien claro a la pendeja esa el lugar que le correspondía a ella en esa casa, pero primero iba a comenzar como él ya lo deseaba así que no midiendo consecuencias decidió que simplemente se la iba a violar, junto con esto último empezó a vociferarle sus impúdicos propósitos a la misma vez que él se comenzaba a sacar la ropa, Elizabeth    quedó aterrada:

–Claro que lo harás zorraaaaaa, y lo harás porque desde hoy día yo soy tu único macho… jajajaja!! Serás mi mujerrrr…!! mi hembraaaa…!!! mi putaaaa…!!!!, -con esta última frase el vejete abrió su propia camisa con fuerzas y de par en par sin siquiera desabrochar los botones los cuales saltaron lejos y en distintas direcciones, –Mañana mismo quiero que mandes a la verga a tu noviecito y le dirás que tu eres mucha hembra para un pobre maricon como el… jajajaja…!!!! –Te voy violar zorritaaaa…!!! –Te voy a meter la verga por todos tus orificiossss… ya verassssssss…!!!!, -el semental italiano ya estando con su tremenda panza peluda al aire y después de desabrocharse el cinturón ya se comenzaba a bajar el cierre del pantalón para quitárselo, mientras seguía vociferándole, –Te voy a estar dando verga hasta que te desmayes para después embutirte todos mis mocos bien adentro de la zorra preñándote una  y otra vez…, – Elizabeth    con horror y asqueada al máximo veía ahora como el obeso mastodonte se comenzaba a sacar los calzoncillos delante de ella y no dándole tregua en su bombardeo de leperadas, –Me darás por lo menos unos 5 chamacos… Te meteré esto hasta por las orejas, jajaja!!!!! –le decía ahora bamboleándose su erecta herramienta ante una atribulada jovencita que se encontraba paralizada y sin saber qué hacer ante la demencial situación que estaba viviendo, Elizabeth    aun veía como el viejo se la agitaba de la forma más desvergonzada imaginable, y fue el enloquecido viejo quien la hacía volver a la realidad de la forma más espantosa en que lo puede hacer una mujer en aquellas circunstancias:

–Escuchaste pinche zorraaaa…???!!!!, -diciéndole esto último se abalanzó rápidamente sobre ella y de un puro movimiento la inmovilizó por detrás pasándole su brazo por el cuello y para ser el mismo quien comenzara a sacarle la ropa.

–No don Seveee…!!! que haceeee…!!!, -era lo que lograba decir la nena con sus dos manitas puestas en el brazo que la inmovilizaba, sus ojitos estaban fuertemente cerrados y notaba como el aire empezaba a escasear en sus pulmones.

–Pues que hago…!?, estoy encuerándote para luego violarte, a ver si te quedaran ganas de volver a ponerte quisquillosa, jajajaja…!!!!

–No don Seveeee…!! no me violeeee…!! está su esposaaaaa…!!!!, -era lo que apenas podía gesticular.

La nena no era consciente de lo que decía, o sea cualquiera de nosotros podría entender perfectamente que según ella don Seve si se la podría violar estando ellos solos, pero entendamos la difícil situación por la que estaba pasando la colegiala, obviamente sus neuronas estaban más que alborotadas.

–Si te violaré pendejaaa…!!!, pero eso solo será al principio…!!! luego de que te entierre mi verga adentro de tu panocha por razones obvias serás tu solita quien empezaras a bailar con tu concha clavada en ella… ya verás, jajajaja… o acaso ya se te olvidó lo rico que la pasamos la otra vez…?, jajajaja…!!!!

Elizabeth    –Noooo…!!! Usted me violoooo…!!! Usted me violooooooo…!!!!,-dentro de su desesperación la aterrada mamasota se daba cuenta que el viejo ya casi vociferaba a los 4 vientos que ellos ya se habían acostado, por lo que se encargaba de que la señora María se enterara de que lo sucedido entre ellos había sido producto de una violación, no fuese hacer que su suegra vaya a pensar mal de ella, recordemos que a la nena le importa mucho salvaguardar su reputación.

La señora María por su parte quien inevitablemente había estado escuchando desde la cocina todo lo que ocurría en su propia habitación matrimonial de pronto cayó en cuenta que entre ellos si había pasado algo, según ella misma escuchaba, pero nunca imaginó que el animal de su marido haya sido capaz de haberse atrevido a violar a la joven novia de su hijo, así que armándose de valor se propuso a nuevamente ir a socorrer a la pobre chamaca antes de que se la volvieran a violar.

–Severianoooo…!!! ya déjala…!!!, -la doña con las manos llenas de espuma del detergente y con un plato a medio lavar desde el umbral de la puerta de la habitación veía la cruda escena de observar a su marido completamente desnudo mientras mantenía inmovilizada a la chica por detrás de su cuello, la imagen era demencial.

Don Severiano quien estaba bajo los efectos del alcohol por haberse bebido la botella de vino el solo, con cara de neurótico y de maldad giró su cara hacia donde estaba su esposa para volver a amenazarle en forma bestial:

–Cállate desgraciadaaaaaa!!!! Y vete a otra parte donde no molestes…!!!!, y ni se te ocurra llamar a la poli o avisar a los vecinos porque ya sabes lo que ocurrirá a parte de molerte a palos… jajajaja…!!!!

La pobre vieja con solo verle la cara de desquiciado de su marido supo que este no iba a soltar a la joven, así que otra vez se tuvo que retirar intimidada ahora al sofá en donde sin saber que hacer simplemente se puso a llorar por lo que estaba ocurriendo en el que se suponía que era su hogar, ella sabía lo que ocurriría si es que ella intercedía por la nena, las consecuencias las pagaría su hijo, pensaba entre sollozos y con sus dos manos llenas de espuma en la cara, el plato estaba en el suelo.

Mientras tanto en la habitación que continuaba con la puerta completamente abierta, el viejo de solo tres zarpazos le arrancó la falda a la angustiada chamaca para en forma automática arrojarla a la cama. Elizabeth    rápidamente se deslizó hacia el respaldo de esta quedando semi acostada y con sus dos muslos bien juntos y doblados como si estuviese protegiendo aquella parte de su cuerpo que nuevamente estaban prestos a usurpar.

El viejo la miraba con su ardiente y deseosa mirada sin creérsela ni el mismo que ya casi la tenia lista, sus enrojecidos ojos prácticamente ya se la comían llamándole mucho la atención lo buena que se veía la mamasota solo en pantaletas blancas, con su ajustada polera alba la cual le hacían resaltar esas tremendas chichotas que se gastaba, y aun calzando sus pequeñas zapatillas con taco, estas la nena las había elegido a sabiendas que con ellas puestas su figura se veía aun más imponente de lo que ya era según lo enseñado por Claudia hace un par de años.

En la posición antes descrita Elizabeth    solo se daba a protegerse sus tetas con un brazo y su panochita con su otra manita, ya casi estaba entregada a su triste e injusto destino preguntándose otra vez porque a ella le pasaban estas cosas si ella hacía todas sus tareas y estudiaba mucho, además que de chamaquita siempre intentaba portarse bien con todo el mundo, mientras el exaltado y caliente de don Severiano encuerado como estaba y que le importaba una mierda el bien comportamiento de aquella pendeja no dejaba de chaquetearse impulsivamente la verga mirándola y recorriéndola centímetro a centímetro una y otra vez.

–Jejeje!! Te ves muy apetitosa así como estas pendejita rica, pero ya es hora de que realmente empecemos a pasarla bien, no crees?

Elizabeth   quien no podía pensar claramente al saber que la puerta de la habitación en la cual se la iban a violar estaba abierta y con su suegra tal vez escuchándolo todo, solo se dio a negarle desde la cama con su cabecita, mirándolo de reojo y con la expresión de su cara como si en cualquier momento se fuese a largar a llorar. El viejo continuaba con sus aberrantes intenciones:

–Ya te lo dije zorrita, esta noche serás mi hembra con todas sus letras, lo haremos como verdaderamente lo hace un marido y su mujer, así que por favor… solo lo diré una vez, sácate los calzones y libérame tus tetotas… ahoraaaaaaaa…!!!

La colegiala lo quedó mirando directamente a su aborrecible cara, estaba aterrada por lo que se proponía este vil y depravado hombre que no sentía respeto por su hogar ni por su familia, lo veía tremendamente obeso y peludo, los plomizos y enmarañados pelos de su pecho y de sus hombros se notaban grasientos, por lo que se preguntaba de cómo había sido capaz ella de haberle confesado a Claudia que ese amorfo esperpento estaba entre los favoritos a la hora de ponerse a coger con alguien, y para rematarla decirle que su verga era una de las mejores que ella había probado, y todo por culpa de su cuerpo que cuando le hacía sentir rico la impulsaba a hacer y decir todo tipo de peladeces.

El asunto era que en ese momento viéndolo de otra perspectiva para la ahora sensata chamaca ese vejete era de lo más asqueroso y detestable, y lo que le pretendía hacer ahora en la misma casa en donde vivía su amado y en las mismas narices de su suegra era tan abominable como desquiciante lo que la llevaron a que rápidamente se levantara de la cama e intentara nuevamente en forma altanera a no dejar que otra vez se lo hicieran:

–Don Severiano…! ¡Ahora sí que yo no lo haré con Ud.!, -le dijo muy envalentonada y con altanería.

El viejo se la quedó mirando fascinado, ni siquiera había prestado atención a lo que la jovencita le decía con aireada arrogancia, solo se daba a deleitarse con esa celestial imagen que tenía ante su detestable mirada, esas piernotas formidables y bien ponderadas con respecto al resto de su cuerpo lo volvían loco, la polerita blanca un poco subida mostrando su ombliguito y un poco más, con esas chichotas que subían y bajaban producto de la agitada respiración de la chamaca, ni que decir que al estar aun con sus zapatillas con taco puestas le hacían ver aquel cuerpo aun mas estilizado de lo que naturalmente ya era.

Estando en eso poco a poco cayó en cuenta de las últimas palabras dichas por la nena.

–Jajaja!! Así que no quieres hacerlo?, -le dijo de pronto riéndose el desnudo mamut italiano, –Pus…! eso lo veremos ahorita mismo!!, ya vas a ver si lo haremos o no…!!.

Elizabeth    lo vio abrir un antiguo ropero con diseños anticuados, de donde sacó desde su interior un grueso cinturón de cuero para luego verlo venir a ella con su verga mas parada que antes, cayendo en cuenta que por mensa ahora mismito se la iban a zurrar, además que con solo verle su siniestro rostro mofletudo con las cejas hacia abajo como si estuviese muy enojado se arrepintió de lo que había dicho, otra vez las ganas de mearse atacaron su estomago debido a lo que con toda seguridad le iba a ocurrir.

La colegiala apenas vio que el cinturón venía hacia ella por los aires solo atinó a  taparse desesperadamente su cara sintiendo el primer guascazo por sus hombros y su espalda, no supo en qué momento se vio arrinconada y agachada contra el muro para recibir el mismo tratamiento dos veces más, hasta que de pronto se sintió firmemente jalada de los cabellos obligada a levantarse, la nena estaba siendo vapuleada tal cual como si ella fuese una muñeca de trapo en donde el aprovechador Severiano no perdió tiempo en encuerarla el mismo.

Lo más simple fueron sus blancas pantaletas que el vejete tomándolas primero de una parte de su caderas se la bajó hasta la mitad de uno de sus muslos, luego la otra parte la misma operación, hasta que en tres zigzag por cada lado del curvilíneo cuerpo fue la misma chamaca que por acto reflejo terminó por retirárselas con sus pies aun calzados, prefería quedar desnuda a que le siguieran pegando.

Luego fue el turno de su blanca polera, en donde ahora la nena muy cooperadora levantó sus brazos para que a don Seve no le costara tanto trabajo retirárselas, para finalizar siendo ella misma quien con sus dos temblorosas manos llevarlas hacia atrás de su espalda y terminar sacándose el sostén dejándolo caer ahí mismo donde estaba parada, como demostrándole a don Sevito que ahora sí que ella se portaría bien.

Por su parte el viejo Severiano que se había calentado aun mas por el solo hecho de haberle pegado también se encontraba totalmente salido de sus cabales, nuevamente la tomó en forma violenta de sus cabellos ubicándola frente a frente de cara a él y desnuda como estaba para luego notificarle:

–Y esto es para que nunca más se te olvide quien es el que manda en esta casaaa…!!!, -en eso el sulfurado viejo tomó impulso y…

–Plaffffffff…!!!!!, -retumbó la más fuerte cachetada sentida por la nena desde que los viejos se la cogían, que la hicieron caer al gastado piso de madera de la habitación que aun olía a cera. (Ya que la señora María enceraba a diario.)

Elizabeth   desnuda y tirada en el suelo no daba crédito que el padrastro de Rodrigo le estuviera pegando, la nena se encontraba con su torso semi flectado y con sus dos antebrazos apoyados en las tablas de madera, su sedoso cabello negro le tapaba toda su carita, y aunque la nena estaba espantada con tal tratamiento aun no lloraba.

El despiadado Severiano quien no estaba seguro si deseaba seguir pegándole o a cogérsela de una buena vez por todas, con solo observar aquel esbelto y joven cuerpo de Diosa al desnudo optó por la segunda opción, claro que si ella se ponía escandalosa nuevamente ya no le quedaría más que seguir con la primera (¿se entiende verdad?).

–Ahorita te voy a enseñar a que te comportes como mi mujer pendeja de mierda…!!, o acaso quieres que te siga pegando perra asquerosaaaaa…??!!, -le dijo finalmente el enfurecido viejo quien nuevamente comenzaba a masajearse la verga como dándose fuerzas con esto para la inminente penetración que ya se veía venir.

–Noooo don Severianooooo…!! Por favor no me pegueeee…!!, -su vocecita era quejumbrosa.

La nena con solo imaginar ese grueso cinturón de cuero desgarrándole las carnes de su trasero estaba a punto de largarse a llorar de miedo ahí mismo tirada en el suelo y aun con sus diminutos zapatitos de taco alto.

–Ok, si es así demuéstramelo con una buena mamada, y ponle hartas ganas porque o si no tú ya sabes lo que te pasará, -el vejete le dijo esto último ubicándose justo en donde la chamaca estaba tirada, aparte de volverla a tomar bruscamente de sus cabellos para dejarla hincada ante él.

Elizabeth   no quería por nada del mundo chuparle la verga a don Severiano, pero extrañamente tampoco deseaba que le volvieran a pegar delante de su suegra, tenía que tomar una decisión rápido. Su situación era tan confusa que ni ella misma supo cual fue el momento en que con sus ojitos llenos de lágrimas procedió a con una mano despejar su rostro de los cabellos que lo cubrían, y con mucho pesar con la otra tomó la verga que ahora le estaban ordenando que chupara.

Y ahí estaba nuevamente nuestra bella mamasota hincada y desnuda ante la grotesca imagen del viejo Severiano quien la miraba hacia abajo esperando a que ella iniciara la acción succionadora.

Por su parte la chamaca a pesar del profundo asco que le provocaba ahora esta asquerosa herramienta de carne, al verla toda aceitosa y con inflamadas venas multicolores que pulsaba de arriba hacia abajo producto de la excitación de su dueño, y que en la base de esta estaba poblada espesa y selváticamente de pelos gruesos y negros, en contra de su voluntad fue abriendo su cándida y fresca boquita.

Elizabeth    se la fue zampando lentamente casi hasta la mitad de su extensión, y así con su atractivo rostro desfigurándose lentamente por el llanto se dio a echársela a la boca, tal como se dijo anteriormente, mientras copiosas lágrimas de dolor y pesar del alma rodaban por sus mejillas, su único afán llorando y todo era dejar contento a su suegro.

Don Severiano al sentir como su verga era deliciosamente comprimida por la dulce y fresca boca de Elizabeth  , se sintió estar más allá del séptimo cielo, era la primera vez de su vida en que una nena tan buenota como lo era Elizabeth   se la mamaba llorando, esto lo calentaron hasta la locura, pero que deliciosa tenía la boca y su lengua la pendeja, se decía mientras miraba como la llorona Elizabeth    se la seguía chupando.

Y claro la nena al estar llorando sin querer queriendo envolvía con su lengua una gran parte del tronco y todo su glande, haciendo que don Seve casi enloqueciera de calentura, ya que el viejo había esperado tanto por volver a sentir las delicias que provocaba cualquier parte del cuerpo de tan singular chamaca, en consecuencia ya sin esperar más y no importándole los ahogados gemidos de la nena ante su lloriqueo con verga en la boca, la agarró firmemente de los cabellos y comenzó el mismo a dirigir la labor chupadora, moviendo aceleradamente con sus dos manazas peludas la cabeza de Elizabeth    tal cual como si se la estuviera culeando por la boca.

Elizabeth    resistía la culeada bucal con entereza, era mucha la carne vergal que le metían y le sacaban al interior de su boca, por lo que ya la tenían babeando una gran cantidad de saliva, esta escurría por las comisuras de sus labios y caían en gruesos goterones por su barbilla hasta llegarle a las tetas, sus ojos estaban nublados de lagrimas que no eran solo de su lloriqueo sino que la mayor cantidad de estas eran por la falta de aire y por la gran presión de la verga que comprimía con aire sus órganos oculares, lo ojitos de la chamaca se agrandaban y se achicaban por cada irrupción de carne vergal que le introducían violentamente por la boca.

Afuera de la habitación y aun estando sentada en el living de la casa la señora María al borde de la locura estuvo escuchando la degenerada solicitud que le hacía su esposo a la niña que había logrado meter a su habitación, y ahora era testigo audible de los inmundos quejidos de placer que profería este  y de los escandalosos sonidos bucales que hacía Elizabeth    al estar con toda seguridad y forzadamente mamándole la verga a su marido mientras lloraba ahogadamente.

En tanto al interior de la habitación Elizabeth    ya estaba toda atragantada, el viejo le perforaba la boca hasta más allá de la garganta. De sus fosas nasales salían expulsados los trasparentes líquidos pre seminales que expulsaba don Severiano por la verga y que provenían de sus dos grandes testículos.

El odioso y caliente suegro de Elizabeth    ajeno a todo esto solo gozaba culeándole la boca con sus ojos cerrados y con su asquerosa bocota abierta, el espeso bigote le temblequeaba producto de las gesticulaciones placenteras que este inconscientemente hacía.

–Que rico es culearte por la boca putaaaaa…!!, -le decía el excitado viejo ahora mirándola hacia abajo y sin dejar de mover la cabeza de su víctima en forma violenta y acelerada, ni siquiera le importaba que su esposa lo estaba escuchando todo al otro lado de la pared.

La nena por su parte aguantaba la bestial cacha oral que le estaban poniendo de la mejor forma que podía sin siquiera atreverse a pensar de lo que podría estar pensando su suegra por lo que ella estaba haciendo con su marido.

Estando cada uno en sus propias ideas, de pronto don Seve de una se la sacó de la boca, quedando Elizabeth    arrodillada y con dos escandalosos gruesos goterones de babas mezclada con semen colgándoles desde los hoyitos de su naricita, y otros más abundantes todavía escurrían despaciosamente hacia abajo por su barbilla, por parte de sus tetas y por el estomago.

Estando en tan indecente estado la nena nuevamente y en forma sorpresiva sintió que su casi suegro la agarraba violentamente ahora de un brazo haciéndola poner de pie para otra vez el ubicarse detrás de ella alojando su erecta verga justo al medio de aquellas tersas y paradas nalgotas de las que ella era dueña, sintiendo al lado de su oído el desesperado y caliente vozarrón de este y que le decía:

–Bien pendeja culona, ahora nos echaremos a coger en mi cama matrimonial, y no quiero alharaqueros de tu parte ni nada parecido, solo te tenderás de espaldas y te abrirás de patas… yo me encargo del resto… esperaremos a tu novio culeando por toda la noche, jejejej, no es una maravilla lo que se me ocurrió para esperar a ese zorrito?, -Don Seve mientras le decía semejantes barbaridades a su joven victima la manoseaba entera, rápidamente se encargó de desparramar por todo su cuerpo los líquidos que embalsamaban a Elizabeth    . Lo hizo con los de su carita, siguió con los que bañaban sus brillosas y turgentes chichotas, moviéndoselas circularmente y para todos lados, estas estaban muy resbalosas.

Elizabeth    quien recién se recuperaba del anterior y salvaje tratamiento, escuchaba las atrocidades que le iba diciendo su suegro mientras la manoseaba, hasta que otra vez sintió que la empujaban violentamente cayendo de espaldas en la cama quedando puesta tal como don Severiano lo deseaba. Fue ahí cuando Elizabeth    supo que ya no tendría escapatoria, su casi suegro se la iba a culear, y así este insano mental se estaba encargando de hacérselo saber.

–Bien chamaca, -le decía el vejete mientras se ponía de rodillas sobre la cama tomando ubicación a los pies de la nena, –ahora quiero que apenas te meta la verga te pongas a coger como una perra en estado de leva, y también quiero que le pongas harto empeño y que me hagas sentir rico, porque si veo que no lo haces, te juro que te llevo toda encuerada a la misma farmacia donde está trabajando el maricon ese que tienes por novio y te culeo en sus mismas narices tirada en la vereda, jajajaja, te queda claro putillaaa…!!!???

Elizabeth    quien quedó casi en estado de shock al imaginarse a ella siendo violada por su casi suegro tirada en la misma vereda donde estaba la farmacia en donde trabajaba su novio, no le quedo más opción que mover su carita afirmativamente, claramente le estaba admitiendo al vejete que ella lo iba a hacer sentir rico como él le demandaba.

–Dímelo en voz alta zorraaa…!!!, Quiero escucharlo de tu propia voz…!!!, para que no queden dudas de lo que haremos aquí en la cama, mira que se podría prestar para malos entendidos, jajajaja…!!!!, -se burlaba el siniestro casi suegro mirando hacia la puerta completamente abierta de su habitación matrimonial.

–Si don Severianoooo…!, yo no quiero que Usted me viole en la calle y delante de Rodrigooo, snifff!!, por favor haré todo lo Ud. quiera!! Pero no me lo haga delante de Rodrigoooo…!!! snifff…!!! Snifff…!!! Buaaaaa!!! Buaaaaaa…!!! Sniffff…!!! Snifffff…!!!, -lloraba desconsoladamente la nena a sabiendas que la pobrecita de su suegra estaba escuchando todo lo que ella decía.

–Jajajajajaja!! Así está mejor lindura, recuerda lo que te dije antes, desde hoy día pasas a ser la mujer de esta casa, o sea MI MUJERRRR!!, mi hembraaaa!!, te voy preñar zorritaaaaa!!, serás solo miaaaa…!!!, ya vas a ver…!!!, te voy a violarrr todas las veces que yo quiera, jajajajaja!!!

Don Severiano aun no se la podía creer, aquella misma mañana ni se había imaginado como terminaría ese día, por fin se iba a volver a coger a esa linda criatura de suculentas medidas anatómicas que su hijastro le había llevado estúpidamente para la casa.

Mientras el excitado viejo que con sus peludas manos se encargaba de abrirle de par en par esas dos piernotas de tersa y brillante piel se daba a admirar y a embriagarse en esas endemoniadas y diabólicas curvas de hembra que casi lo hicieron enloquecer el día en que la vio entrar por primera vez a su casa de la mano del estúpido de Rodrigo.

Ahora su ardiente mirada estaba puesta fijamente en esa preciosa y tierna fisura de carne apenas sombreada por los escasos bellitos negros que la nena poseía en esa parte de su cuerpo, el vejete ya estaba aprontándose a tomar lo que la joven poseía al medio de sus piernas y que obligadamente le estaba mostrando crudamente en aquellos delirantes momentos.

La casi enloquecida chamaca vio y sintió como el viejo Severiano se echaba sobre su cuerpo para nuevamente hacerla su mujer como tanto le había repetido en el transcurso de aquella tarde y principios de la noche, por cada movimiento que don Seve hacía para acomodarse encima de su cuerpo, la cama crujía escandalosamente, la nena otra vez con su carita bañada en lagrimas solo aguantaba el peso de ese obeso cuerpo mirando hacia la puerta abierta.

–Ya pendeja estamos solo a minutos de que te me entregues, empecemos con unos besitos ricos de esos que tu sabes dar, -le decía el muy Satanás a la vez que le comprimía sus suaves tetas contra su peludo pecho al tenerla abrazada por debajo de sus hombros y buscando con su hocico hediondo a vino barato sus rojos labios cerrados.

La señora María lo había escuchado todo, desde la forzada mamada de verga hasta la indecente propuesta que le había hecho su marido a esa pobre chamaca que se estaba inmolando sexualmente para que el bestia de su marido no humillara a su hijo tal como había amenazado, la buena señora pensaba y estaba segura que la atractiva novia de su hijo era tan victima de Severiano como lo eran ella y su hijo.

Volviendo a la habitación matrimonial Elizabeth    no sabía qué hacer, don Severiano solo se daba a comprimir su verga sobre su casi depilada pelvis mientras intentaba meter su lengua por entre medio de sus apretados labios rojos que ella se negaba a abrir, la nena estaba muy lejos de querer ponerse a coger por las buenas con su casi suegro.

Don Severiano viendo que la chamaca estaba presta a dejarse a que se lo hicieran a pesar que se negaba a besarlo determinó que ya era hora de poseerla, y por su lado él verdaderamente ya se la quería meter todo lo que pudiera, la hembrita novia de su hijastro lo traía loco desde que la había conocido.

De un momento a otro el viejo se vio en una instintiva necesidad animal por culearla a como diera lugar,  estaba engolosinado en un universo de deseos lujuriosos, así que ya no esperando nada mas metió su mano por entre medio de los dos cuerpos tomando su verga y ubicando el descubierto glande justo a la entrada de tan esplendorosa vagina, pero la asustada chamaca  anticipándose a que la penetraran instintivamente intento cruzar sus piernotas, pero el viejo no dejándole opciones rápidamente se las volvió a abrir empujando su apéndice y adentrando la punta de su verga en el inicio de tan deseado reducto amatorio, para luego notificarle con su cara casi encima de la de ella:

–Ahora te voy pendejaaaa…!, así que cuando la recibas aguántala lo mejor que puedasss…!!!, -le dijo el odioso hombre a la vez que volvía a acomodarse sobre sus muslos abiertos.

La escandalizada Elizabeth    lo escuchaba casi no pudiendo respirar por el peso del tremendo viejo, sus manitas nerviosamente se agarraban de las ropas de cama y a veces se posaban en las laterales de la tremenda y blanda panza que la comprimían contra el colchón, con repulsión le veía los cachetes de su cara solo a centímetros de sus ojos, también veía la gran cantidad de traspiración que corría por el cuello de aquel cerdo que ya estaba solo a segundos de violársela.

Elizabeth    sintiendo que don Seve ya empezaba a presionar su verga para metérsela comenzó a llorar de miedo, de rabia, y de impotencia por todo lo que le estaba sucediendo, su casi suegro nuevamente se la iba a culear simplemente porque él lo había decidido.

Y así estando ella con sus bellas piernas bien abiertas y con semejante animal sobre ella, este último ya no esperando nada mas empujó con fuerzas descomunales hacia el interior de la vagina de la decepcionada colegiala quien se daba cuenta que otra vez selo estaban metiendo a la fuerza sin ella haber sido capaz de evitarlo.

Elizabeth    –Ahhhhhhh…!!!!, Nooooo…!!!, por…fa…vorrrrrr!!!!, Don Seveeee…!!!! no me lo hagaaaa…!!!!, -fue lo único que alcanzó a gritar Elizabeth    pero ya era tarde, su casi suegro estaba totalmente ensartado en ella y mirándola con cara de enojado placer…

–Arggghhh…!!!, no recordaba lo ajustada que tienes tu rendija zorra asquerosaaaaaa…!!!!, -fue lo primero que le dijo don Seve justo encima de su carita por la cual ahora caían lagrimas en forma más abundante que antes, a la vez que le mandaba otra bestial estocada vergal para que no se le olvidara que era él quien nuevamente se la estaba cogiendo.

Elizabeth    también lloraba por el intenso dolor en su vagina, el viejo era un bestia, se la acababa de meter sin siquiera haberla lubricado antes, ni siquiera un escupito le había mandado en la panocha antes de metérsela, los ríos de lágrimas brotaban copiosamente desde sus hermosos ojos verdes bañándole toda su carita.

Don Seve ya se había empezado a mover sobre el esbelto cuerpo de la desdichada mamasota quien estoicamente aguantaba las feroces arremetidas de coito que le estaban pegando a su fértil y saludable anatomía en tanto ella solo se daba sollozar por su desgracia.

Mientras se la culeaban firmemente sus bellos ojos verdes nublados en lágrimas cruelmente dieron con un vistoso retrato antiguo enmarcado en madera que colgaba en el muro de la habitación, en este estaban retratados don Severiano, y la señora María mucho más jóvenes de cómo eran ahora, pero lo más fulminante y terrible de aquello para nuestra pobrecita colegiala fue ver que al medio de ellos estaba parado un niño de edad indeterminada, obviamente era Rodrigo cuando era más chamaquito, la nena como pudo volteo su mirada para no ver mas y ahora sencillamente se puso a llorar mas amargamente que antes por todas las emociones causadas en su mente con aquella inocente y antigua fotografía.

Su casi suegro ajeno a todo esto solo se daba a moverse y a sentir las placenteras sensaciones que le otorgaba el interior del coño de Elizabeth    a su verga que se incrustaba una y otra vez, así que fue y le dijo:

–Prepárate pendejaaaa…!!! Porque ahora sí que me voy a empezar a mover fuerteeee…!!!!, -el indeseable hombre con mucha concentración y entusiasmado hasta más no poder aceleró las fuerzas de sus empujes, su gruesa verga increíblemente ya se deslizaba como si nada por el interior de la vagina de la quebrantada chamaca que aun no paraba de llorar.

Elizabeth    –Buaaaaaaa…!! Buaaaaaaa…!! Don Seveeeeee!!, por favorrrrrrr!! Ya… no… me… la… me….taaaaaa…!! Me dueleeeeeee…!! Sniffffffffff…!!! Snifffff…!!! Sniffffff…!!!, – Elizabeth    se sentía mancillada, aun se sentía seca, por lo que los dolores vaginales eran terribles, pero lo que más le dolía en aquellos infortunados momentos era que por primera vez ella si sentía que mancillaba el amor que le había entregado Rodrigo.

–Callateeee perraaaa puta mal paridaaaa…!!, y goza de la vergaaaa..!!!, Tomaaaaaa…!!!, -bramó el casi suegro mandándole un brutal estocada que a la nena casi se le salen los ojos para afuera, para luego seguir metiéndosela y sacándosela todo lo que él quería.

Elizabeth    quien lloraba audiblemente ya se estaba comiendo vaginalmente toda la gruesa extensión de la verga de don Severiano quien se la estaba culeando como todo un campeón, sintiendo aquel delicioso y acuoso calorcillo interior que le brindaba el cuerpo de aquella joven y atractiva Diosa que lloraba como una verdadera Magdalena. El viejo aprovechándose de su estado comenzó a decirle:

–Que te quede claro zorritaaaa…!, desde hoy pasas a ser mi mujer oficial…!!, así que te voy a estar cogiendo hasta que me harteeee…!!!, hasta que te deje bien  preñada de tanta verga que te voy a meter, -por cada frase con las que le notificaba sus salidas intenciones le mandaba sólidos empujones como si con estos firmara las promesas que le estaba haciendo,

La ultrajada chamaca solo se daba recibir la verga y con ello los fuertes empujones con los que la estremecían, escuchando además todas aquellas locuras que le decía su suegro con su carita volteada en sentido contrario de donde estaba el famoso retrato.

Ya con los ríos de lágrimas secos en sus mejillas solo se daba a aguantar de como el vejete junto como olerle sus cabellos por detrás de sus perfumados oídos y que también se los lengüeteaba este seguía con sus palabrotas:

–Mmmmm…!! que rica tienes la concha pendejaaa…!!!, -le decía casi babeando y arremetiendo circularmente con su verga hacia delante, esto lo hacía con sus ojos cerrados, –No me saldré de tu cuerpo en toda la noche, para que cuando llegue el tarado de Rodrigo nos encuentre cogiendo…, jejejeje, entiende que eres una hembra soberbia… hecha solo para ser cogida por un macho como yo y nadie masssss…!!!, -con sus palabras el casi suegro nuevamente comenzaba a acelerar sus embates, –Pero como a ti aun te gustan los maricones ahora te enseñaré lo que es culiar con un macho de verdad ricura, jajajaja!! La otra vez parece que te faltó que te metiera mas verga…!! pero ahora te dejaré al día…!!!, -en tanto la colegiala aún se mantenía con sus ojos fuertemente cerrados  producto del enajenante impacto emocional que le causaba estar siendo cogida prácticamente delante de la dueña de casa y que para rematarla era su suegra, sin mencionar que su conchita aun estaba seca.

Pero a don Severiano no le entraban balas, el estaba decidido a sacarle el máximo provecho placentero a esa colosal cacha que le estaba pegando a la novia de su hijastro, aunque la nena aun no sentía ni el más mínimo cosquilleo en su panocha igual se dejaba ensartar con su cuerpo totalmente brillante y mojado debido a la sudoración corporal.

El viejo que la violaba se la metía una y otra vez en forma completa y despiadada, el gusto y las placenteras sensaciones que le otorgaba la vagina de aquella exquisita y joven hembra a su verga eran indescriptibles, en cambio Elizabeth    solo sentía que prácticamente la estaban enterrando un grueso y largo palo por la zorra, experimentando además que su casi suegro cada vez se movía más fuerte y que intentaba adentrarse el máximo posible al interior de ella, escuchando como la cama crujía y rechinaba rítmica y escandalosamente ante los fieros bombeos que hacían sobre su cuerpo.

La asustada señora María desde afuera de la habitación no recordaba que su marido fuera tan fogoso a la hora de tener sexo, temía que la pobre chiquilla cayera al hospital después de tan brutal violación de la cual estaba siendo víctima, por cada quejido de dolor que escuchaba por parte de la nena la pobre mujer se persignaba deseándole la buena nueva para cuando por fin la liberaran.

Pero al otro lado del muro don Severiano bombeaba cada vez con mas desenfreno, metía, aserruchaba y taladraba profundamente en la adolorida panocha de la colegiala, haciendo círculos en ella como si de verdad intentara agrandársela mientras resoplaba de placer.

El casi suegro estaba sudando cual animal de carga transportando piedras para construir una pirámide en el desierto, y ahora sí que las lágrimas en los ojos de Elizabeth    ya se habían secado por completo, la nena en estas acaloradas instancias soportaba resignadamente las bestiales arremetidas de verga que le ponían a su cuerpo, ella también estaba toda mojada de sudor, así se notaba al estar ella con muchos de sus pelitos pegados en su frente, y ya inconscientemente con los ojos cerrados y levemente respirando por sus boquita semi abierta.

La pobre chamaca no supo cual fue el momento en que subió sus manitas al pecho del vejete claramente para que este no se dejara caer tan pesadamente sobre ella, pero ahora las había ido corriendo hacia las gruesas espaldas del viejo dando la impresión como si ella ya estuviese culeando de buena ley abrazada con el afortunado de don Severiano, ya que la imagen de la tremenda cacha que se estaban pegando sobre la cama era de campeonato y con ella sintiéndola con sus piernas bien abiertas, respirando por la boca, y con sus ojos fuertemente cerrados.

Don Severiano a sabiendas del portento de hembra que se estaba cogiendo había decidido prolongar lo más posible aquella terrible y antológica cogidota que le estaba pegando a la bella colegiala, los gritos y los lloriqueos por parte de la chamaca ya se habían extinguido, ahora lo único que se escuchaba en la habitación era el constante rechinar de la cama ante los violentos movimientos que se ejercían sobre ella.

Naturalmente y para no seguir solapando a nadie les diré que la perdida nena al estar siendo víctima del taladreo constante de una herramienta de dimensiones considerables inevitablemente su panocha ya estaba dando su opinión por sí sola.

Fue un no menor chorro de agüita caliente que la atractiva colegiala expulsó desde la concha con el cual le baño toda la verga a su casi suegro dejándosela aceitada y lubricándola de paso a ella también, o sea nuestra mamasota ya había empezado a sentir rico, pero ella aun se negaba a admitirlo, la cosa era que cuando el vejete mas profundizaba en las clavadas ella por puro instinto sentía imperiosamente la necesidad de devolverle el movimiento hacia arriba, así que en un momento dado amigos míos, la madre naturaleza ya había hablado, la casi perdida chamaca se vio a ella misma empujando sus caderas hacia arriba cuando la verga venía bajando, y a los pocos minutos de estos leves movimientos ya no lo eran tanto sino que  ahora ella ya estaba culeando con don Seve por autentica y genuina calentura.

Cuando el vejete se percató de ello de verdad que le dieron ganas de salir a tirar cohetes como para celebrar el año nuevo, pero en vez de hacer eso en forma automática se dio a animar a la chamaca para que se siguiera meneando más rico todavía:

–Ahhhh…!! que exquisito te mueves pendejaaaa!!, –Yo sabía que tarde o temprano ibas a aceptar la vergaaa…!!!! Jajajaja!!!! Esooooo…!!!! asiiiii…!!!! Mueveteeee…!!!! Así…!!! Como solo tú sabes hacerlooooooooo…!!!! Ohhhhhhh…!!!! que gustooooo que me das putaaaaaaaa…!!!!

La nena ya estaba desatada, en una recóndita parte de su mente Elizabeth    recordaba que su suegra debía estar escuchándolo todo, pero hacía tanto rato que no la veía que guarrillamente se dijo para sí misma que tal vez la señora María se había ido para otra parte, así que no la escucharía como tampoco la vería, además que estaba sintiendo tan rico, pensaba sin poder dejar de menear sus caderas y cintura.

Gradualmente su impetuosa sensualidad había ido tomando posesión de su mente y de su cuerpo ordenándole que se aferrara con mas energías a la obesa complexión de su casi suegro quien ahora y otra vez lo veía como su verdadero macho caliente,  hasta que ya queriendo gozar y ser gozada su mente decidió capitular, y se entregó en forma embelesada y lujuriosa a todo lo que el viejo caliente de don Severiano quisiera hacer con ella.

Ahora sus delicados y desnudos brazos se aferraban con pasión a esa tremenda guata que la aplastaba no alcanzando a rodearlo completamente, pero ella lo recorría lo que más podía si como realmente quisiera fundir su esbelto cuerpo con toda esa masa grasienta que se movía gelatinosamente sobre ella mientras le metían carne de verga por su intima hendidura.

La soberana cacha que don Severiano le estaba pegando a Elizabeth    era de escándalo, recordemos que la nena está completamente desnuda, con sus dos bellos muslos bien abiertos y recogidos, y aun con sus pequeños zapatitos con taco calzados en sus piececitos, los cuales se agitaban al mismo ritmo de la bestial cogida de la cual era víctima, mientras que don Seve sin dejar de zarandearla a vergazo limpio ahora la veía mirándolo con sus bellos ojos verdes semi cerrados, como también comprobó que de sus rojos labios caían una pequeña cantidad de saliva, señal inequívoca que aquella joven hembra ya se había rendido a los deliciosos placeres de la carne, notando también que por cada profunda estocada de verga que le ponía, la chica le regalaba una lujuriosa pero leve sonrisa en la cual solo imperaba el vicio, así que imagínensela.

Don Severiano y Elizabeth    ahora se besaban con apasionante lascivia. La entregada hembrita mientras se besuqueaba con su suegro, y guiada por su calentura lentamente fue subiendo sus manitas hasta la nuca de este para proceder a aplicarle un delicado masaje con la yema de sus dedos en tanto la seguían culeando casi sin misericordia.

Una inmensa y desquiciante calentura se había apoderado de la tímida Elizabeth    , el viejo Severiano quien había dejado de besarla para poder tomar un poco de aire con agrado ahora escuchaba los quejidos y suspiros de placer que emitía la caliente nena, estos poco a poco comenzaron a subir de volumen e intensidad, convirtiéndose a los pocos minutos en fuertes gritos y en alaridos de auténtico placer carnal y sexual, por lo que el casi suegro persistía en su frenético ritmo de mete y saca, y a medida que aumentaban los gritos de la colegiala,  mas aceleraba y tomaba fuerzas en sus penetradores movimientos, hasta que sus oídos escucharon lo que él ya tanto había estado esperando escuchar. Las exclamaciones de Elizabeth    fueron claras y con autentica convicción:

Elizabeth   –Ahhhh…!!! siiiiii…!!! Así papiiiiiii…!!! Ohhhhh…!!! Ricoooooo…!!! Mmmmm…!!!!soy tu puta cachame mas duro matame a pingasos no importa que me suegra escuche mis gosos…

–Te gusta cómo te la meto putaaaaaa…!!??, -le consultaba el caliente casi suegro de la chamaca quien miraba para la puerta de su habitación, claramente él deseaba que la vieja de su esposa escuchara las ardientes poterías que decía la novia de su hijo,

– Elizabeth    -Siiiii, don Seveeeeeeeeee…!!!, -le contestó la nena con autentica desesperación, y para luego seguir emitiendo guarradas y zorrerías de grueso calibre, –Métamela todo lo que quieraaaa…!!!!, mas adentroooo…!!!, bien para adentroooo…!!!!,destrozame y luego rómpeme el culo lo deseo tanto viejo maldito –Métamela mas firme por favorrrrr…!!!!, -le demandaba a grito limpio la colegiala a la misma vez que intentaba menearse con sus caderas con las mismas fuerzas en que el viejo le ponía sus feroces clavadas.

(Minutos antes en el living de la casa en donde se llevaba a cabo semejante culeada)

La señora María se mantenía en forma angustiada esperando a que su marido terminara de violarse a Elizabeth    , pero los enajenantes minutos pasaban y lo que estaba ocurriendo en su propia habitación matrimonial se prolongaba más de lo que ella pensó en algún momento. En forma nerviosa se había tenido que ir a preparar un té para los nervios, ni siquiera deseaba ni imaginarse que es lo que ocurriría con la relación de su hijo con su novia después de ella haber sido testigo de la brutal violación por parte de su esposo hacia la atractiva jovencita.

En eso estaba la buena señora cuando con alivio puso atención que la pobrecita de Elizabeth    ya no gritaba ni lloraba, ahora era solo el prolongado crujir de la cama y los resortes del colchón que subían y bajaban lo que se escuchaba en el silencioso ambiente de la casa, sumándole a lo anterior los sonoros resoplidos  que emitía su esposo cuando este al parecer se dejaba caer sobre el cuerpo de la callada chamaca.

Pero a la pobre vieja casi se le cae la taza de té de sus manos cuando escuchó que su marido elogiaba a la jovencita diciéndole lo bien que se movía ella, así que agudizando su oído creyó sentir que ahora la cama tenía un crujido distinto al interior, este era más rítmico y mejor sincronizado que el anterior pensaba en alguna parte de su mente la vieja, para luego decirse y convencerse de que eso solamente lo decía Severiano para seguir humillando a ella y a la joven.

Y justo en el momento en que se iba a pegar otro sorbo de té la tasa ahora sí que se le cayó de las manos al escuchar que era la misma nena quien exclamaba en voz alta y sin que nadie se lo ordenara lo siguiente:

Elizabeth    “–Ahhhh…!!! siiiiii…!!! Así papiiiiiii…!!! Ohhhhh…!!! Ricoooooo…!!! Mmmmm… méteme mas viejo mas ayy ya no aguanto oh Dios que me pasa soy toda una puta !!!!”

Esos gritos y palabrotas no eran de una mujer a la cual se la estaban violando se dijo de pronto la señora, pero lo que la dejo boquiabierta fue la segunda tanda de leperadas que berreaba la caliente chiquilla:

Elizabeth    “–Siiiii, don Seveeeeeeeeee…!!!, –Métamela todo lo que quieraaaa…!!!!, mas adentroooo…!!!, bien para adentroooo…!!!!, –Métamela mas firme por favorrrrr…!!!!”

En tanto adentro de la habitación el vendaval de guarrerías continuaba por parte de ambos:

–Eres la zorra mas suculenta y caliente que me he culeado en mi vida pendeja…!!!, -le notificaba ahora con cara de apasionado don Seve a la colegiala, y haciéndole ver sus nuevos requerimientos. –Quiero que desde hoy solo seas para mí y de nadie más…!!!!, -le exigía el viejo quien seguía aserruchando con toda la calentura del momento.

Elizabeth    –Siiii papiiii…!! Yo solo seré suyaaaaaaaa!! Soy su… suyaaaaaaa…!! Soy su mujerrrrrrr…!!, – Elizabeth    no era consciente de todas las peladeces que le estaba diciendo a su suegro, y menos era consciente que la señora María estaba parada en el umbral de la puerta viéndola y escuchando las estupideces que le decía a su marido.

La pobre vieja desde la puerta de su propia habitación y con sus ojos con lágrimas veía claramente la descompostura que estaba sufriendo la descarada novia de su hijo, que en esos momentos movía sus caderas rítmicamente a las clavadas que el caliente de su marido le pegaba. La veía debajo del cuerpo de su esposo con su barbilla alojada en el peludo hombro de este, estaba con sus ojos fuertemente cerrados y con sus cejas inclinadas hacia arriba, determinando que verdaderamente esa puta desvergonzada estaba cogiendo con cara de caliente.

En un extraño estado de nerviosismo mezclado con rabia la señora María veía como el cuerpo de Elizabeth   estaba siendo preso de unos fuertes y brutales espasmos de placer, la buena señora aun algo incrédula notaba como esa joven puta se retorcía e intentaba acoplarse aún más férreamente al grotesco cuerpo obeso de su esposo, y como ella totalmente salida de sus cabales le pedía,

Elizabeth    –Sigaaaa don Seveeeee…!!, Sigaaaaaa…!! Métamela enteraaaaa…!!! estoy a punto de irme cortadaaaaaaa…!!!! Métamela más fuerteee…!!!! Mas fuerteeeee…!!!!, Todaaa…!!!!, Todaaaa…!!!!

La infeliz madre de Rodrigo ya no quiso ver más, ahora estando nuevamente sentada en el sofá deseaba con todo su ser que esos dos sin vergüenzas terminaran de hacer lo que estaban haciendo, para que después esa joven y sucia ramera se fuera lo antes posible de su casa para nunca más volver a mirarle esa cara de puta que ella le había visto solo hacían muy pocos minutos.

Pero en la habitación matrimonial los contendientes sexuales estaban muy lejos de querer parar la faena de apareamiento, el caliente Severiano empujaba hacia el interior de la joven  sin cejar en su empeño, hasta que ambas matas de pelos, una suavemente sedosa y casi depilada, a diferencia de la otra que era motudamente peluda y espesa se quedaron pegadas y haciendo desquiciantes círculos de refriegue coital, sin despegarse ni siquiera un milímetro, lógicamente tanto el macho como la hembra ya estaban casi al borde de un fenomenal orgasmo.

Severiano ya creía ver la inminente explosión orgásmica que se venía en el cuerpo de su joven compañera de apareamiento, ya que su ardiente concha derramaba abundantes y calientes chorros de caldos vaginales, no estaba seguro si la nena realmente se estaba corriendo o se estaba meando, pero de lo que si estaba seguro era que le estaban bañando la verga en forma deliciosamente exquisita.

Elizabeth    –Asii…!!, así…!!! don Severianoooo!! Deme más fuerteee…!! deme más fuerteeee…!!!, -continuaba gritándole Elizabeth    ahora con su espalda totalmente enarcada y con su vagina bien levantada,  deseando para sus adentros y con todo su ser que su casi suegro descargara todo ese semen añejado que le había dicho poseer bien adentro de su cuerpo con la única finalidad que este la preñara tal como le había dicho.

–Te gusta mi verga pendejaaaaaaaaa…!!!, -le consultó don Seve sacándola a medias de su delirante estado de placer.

Elizabeth    –Me encantaaaaaaaa…!!!, -la respuesta de la chamaca fue instantánea, pero el viejo quería entretenerse y calentarse aun mas antes de acabar dentro de ella.

–Dime zorraaaaa…!!!, te has acostado alguna vez con el maricon de Rodrigo…!!??, -el viejo le preguntaba siempre meneándose arremetedoramente.

La caliente mamasota por un momento le extrañó la pregunta del viejo que la estaba culeando, pero su verga la sentía tan rica mientras la perforaba tiesamente, que su mente no le dio para pensar que Rodrigo era su actual novio y que su casi suegro lo único que deseaba era envilecer y vejar la relación que ellos tenían.

Elizabeth    –Noooooo… no le hemos h… he.. choooooo…!, -le dijo a la misma vez que se mordía fuertemente su labio inferior sin dejar de enarcarse para así sentir más profunda la verga que le estaban metiendo.

–Jajajajaja…!!! ya lo sabía yo pendejaaa…!!! Tú eres mucha hembra para un pobre maricon como ese, jajajajaja…!!!!

Increíblemente para todos nosotros el grado de calentura de Elizabeth    era tal que ella en esos momentos y al estar siendo cogida brutalmente por un verdadero macho caliente, le encontró toda la razón del mundo a su suegro, por lo que bien convencida de que estaba en lo correcto fue y se lo confirmó:

– Elizabeth    -Siiiiiiiiiiiiiii…!!!!, -le dijo al mismo tiempo que relajando todos los músculos de su cuerpo los volvió a recoger atenazándose enérgicamente con sus piernotas y brazos a ese obeso y gelatinoso cuerpo de macho maduro que la estaba haciendo ver las estrellas.

Atenazada y todo la nena seguía meneando sus caderas para que el viejo sintiera más rico aun de lo que debía estar sintiendo.

–Dime porque no te has acostado con el…!!??, -el viejo sabía que de un momento a otro le soltaría los lecherasos.

Y nuestra nena, tristemente para Rodrigo y su madre que lo estaba escuchando todo desde afuera, le contestaba con la verdad a su suegro:

Elizabeth    –Porque Rodrigo no me c… ca… calientaaaaaaaaa…!!!! Ohhhh… ricooooo!!!! exclamo al mismo tiempo que le soltaba otro chorro de caldos vaginales, lo que acababa de decir ella misma la estaban calentando en demasía.

–Jajajajaja…!!! dilo en vos mas fuerte pendejaaaa… di que un pobre maricon como ese no te calientaaaaa…!!!!, -el vejete a toda costa deseaba que su esposa tomara conocimiento de todas las guarrerías que estaba soltando de sus propios labios la dulce novia de su hijo.

–Si don Seveee…!!!!, –Mmmmmm…!!!! Ohhhhhh… Ricooooo…!!!!, -algo en su mente la detenía a que dijera semejante barbaridad.

–Dilo Zorraaaaaaaaa…!!!!, -junto con presionarla el viejo se dejaba caer con mas fuerzas sobre ella, si hasta los testículos del vejete ya parecía que en cualquier momento se introducirían por el lubricado coño de Elizabeth

Ambos amantes ya estaban que se corrían debido a la ardiente y enloquecedora conversación que se le había ocurrido a don Severiano, los dos se encontraban en la estratosfera de la calentura. Hasta que la nena pensando con la zorra y no con su mente fue y le dio en el gusto al vejete:

Elizabeth    –Ay don Seveeee…!!! si es verdad…!!! Ese pobre maricon de Ro… Rodrigo no me calientaaaaa…no saber cachar  a mi gusta la pinga como el aire!!! –Uffffffffsss…!!!, –Yo… yo… yo soy mucha hembra para el…!!!! Ohhhhhh Diosssssss…!!!!

–Jajajaja…!!! Que bien…!!!!, y dime como para que tipo de machos eres hembra Tú, pedazo de zorraaaaaaaaa…!!!!!, -el viejo comenzó a perforarla con rabia y aceleradamente, para que la chiquilla le diera la respuesta que él quería y no le fuese a salir con una mamada.

Elizabeth    –Yo… yo… soy una hembra hecha para un macho como Ustedddd…además me gusta que metraten como a una puta de la calle !!! Ohhhhh don Seveeeeee…!!!! me corroooo…!!!! me corrooooooooooooo…!!!!!

El viejo automáticamente se enterró hasta lo más profundo de las tiernas entrañas de aquella dulce y caliente chiquilla que se encontraba perdida en la total calentura.

En el momento de que Elizabeth    le dio su ultima respuesta ya no fue capaz de resistir tanto gozo, y tal como le dijo al vejete que se corría una formidable y placentera corriente eléctrica que le nacía desde lo más profundo de su coño se desparramaba a raudales hacia todas las extremidades de su cuerpo y que le hicieron explotar en uno de los más formidables y grandiosos orgasmo sentidos en su vida.

–Siiiiiiiiiiiiiii…!!!, Ricoooooooooo…!!!!!, -gritaba Elizabeth    como una verdadera fulana, sus placenteros alaridos fueron emitidos desde lo más profundo de su ser y de su alma, estos recorrieron y retumbaron por todos los rincones de la casa de Rodrigo. De la misma forma don Severiano estimulado hasta la insania por la calentura de la chamaca ya estaba por verter su apremiante y acumulado semen al interior del cuerpo de tan estupenda y curvilínea jovencita.

Luego de que Elizabeth    emitiera su placentero grito de éxtasis con el cual le dejaba las cosas claras a su suegra que la escuchaba desde el living de la casa, el viejo la premió con un asqueroso beso en la boca el cual daba la impresión que se la estaba comiendo.

–Eres mi mujer pedazo de zorraaaaa!, -le dijo una vez que se separó de sus labios, –Ya no aguanto masssss!!!, me voy… a… co… rrerrr… adentro tuyoooooo!! –Ohhhhh que… ri…cooooo se siente estooooo…!!!!!, –Lo… vas… a … re… ci… birrrrr…!!! pu… taaaaa…!!!! to… maaaaaaa…!!!!!, -gruñó con desesperación clavando su mirada en el hermoso rostro descongestionado por el placer de Elizabeth  , chorreando y expulsando con fuerzas en el interior de su matriz de 6 a 8 potentes  chorros de hirviente y reproductivo semen, el cual salía escupido copiosamente y con energías desde su verga, invadiendo y avasallando  las intimas entrañas de la excitada Elizabeth    quien sentía la potencia y virilidad de su macho.

Se quedaron unidos en esa posición por un buen rato, la toda mojada colegiala se mantenía con sus bellos muslos bien abiertos y con don Severiano aun clavado con su verga al interior de su cuerpo. Hasta que una vez que el casi suegro estuvo seguro que en sus testículos no quedaba ni una gota de semen lentamente se fue saliendo y desclavando su verga del portentoso cuerpo de Elizabeth    .

La pareja se quedó tendida en la cama exhausta por espacio de unos buenos minutos, para  que sus transpirados cuerpos desnudos pudiesen recuperarse ya que con toda seguridad pensaban volver a hacerlo.

–Eres una verdadera puta en la cama a la hora de coger pendeja, -el viejo Severiano mantenía a su joven hembra abrazada su obeso cuerpo, –Así descansemos un ratito y luego repetiremos, –Viejaaaaaaa…!!!, ven que te necesitamossssss…!!!!.

Elizabeth    con solo escuchar que el viejo que se la acababa de coger estaba llamando a su esposa como que se le anduvo pasando a medias la calentura, por lo que le dijo:

–Don Seveeeee…! que haceeee…!? no llame a su esposa que me va a ver acostada con Ustedddd…!

–Y que tiene…?, si ya lo escuchó todo, además que ahora si deberás mandar a la verga a tu noviecito, jejejeje…!, si acabas de bufar a los 4 vientos que él es un pobre maricon y que no te merece…, jajajaja…

Cuando la avergonzada chica iba a decir que ella de alguna forma no había querido decir eso la señora María ya hacía su aparición por la puerta de la habitación:

–Porque siempre te demoras tanto cuando yo te llamo…? –Le dijo el vejete en forma mal humorada a su esposa,–Tráeme una corona bien heladita y un refresco para mi mujer…!

La doña observaba incrédula a aquella pareja de desvergonzados que estaban acostados en su propia habitación completamente desnudos y sin cubrirse. La dolida señora no podía quitar la vista de la curvilínea figura de Elizabeth    al desnudo.

La nena por su parte quien estaba roja como un tomate y abrazada de costado al cuerpo del hombre que había sido su macho, se daba cuenta de ello y de reojo la miraba avergonzada, la pobrecita quería morirse, aun así mantenía una de sus delicadas manitas posada y descansando en el peludo pecho canoso de don Severiano. Y que mas podría haber hecho?.

–Y que nos miras con cara de mensa…!!! Ve a buscar una chela y el refresco, que mi mujer debe tener sedddd…!!!, -le volvía a repetir el viejo ahora con su cara de mas enojado que antes.

La doña quien sentía unas tremendas ganas de tomar de las mechas a la descarada chiquilla, abofetearla y despacharla de su hogar, otra vez se sintió intimidada por su esposo y simplemente bajó su vista para responderle a su marido.

–Severiano… no quedan cervezas, si ya te las has bebido todas…

–Pues te me vas a comprarlas…!!!, -le ordenó el vejete.

–Pero Seveee… ya es tardeee y…

–Que te vas comprarlas he dicho…!!!, el negocio del pelado Chula cierra re tarde así que ahí encontrarás, saca dinero de mi pantalón y te me vas por esas cervezas…

La amedrentada mujer silenciosamente ingreso a esa habitación que estaba impregnada a olor a coño y a verga, para luego tomar desde el suelo los pantalones de su esposo para sacar dinero, no pudo evitar poner atención en los albos calzoncitos de Elizabeth    que estaban todos enrollados al lado de estos. Ya sin pensar en nada más la dolida mujer tomó el dinero y salió lo más rápido que pudo de esa indecente habitación.

Una vez que don Seve y Elizabeth    nuevamente estuvieron a solas fue la atribulada chamaca quien rompió el silencio:

–Don seve…!, porque me está haciendo todo esto…? ahora nunca más podre ver a la señora María y tampoco a Rodrigo… Sniffsss…!!!

–Como que Nooo…!!, -le contestó su casi suegro en el acto  quien con su mano y dedo pulgar limpió de su carita unas tímidas lagrimas que le corrían, –Entiende pendeja que desde hoy día tu eres la hembra titular de esta casa… –TU eres mi mujerrrr…!!!, -le seguía repitiendo don Seve, –Y yo soy tu maridoooo…!!!,

no permitiré que nadie te diga nada por lo que hagas o dejes de hacer, lo único que deberás arreglarme lo antes posible es mandar a la verga al Rodriguito ese, y cuanto antes quiero que te largues de tu casa con todos tus trapos y te vengas a vivir a esta casa.

–Pero pe… pe…roooo… y Rodrigo y su esposa… que será de ellos…!? Usted esta locooo…!!!

–Ellos perfectamente se pueden quedar a vivir aquí… o si quieren largarse que se vayan… me da lo mismo…!!! Además que necesito a la María en la casa para que nos atienda…!!!

Los sentimientos que asaltaban a la muchachita eran totalmente contradictorios, ella acababa de mantener relaciones sexuales con su suegro, y si bien otra vez lo había sentido muy rico igual pensaba que todos esos planes que tenía el viejo en su mente eran demenciales.

Estando en estas reflexiones los hermosos ojos verdes de la chamaca volvieron a dar con el antiguo retrato del matrimonio con Rodrigo, esta vez el impacto emocional no fue tan violento como lo había sido momentos antes, mirándolo en forma pensativa a su mente le vinieron los recuerdos de haber visto a su madre casi encuerada de la mano de aprovechador sargento que se la había violado, se sumaron a estos la traición de Claudia con don Pedro que quizás a estas horas también deberían estar cogiendo, pensaba la nena, pensamientos  que extrañamente la hicieron arrimarse con mimosa seriedad al peludo pecho de don Seve, su carita estaba posada justo al lado de una tetilla del obeso vejete.

Una vez que descansaron desnudos y abrazados por un tiempo indeterminado y viendo que las cervezas aun no llegaban, el viejo determinó que ya habían descansado lo suficiente, el había sentido a la nena adosándose bien apegada a su panza así que mirando su cuerpo desnudo aun brillando quiso otra vez que se pusieran a pasarlo bien:

–Ponte en 4 patas al final de la cama y chúpamela de nuevo pendejaaa…!!, quiero ver tu cuerpo levantado ese culo, mira que en un ratito mas te lo voy a reventar, jejeje, ya apúrate y hazme una buena mamada!!, -le solicitó mientras él se acomodaba de espaldas para disfrutar la nueva felación que le estaba solicitando.

Elizabeth    quien aun tenía en su mente los recuerdos de las traiciones de las personas que ella mas quería como pudo fue tomando la ubicación que le habían solicitado, y una vez que ya estuvo en la indecente posición a 4 patas puesta en diagonal sobre la cama para que el viejo viera y tocara todo lo que él quisiera se agarró con sus dos temblorosas manitas bien sujeta a la peluda base de la ya bien erguida verga y se la metió en la boca para comenzar a chuparla y a lamerla con sus ojos cerrados, procurando no pensar en otra cosa que no fuese en hacerlo sentir bien, y todo en venganza de quienes la habían traicionado.

La colegiala ya se la mamaba bien concentrada y con sus rojos labios bien apretados, su cabeza que subía y bajaba rápidamente también hacía círculos de vez en cuando, chupando sin parar ni por un solo momento, se la mamaba como una verdadera desesperada, lamiendo todo lo que pudiera, moviéndole su lengua circularmente por el venoso tronco y el glande…

–Arrrrghhhss…!! Pero que zorra más exquisita eres para chupar la verga mamitaaa!! –Eso es…!! así…!!! así…!!! Mmmmm…!!!! Arghhhhh!!!!, -gruñía y bufaba el vejete ante la sabrosa mamada de verga que le estaba mandando Elizabeth    , –Esooooo…!!! Mama la vergaaaa…!!! Cométela todaaaaa…!!!! Todaaaaa…!!!! Trágatela entera putaaaaa…!!!!

Después de unos 15 minutos por lo menos de una morbosa y rica mamada, Don Severiano se la sacó de una, Elizabeth    extrañada se puso de rodillas y se dio vuelta para quedar mirando al vejete por si este le hacía otra proposición, pero el casi suegro solo se la quedó mirando absorto, que soberbia e imponente se veía la pendeja arrodillada en la cama y con las comisuras de sus labios chorreándole restos de líquidos pre seminales, sus colosales tetas y todo su cuerpo brillaban hipnóticos y sugestivamente.

El viejo Severiano una vez de haberse recuperado de tal estado rápidamente se recostó en el cama con la verga apuntando hacia el techo, para luego decirle…

–Ven…!! Ahora tengo ganas de que te montes sobre mi verga tu solita y quiero que me la cabalgues…,

La nena que otra vez se sentía un mero objeto sexual y eso le gustaba, así que con los más delicados y femeninos movimientos que ella hacía en forma natural, gateo la poca distancia que la separaba de su suegro para después levantar una de sus poderosas piernotas pasándola por sobre la panza del vejete hasta quedar montada sobre él y quedar con su verga justo a la entrada de su ya destilante panocha.

–Métetela tu solita Elizabeth    …!, quiero verte hacerlo…!, -le ordenó el viejo…

Elizabeth    quien puso atención que esta era la primera vez que desde que conocía al vejete este la llamaba por el diminutivo de su nombre sintió una comezón sin precedentes en la más recóndito de su zorra, los deseos recién nacidos por clavarse la verga de su casi suegro ya casi la consumían, así que tomó ese bien parado y tieso mástil de carne y muy decidida lo ubicó en la entrada de su intima hendidura, para luego y casi en el acto cerrar sus ojos y dejarse caer de un solo envión.

La nena otra vez estaba desatada y convertida en toda una hembra brava ya que ella misma y sin esperar ordenes de nadie comenzó a mover sus caderas en forma acompasada para que la verga le entrara en su totalidad, y mientras esta mas se enterraba en su cuerpo ella mas iba tomando velocidad, todo esto ante un muy sorprendido Severiano, que de pronto la vio quedarse paralizada con la verga totalmente enterrada en sus entrañas.

Elizabeth    creía sentir esa vergota perforándola hasta casi más arriba de su cintura, por lo que inclinó su cuerpo hacia adelante para sujetarse con el respaldo de la cama, quedando con todas sus tetas colgándoles y meciéndose exquisitamente y expuestas para que don Severiano las chupara todo lo que el quisiera.

Don Seve no se la quería creer, veía y sentía a esa hermosa hembra de 18 años clavada a su verga en su totalidad, desde su posición la miraba por ambos costados de su brillante cuerpo, en donde veía como la línea de su cintura se transformaba en la línea de una amplia cadera para luego curvarse y convertirse en el opulento radio de su trasero bajando precitadamente y dibujar la recta que le daba forma a sus muslos abiertos, entre el lado de su bajo estomago por el lado opuesto a sus caderas se veía esa línea de carne doblada que se formaba al estar ella puesta casi en 4 patas y a horcajadas sobre su verga, y todo esto sumándole a que además creía sentir como los sedosos y suaves pelitos de su zorra, se enredaban con los gruesos pendejos de él, ya que en ese mismo momento la caliente mamasota muy suavemente había empezado a mover sus caderas y cintura en forma circular y haciendo presión hacia abajo sobre su verga como si realmente se la estuviera exprimiendo para volver deslecharlo.

Mientras esto se sucedía en la casa de don Severiano la señora María ya venía de vuelta con el pedido de cervezas, y en el momento que estando ya casi a tres cuadras de llegar a la casa sintió que alguien la llamaba.

Con mucho pesar se dio cuenta de que su hijo igual la había visto desde la farmacia, ya que para hacer el trayecto para llegar al negocio del pelado Chula ella obligadamente debía pasar por el trabajo de Rodrigo.

El chamaco la alcanzó corriendo:

–Mamá que haces a estas horas en la calle…?, ya es muy tarde…!, -le dijo apenas estuvo a un lado de ella.

–Ehhhh…!, andaba comprándole cervezas a Severiano…!!! Justo se le acabaron hoy día…, -la señora María intentaba hablar lo más normal posible, pero su hijo que no era tonto sabía que ella lo estaba solapando en algo.

–Y porque no salió a comprarlas el…?, -le dijo de pronto el chamaco.

–Mijo… tu sabes que él trabaja todo el día y llega cansado a la casa… entonces me pid…

El joven Rodrigo no la dejo terminar:

–Es un aprovechador…!, -el muchacho en ese preciso momento vio las marcas en su cara, –Porque… porque tienes esas marcas en tu cara…!?

–No es nada… y no te preocupes, es solo que sin querer me golpee en una ventana…!, -la señora María sabía que su hijo iba a querer ir a arreglar cuentas con su esposo no importándole que siempre era él quien terminaba perdiendo y sacando la peor parte.

–Te volvió a pegar verdad…!?, -el chico estaba realmente furioso.

–No te preocupes Rodrigo y vuelve a tu trabajo…!!! Yo ya estoy acostumbrada… además que yo tuve la culpa mijo…

–Porque siempre lo defiendes…!!?? no te entiendo…!!

La señora intentando calmar al tensionado chamaco otra vez le hablaba un tema que ya en muchas otras ocasiones lo habían visto:

–Rodrigo… hijo, fue él quien te crio cuando tu padre murió… recuerda que al principio él no era así, o acaso ya olvidaste cuando nos llevaba a pasear a la playa o al campo?, o cuando estuviste en la clínica por tres meses cuando te operaron… fue él quien cubrió todos los gastos… si yo hubiese estado sola nunca hubiera logrado tener todo ese dinero como no lo entiendes…? Él… él es raro para sus cosas, pero en el fondo no es un hombre malo…!

El chico quien algo de razón le encontraba su madre, igual le dijo lo que él pensaba:

–Pero eso no le da el derecho a pegarte ni a tratarte como a una sirvienta…!, además que no me gusta que salgas a estas horas a comprarle cervezas o lo que sea…

–No es nada hijo…!!, como ya te dije antes… tu sabes que es el que nos mantiene…

Pero el chamaco estaba absorto sacando conclusiones:

–Mamá…!, -le dijo de pronto, –Hoy es viernes y por lo general el después de su trabajo se llega solo a bañar para irse a jugar dominó con sus amigos y siempre llega tarde, y si no, es él quien sale a comprar si es que necesita algo porque así aprovecha de hablar con sus amigotes esos que se juntan en el negocio del pelado Chula… porque te envió a ti?

–El está… está algo ocupado mijo…, por eso no pudo ir él…, -le contestó la señora María volviendo a tomar la bolsa con las cervezas para que su hijo se fuera al trabajo.

–Ahhh… claro ya me lo temía… volvió a meter a otra puta a la casa verdad?. –el chamaco sintió ganas de ir y matarlo, y viendo que su madre se quedó callada sin saber que contestarle la siguió presionando, –Vamos mamá ya no le tapes los abusos a ese desgraciado… esta con una puta en la casa verdad…!?

La señora María que no sabía qué cosa contestarle a su hijo al estar ella clara que el chico tenía toda la razón, pero lo que no sabía su chamaco que con la puta que se estaba revolcando su padrastro era su propia novia. Y recordando la cara de ramera que tenía esa guarrilla cuando ella estuvo parada en la puerta no le quedó más que contestar:

–Si mijo… Severiano está… estaá… con una mujer sucia metido en la cama… pero no te preocupes… yo ya estoy acostumbrada…

–Es un miserable…!!!, vamos yo te iré a dejar a la casa…!!!

–Nooooo…!!! Rodrigo… por favor vuelve a tu trabajo…!!!, -le rogó la señora María a su hijo para evitarle el dolor de que se encontrara a su novia teniendo relaciones sexuales con su padrastro.

–Ni que lo digas… yo te iré a dejar…!, además mi jefe fue el que me avisó que te vio pasar y me dio permiso para venir a ayudarte… así que dame la bolsa…!

–Está bien mijo…! pero… pero solo me dejarás en la puerta y te vienes… no quiero que tengas problemas en tu trabajo por mi culpa.

Una vez que madre e hijo hicieron el corto recorrido hasta la casa, don Seve con Elizabeth    estaban arremetiéndole firme a la fulminante cacha que se estaban pegando.

El chico rápidamente sacó de su bolsillo sus llaves de la puerta y fue él quien abrió y entró de los primeros. La señora rápidamente se interpuso en su camino ya que no quería verlo sufrir. Los femeninos gritos y quejidos que provenían de la habitación eran guturales.

–No mijo…! por favor no vayas ni le digas nada… que o si no te va a pegar…!

–Es que el no puede ofenderte de esta forma…! Déjame ir y decirles unas cuantas verdades, sobre todo a esa inmunda puta…

–Hijo me prometiste que te irías al trabajo y que solo me ayudarías… por favor no entres a esa habitación… si de verdad me quieres por favor no les digas nada.

Mientras tanto los gritos que provenían de la habitación matrimonial eran legendarios.

–Ese miserable… si esta con la misma puta de la otra vez…!, -le dijo el chamaco a su preocupada progenitora.

–Tu ya los habías escuchado…!?, -el semblante de la señora era de sorpresa, ya que ahora entendía que su hijo ya los había escuchado por la forma en que dijo lo último.

–Si, por la forma en que chilla esa ramera… es la misma que una vez ya trajo a la casa…!!!

–Mijo por favor vete…!!!, -le dijo finalmente la señora María, –Yo me las puedo arreglar sola… ya para mañana se habrá ido…

–Está bien… me iré…!, pero solo porque tú me lo estas pidiendo, y enciérrate en mi habitación y no los escuches…

–Así lo haré mijo… no te preocupes… y ve con cuidado.

Una vez que por fin ya se quedó sola en el living de la casa la doña rápidamente sacó las cervezas y las puso en el refrigerador, luego de eso sacó una pequeña bandejita en donde ubicó una de las botellas y un vaso, estuvo a punto de poner otro vaso con refresco, tal como le había dicho su esposo, pero finalmente no lo hizo, ella no iba a atender a esa descarada y sinvergüenza pendeja que quizás desde hacía cuanto tiempo que se estaba acostando con su esposo a espaldas de ella y de su hijo.

En tanto, adentro de la habitación matrimonial la cogidota que se estaban pegando los amantes ya era de escándalo, Elizabeth    siempre montada sobre la panza del vejete seguía haciendo una serie de ondulaciones casi diabólicas, sus movimientos pélvicos con los que se comía la verga de don Seve eran alucinantes, los hacía con vehemencia de atrás y hacia adelante y bien rapidito, la chamaca ahora se movía solo por instinto animal.

Fue en el momento en que Elizabeth    se movía fuerte sobre la verga de don Severiano meneando sus caderas en forma ondulatoriamente exquisita en que la señora María entró a la habitación:

–Se… Severianoooo… aquí traigo tu cervezaaa…!, -la señora aunque no quería mirar esa escandalosa imagen igual no podía quitar su vista del cuerpo de la chica que si  bien se seguía moviendo sobre la verga ya no lo hacía en la forma tan desenfrenada como lo había estado haciendo, no la miraba porque se estuviera calentando ni nada parecido, era simplemente que aun no se la creía que una joven tan atractiva como lo era Elizabeth    se acostara con su marido. La situación sencillamente no le cuadraba para nada, y tan señorita que se veía, se decía. Fue el viejo quien la sacaba de estas extrañas meditaciones.

–Trae esa bandeja y déjamela en el velador…, -la doña veía como su esposo le daba instrucciones con sus manazas puestas en las resplandecientes caderas de su joven amante.

Cuando la colegiala escuchó la voz de su suegra en forma automática fue frenando sus movimientos, pero no entendía porque no podía dejar de moverse en forma completa siendo que lo normal era que ella se desclavara de la verga y se tapara.

Elizabeth    se daba cuenta que la señora María estaba mirando como ella se estaba culeando a su esposo, y como ya lo dije antes ella no podía parar de moverse, lo único que pudo hacer fue despegar sus manitas del respaldo de la cama y enderezar su cuerpo quedándose meneando suavemente sobre la verga que tenia bien clavada a la concha, era como cuando uno detiene el auto y lo deja con el motor encendido, para que se entienda.

La señora María con sus piernas temblorosas ingresó hasta donde estaba el velador, solo miraba de reojo el desnudo cuerpo de la bella chamaca, apenas saliera de esa inmunda habitación se encerraría en la alcoba de su hijo tal como este le había dicho, pensaba la viejita.

–Y donde está el refresco de mi mujer…!!??, -le consultó con enfado el viejo Severiano a su esposa.

La dolida doña tras pensársela por unos segundos le dijo lo que ella pensaba del asunto:

–Yo… yo no atenderé a esta p…pu…putaaa…!, -dijo finalmente mirando por primera vez con odio a la desnuda chamaca que la expresión de su carita era como que si no le importara lo que ahí estaba sucediendo, Elizabeth    también se quedó mirando a la vieja, pero solamente pestañeando sensualmente debido a lo muy rico que sentía la verga que tenía clavada.

El indignado vejete que por nada del mundo retiraba sus manos de las suaves caderotas que se movían acompasadamente sobre su apéndice casi fulminó a su esposa con su respuesta:

–Si la atenderassssss…!!!, así que vamos trayendo ese vaso con refresco que te pedí…!!!!! Y no quiero que nunca más te refieras así a ella, porque o si no te juro que te pateo hasta dejarte inconsciente…!!!!

–Severiano ya basta…!!! He hecho todo lo que me has pedido… pero no voy a tolerar…

–Cállate desgraciadaaaa…!!!, mira si  no vas a la cocina ahorita mismo y me traes ese vaso date por despachada de esta casa, –Ahhhh pero recuerda que tu chamaco entra a la Uni este otro año… quien le va a pagar esas mamada si se van de aquí… se las pagarás TU?, porque con lo que gana ese pendejo en la botica no le alcanza ni para comprar la sal de todo lo que se come en el mes… Así que decide…!

–Esta bien Severianooo…!, lo traeré… pero solo porque…

–No…!!!, he cambiado de opinión…!, -le interrumpió el viejo, –Chamaca dile que te traiga algo para beber…!!

–Es que don Severiano… parece que la señora María está algo enojada conmigo…, -le dijo la caliente nena que no paraba de moverse no importándole su desnudez y que su ex casi suegra estuviera a menos de un metro de ella.

–Pídeselo pendejaaaa…!, o si no me levantaré de la cama y la voy a moler a palos delante tuyooooo…!!!

Como la nena deseaba que esa señora se fuera lo más pronto posible de aquella habitación para ella seguir en lo que había estado haciendo antes de que la interrumpieran fue que le dijo:

–Ehhh… señora María traigameeee… un refrescooooo…!

–Y dile que se apure porque estas cansada con lo que estás haciendo…!!!, -el viejo ahora también le hablaba con prepotencia a la colegiala.

–Y por favor ap…

–Nooo…!!!, pídeselo sin el por favor…!!! Mándala con más autoridad…!!! Recuerda que desde hoy tu eres la mujer de esta casaaaaa…!!!!

–Ehhh…!! y apureseeeee…!!, porque ya estoy cansada con lo que estoy haciendoooo…!!!!, -le dijo finalmente la nena moviéndose exquisitamente despacito y mirando a la pobre señora María pestañeando sensualmente con sus bellos ojos verdes, de verdad que con solo hablarle de esa forma le estaban haciendo sentir más rico todavía.

–Ya escuchaste a mi mujer estúpida…!!! ahora tráele lo que te está pidiendo…!!!

A la humillada señora María no le quedó más remedio que ir a buscarle el refresco y dejárselo en la misma bandeja de la corona. Los amantes en todo momento siguieron culeando como si ella no existiera por lo que la pobre mujer una vez que le trajo el refresco que le pidió Elizabeth    no le quedó más alternativa que irse a descansar a la habitación de su hijo, ya que estaba claro que la joven putita de Severiano no se iba a ir hasta el siguiente día.

Mientras que en la habitación principal a don Severiano hasta se le caían las babas por tan exquisitos movimientos de caderas y pélvicos que le asestaba la hermosa colegiala a su verga, sentía que esta se la apretaba con su panocha, como si esa zorra estuviera succionándole la verga para volver a extraerle otra vez hasta la última gota de semen, que rico culeaba la pendeja se decía el vejete para el mismo.

Una muy lujuriosa Elizabeth    que en aquellos delirantes momentos otra vez estaba siendo presa de las mas placenteras sensaciones fue aumentando el ritmo de sus meneos, ahora se sacaba la verga de don Severiano casi hasta un poco más de la mitad, para luego dejarse caer con brutalidad, su cintura se movía en forma frenética.

–Arggggssss…!!! que rico que culeas putitaaaaa…!!!, -le dijo don Seve a su hembra.

Elizabeth    –Le gustaaa…!?, Le gusta como se lo hagoooo…!?, -le consultaba la nena siempre jadeando exquisitamente mientras sus chichotas se movían ondularmente frente a la cara del excitado vejete.

–Si putillaaaaa…!!! Así…!!! Menéate mas fuerteee…!!! –Ohhh me encantasssss…!!! Slurrpssss…!!!! Mas fuerteee…!!! Slurpssss…!!!, -era el sonido de su lengua al momento en que le chupaba y le apretaba las tetas con fuerzas, –Eres toda una perra calienteeee…!!!, -le gritaba y se quejaba su casi suegro.

– Elizabeth    -Ahhhh…! Mmmmm…!! don Seveeeee…!!! se la siento a la altura de mi ombligoooo…!!!, -le dijo la nena en el mismo momento en que se dejo caer completamente, comiéndose toda la extensión de esa gruesa verga caliente para comenzar otra vez con un frenético movimiento pélvico de atrás hacia adelante, moviendo todo su cuerpo endemoniadamente rápido, la cama matrimonial de don Severiano crujía como nunca lo había hecho antes y todo producto de los feroces movimientos que hacia nuestra inigualable colegiala.

Hasta que el esplendoroso y estilizado cuerpo de Elizabeth    ya no dio más, toda la calentura y excitación acumulada por las morbosas situaciones vividas aquella noche estaban a punto de expandirse por todo su curvilíneo cuerpo, y el viejo Severiano quien era consciente de lo que estaba por suceder nuevamente se daba a alentar a su hembra para que se corriera todo lo que ella quisiera:

–Esoooo…! Culeaaa…!! Culea mas fuerte zorraaaa…!!!, –Córrete sobre mi vergaaaa…!!!, -le animaba don Severiano con cara de degenerado.

Elizabeth    –Siiii…!!! Ahhh…!!! que ricooo…!!! ricooo…!!!! Se… se… verianoooo…!!! Mi amorrrrrr…!!!! Ahhh…!!!! Mmmmm…!!!! –Gemía escandalosamente la nena.

–Ohhh…!!! Putaaaaaa…!!!, Que grandioso es sentir como me sorbes la verga con tu zorraaaaaaa…!!!!!, -el viejo le gritaba con una chichota agarrada en cada mano para después seguir succionándoselas.

Elizabeth    –Siii…!!!! Don Seveeeeeeee…!!! Me lo como todaaaa…!!!! Todaaaaa…!!!! Esoooo…!!! Esoooooo…!!!! Chúpeme las t… te… tetasssss…!!!!

Don Severiano quien no se cansaba de admirar el rostro descongestionado de placer de la bella chamaca mientras ella le comía la verga con la panocha una y otra vez, en un arrebato de pasión calenturienta se separó de sus chichotas que estaban llenas de marcas enrojecidas productos de los muchos chupones que este le había hecho y la bajó violentamente de las mechas obligándola a quedarse bien clavada a su verga para decirle:

–Escúchame zorraaaaa…!! Tú desde hoy eres mía…!! te queda claroooo!!??

– Elizabeth    -Seeeee…!!!, -le contestó la bella chamaca moviendo su carita apasionadamente hacia los lados, no importándole que la tuvieran jalada de los cabellos.

Movimientos que casi enloquecieron de calentura a don Severiano que lo llevaron a empujar y desclavar con fuerzas a la colegiala dejándola tirada a los pies de la cama, para el rápidamente ponerse arrodillado agarrarla y ponerla el mismo en 4 patas en la cama con su brillante trasero apuntando hacia su verga, y sin ya esperar nada mas le dio conocimiento de lo que se venía ahora:

–Ahora si pendeja, ahora te la voy a meter por el culo…!!!, -le dijo al mismo momento en que con sus dos manos procedía a tomar de par en par aquel suculento par de nalgotas y descubrir su orificio posterior para en el acto mandarle un certero escupo en este y apuntar su gruesa verga con la sola intención de incrustársela.

Quien hubiese visto las grandes diferencias que existían en el diminuto orificio de Elizabeth    con la gruesa tranca que el viejo pensaba enterrarle hubiera dicho que aquella faena jamás se concretaría.

Pero don Severiano tomó su verga con determinación, esta ya estaba que reventaba por todo el semen acumulado, y Elizabeth    quien se mantenía atenta a esta situación mirando desde su posición y hacia atrás ya se preparaba mentalmente para aguantar el inminente empalamiento anal que el viejo ya se preparaba para plantarle, el cabezón y aceitoso glande ya estaba ubicado a la entrada del esfínter.

–La quieres por el culo putaaaa…!?, -le consultó el viejo al percatarse que la nena lo miraba con cara de viciosilla y respirando agitadamente por su boca.

Elizabeth    –Si don Seveeee…!!! Métamela por el culooooo rompame todo quiero que partas en dos y no pueda cagar…!!!!, -le respondió la colegiala con su respiración totalmente agitada.

Don Severiano acomodó la verga bien afianzada a las carnes de las nalgas para que esta no se resbalara en el momento en que el ejerciera presión, luego se agarró con sus dos manazas en el espacio que existía entre las caderas y la cintura de la chamaca, una mano por cada lado, y ahora sin ningún tipo de miramiento de una sola y certera estocada se la clavó en toda su extensión llegándole hasta las mismas vísceras al interior del cuerpo de la hermosa joven, quedando ambos cuerpos ensamblados en la típica posición en que los perros se culean a las perras.

Y así empezó un furioso mete y saca anal, con Elizabeth    puesta en 4 patas y con sus ojos fuertemente cerrados desfigurando su cara por cada feroz apuntalamiento de verga que le mandaban por el culo.

La verga de don Severiano entraba apretadamente por aquel ajustado conducto anal, mientras que la nena solo se daba a aguantar aquel delicioso pero fuerte dolor que sentía al interior de su trasero al estar sintiendo como la verga de su casi suegro invadía todo el espacio de sus entrañas, la sensación era como si su culo en cualquier momento fuese a estallar debido a la compresión y a la falta de espacio al interior de este.

Pero Elizabeth    sabía muy bien cual y como era su papel de hembra en el acto copulatorio por cualquiera de sus tres orificios (oral, anal o vaginal), el asunto era que ella ahora secundaba al viejo con sus desmesurados movimientos apuntaladores echando con fuerzas su cuerpo hacia atrás cuando el vejete empujaba la verga hacia adelante, sincronizándose a la perfección en el caliente acto de sexo anal que ambos se daban.

Don Seve empezó a acelerar sus embestidas, le clavaba con furia su descomunal pedazo de verga bien adentro de su ano, y ella ya no daba más de calentura, se concentraba solamente en apretar su esfínter cuando la verga que la perforaba estaba totalmente enterrada, eso le hacía sentir muy rico, el placentero gustillo poco a poco se iba centrando en lo más profundo de su ano, y una vez que ya estuvo instalado allí la nena comenzó a mover su cuerpo hacia atrás con unas energías nunca antes sentida, el placer anal estaba haciendo estragos en su núbil anatomía y don Seve se daba cuenta de ellos, por lo que se daba a encularla de la forma más brutal que podía.

Hasta que la colegiala ya no fue capaz de tolerar en su cuerpo tanta satisfacción placentera,  una indeterminada serie de escalofriantes corrientasos de placer anal explotaron en forma aparatosa dentro de su cuerpo recorriendo y desparramándose por todos los rincones de su esbelta anatomía, la mamasota sentía que se desintegraba, a la misma vez que sus hermosos ojos verdes iban quedando en blanco al estar estos dándoseles vuelta debido a la tremenda calentura que estaba experimentando, su lengüita también estaba afuera sin ella darse cuenta, hasta que cuando ya en su rostro se marcaba un rictus del placer mas mundano y vicioso que uno pueda imaginar dejó salir de sus labios y de su estomago un gutural grito de dicha carnal.

Elizabeth  –Aaaahhhhhhhhhhhhhhh…!!!!!!!!!!!! Don Seveeeeeeeeeeee!!!!! que ricooooooohhh…!!!!! que ricoooooo…!!!!! ohhhh…!!!! Don seveeeeeeee…!!!!!! Don seveeeeeeeeee…!!!!!!!, -la nena no podía dejar de llamar al vejete mientras se estaba yendo cortada por el culo, mientras que su cuerpo era víctima de unos ricos y avasalladores espasmos de placer la puta gritaba gemia de placer anal.

Para don Severiano esto fue el colmo de la calentura, por lo que se dio a premiarla con las más salvajes y brutales de sus estocadas intentando partirle el culo en dos pedazos en los momentos que la nena seguía corriéndose una y otra vez hasta que el mismo se vio acabando junto con ella en el más intenso y caliente orgasmo que había tenido en toda su vida:

–Ahora zorraaaaaaaaa…!!!!!!, -le gritaba el casi suegro con todas sus fuerzas y todo traspirado, –Tomaaaaaaa…!!!!! Tomaaaaaaaa…!!!!! –Ahí tienes más semennnnnn…!!!!! Argggggggghhhhh…!!!!!!!

El viejo se corría como un enajenado en las mismas entrañas de la chamaca, fueron otras 6 abundantes descargas las que Elizabeth    se tuvo que comer ahora por el culo, hasta que cuando don Severiano ya estuvo totalmente detenido y sin nada más que expulsarle fue cuando quedó echado sobre el todo mojado cuerpo de la colegiala que respiraba agitadamente y con una extraña sonrisilla en su cara, no le importaba tener que soportar el pesado cuerpo que tenia sobre su espalda.

La señora María no pudo dormir tranquila esa noche ya que la pareja de escandalosos se había casi amanecido cogiendo, el constante crujir de la cama hasta a altas horas de la madrugada así se lo había hecho saber.

Ya eran las 8:00 de la mañana y Elizabeth    después de haberse despertado abrazada al obeso cuerpo de su suegro cayó recién en cuenta de las atrocidades que había cometido en aquella cama, el viejo también se había despertado y la miraba orgulloso por tan encantadora noche que ella le había brindado a su verga.

–Don seveee… me tengo que ir… Rodrigo ya debe estar por llegar…

–Te irás después del desayuno pendeja… ya le solicité a la María que lo preparara…

–Ay no…!, su esposa me va a matar apenas yo salga de esta habitación…!

–Tranquila pendeja yo ya arreglé esa situación, mientras tu dormías le expliqué cómo era la cosa desde ahora y ella no abrirá el pico, jejejeje…

–De verdad?

–Si… he pensado en lo nuestro y para que veas que yo soy buenito te doy un plazo de dos semanas para que me arregles la situación con el maricon de Rodrigo…

La nena estaba toda confundida, ella no quería terminar la relación con su amado, pero don Seve se la había vuelto hacer tan rico, que no sabía que determinación tomar.

–Ehhh…!! Me puedo ir a dar una ducha?, -le consultó de pronto a su macho dejando su problema para pensarlo más tarde.

–Claro que si mi reina… si ya te dije que tu eres la mujer de esta casa… que no se te olvide. –Mariaaaaaaaa…!!!!, -volvió a bufar llamando a su esposa… –Tráele tollas limpias a mi mujer y prepárale el baño que va a tomarse una ducha antes de recibir a su novio, jajajajaja…!!!!, -le dijo burlonamente una vez que la señora hubo llegado a la habitación.

Elizabeth    se las recibió muerta de vergüenza, eso sí que ahora la nena aunque aun estaba desnuda y abrazada al cuerpo de don Severiano, por lo menos habían cubierto sus cuerpos con las cobijas de cama.

40 minutos después de lo anterior estando Elizabeth    y don Severiano sentados a la mesa listos para desayunar, con la colegiala recién bañadita, pero si muy ojerosa y demacrada, y con don Severiano todo chascón y con su barba sin afeitar solo envuelto en una bata de levantarse, la puerta principal de la casa se abrió y hacía su ingreso Rodrigo.

El chamaco se quedó sin habla al ver a su amada Elizabeth    sentada a la mesa, ni siquiera le preocupó la presencia de su padrastro que leía en forma absorta el diario matutino, fue la señora María que tras un breve silencio le ponía en antecedentes a su hijo.

–Mira quién te ha venido a ver mijo…!, justo te estábamos esperando para que desayunemos en familia…

Rodrigo se sintió el hombre más afortunado de la tierra, si justo este día iba a llamar a su novia para que hicieran las paces, y ella anteponiéndose a sus intenciones había adivinado y lo fue a ver antes de que el la llamara, entre ellos sí que existía una verdadera conexión se decía el chamaco, quien en el acto saludo a su madre y a su novia para luego sentarse a la mesa feliz de la vida y disfrutar de la mañana sabatina.

La viejita tras decir lo último le mandó una fulminante mirada a Elizabeth   con la cual la nena se vio obligada a morderse su labio inferior y bajar su vista en forma avergonzada, la chamaca estaba podrida por dentro.

Una semana antes de estos lamentables sucesos que se sucedieron en la vida de nuestra tremenda Elizabeth  , el sargento Eustaquio Sinforoso se bajaba del furgón policial que lo había pasado a dejar a la salida del hospital público, el horrendo y corrupto policía llevaba bajo el brazo un pequeño ramo de flores de las más baratas, faltaban solo 10 minutos para que la hembra victima de sus mas infames intenciones terminara su turno