Puta adolescente Elizabeth 4.

Puta adolescente Elizabeth 4

Puta adolescente Elizabeth 4

–Clau… te presento a… «don Pe…droooo»…, le dijo a la vez que la miraba de reojo y nuevamente mordiéndose los labios…

Claudia quien hasta ese momento no caía en cuenta de lo que ahí estaba pasando con esos dos viejos horribles, y que ese tal don Pedro era de lo mas pelado a pesar de estar intentando hacerse el simpático con ellas, al escuchar el nombre de ese salido y ordinario sujeto, su expresión de asombro fue cambiando a risa ya que ahora si estaba entendiendo lo que ahí estaba pasando,

–Don Pedro…!?, jijiji el es don Pedrooo, Elizabeth…!?, el es de quien me hablaste en mi casaaa!!??, le consultaba la rubia a su amiga aun sin querer creer lo que en su mente ya se estaba figurando, claramente le estaba preguntando a Elizabeth si ese horrendo vejestorio que la había besado era supuestamente el chico con el cual ella se había acostado según le había confesado en su casa, y la nena comprendiendo lo que le consultaba su mejor amiga movió su cabeza en forma afirmativa, –Jijijiji… pero comoooo!?… no entiendo nadaaaa!!! El es… don… don… Pedroooo!???, jijiji…, volvía a repetir la risueña y sorprendida rubia.

–Ay Clau… ya no te rías mas… y si, el es de quien te hableee…!, le contestaba la avergonzada chamaca dejando al par de vejetes excluidos de la conversación que mantenía con Claudia.

–Jajajajaja… bien…! y ahora que al parecer ya nos conocemos les presento a mi hermano, se llama Cipriano!, dijo de pronto don Pedro que le valía una verga la conversación de las chamacas.

La rubia quien ya estaba más calmada del repentino ataque de risa que había sufrido al imaginarse a su amiga acostada con semejante esperpento y cuando ya casi estaba recobrando la compostura se quedo mirando al tal Cipriano, que era otro viejo tan asqueroso como el extraño novio de su amiga.

El viejo Cipriano que era tan tosco para sus cosas, al igual que su hermano, solo se limito a saludar,

–Buenas pendejas!!, dijo moviendo su cabeza en señal de desganada reverencia,

Claudia que era la más despierta de las dos, siempre sonriente y ya recuperada saludó,

–Hola don Cipriano y don Pedro… dijo mirándolos a ambos, –Yo soy Claudia y soy la mejor amiga de Elizabeth, jijiji…

La avergonzada mamasota veía sorprendida como la desenvuelta Claudia saludaba de lo más normal a ese par de vejetes, siendo que ella había pensado que apenas los viera iba a salir huyendo despavorida del lugar,

–Si… yo algo te ubicaba chiquilla… jejeje, tenía muchas ganas de conocerte en persona, jejejeje, «y de reventarte la zorra a vergazos», pensaba el salido de don Pedro tras sus primeras palabras, en tanto la recorría de pies a cabeza, el viejo continuaba anticipándose a los placeres que ese bien formado cuerpo le tenían reservados,

–Que tal si vamos por unas chelas…, dijo de pronto don Cipriano, –Ya me estoy aburriendo con tanta mamada de presentaciones, mientras Claudia lo miraba pensando que ese era el «chico» que su amiga le había dicho que tal vez iba a querer acostarse con ella, porque estaba claro que ese tal don Pedro era el otro «novio» de su amiga, y atacándose nuevamente de la risa por tan extravagante situación dijo,

–Jijijiji… Si yo también necesito una… y urgente, jijiji…

Y así el cuarteto se puso a recorrer la feria en busca de cervezas entre medio de los numerosos puestos de fritangas grasientas, otros en donde vendían hot-dogs, viejas con cara de nigromantes que aseguraban presagiar la suerte y la buenaventura amorosa, ruletas que por muy poco dinero le aseguraban al jugador llevarse un premio sorpresa, y así miles de porquerías mas.

Mientras caminaban  las dos nenas iban una al lado de la otra, la asustada Elizabeth tomo fuertemente del brazo a su amiga, mientras los viejos estratégicamente se ubicaron al costado de ellas, pero don Cipriano al lado de Elizabeth, y don Pedro al lado de Claudia.

Ya estando en el local de las cervezas y mientras los mecánicos escogían las mas heladitas desde un tambor azul en donde estaban estas rodeadas de hielos, Claudia con Elizabeth cada una con un tremendo algodón de azúcar en sus manitas que les habían comprado sus acompañantes tuvieron un tiempo para hablar más íntimamente,

— Elizabeth… como te fuiste a acostar con ese caballero… si  no tiene ni dientes!?, la rubia puso su cara de asco al decir lo ultimo mientras comía delicadamente de su algodón, le hacía la pregunta mirando de reojo hacia donde estaban los dos ordinarios sujetos, a la vez que omitió la palabra viejo para no ofuscar a Elizabeth ya que fue esta misma quien le confirmó que ese era el hombre con quien le ponía los cuernos a Rodrigo…

–Ayyyy Claudia ya no me hagas esas preguntas… otro día te lo explico todo, pero ahora noooo…!

–Bueno, como quieras… pero te debo decir que me has dejado muy sorprendida amiga, jijiji.

–Ya no seas pesada… y párale de reírte que me da pena, le contestaba la chamaca a la vez que se chupaba los deditos debido a que también estaba probando el algodón azul que caballerosamente le había comprado don Cipriano.

–Ok… Ok… pero nosotras dos tenemos una conversación pendiente, y en cuanto lleguemos a casa me lo deberás explicar todo, jijiji, volvía a reír la rubia cuando miraba al tal don Pedro y a su amiga. –A propósito Elizabeth… yo te acompañare en todas las locuras en que andas metida, jijiji, pero ni loca daré pie para acostarme con tu otro amigo, jijiji…

Y justo en el momento en que la colegiala le iba a decir que ese tal don Cipriano no era su amigo y que era la primera vez en su vida que lo veía, fue en eso que los viejos ya se acercaban a ellas.

Los mecánicos se habían aperado con una senda bolsa llena de latas de cervezas, y el astuto de don Pedro a sabiendas que debían ganarse la confianza de la rubia para que la situación no se les hiciera tan difícil a la hora en que se les fueran a coger, saco del bolsillos de su camisa un talonario completo de entradas a todas las atracciones de la feria,

–Jejejeje… miren los que les tenía preparado reinitas, jejejeje, y para que vea el par de chamacas que yo pienso en todo, mientras ustedes se divierten en los juegos todas las veces que quieran, nosotros las acompañaremos bebiendo chelitas, y cuando ya se aburran, nos vamos a una de las fondas a servir cualquier cosita que se les apetezca, dijo finalmente extendiendo el grueso talonario de entradas.

Claudia quedo fascinada con la oferta de don Pedro cuando este extendió el talonario con entradas, y aparte de eso además las estaban invitando a unos de las fondas instaladas adentro de la feria, a pesar de su apariencia chulesca y de ferocidad, el viejo ese no era tan pesado se dijo para ella misma y viendo que Elizabeth no atinaba a recibir el talonario fue ella quien casi se lo arrebato de las manos al mecánico.

–Guau…!!, exclamo de júbilo la rubia una vez que ya tubo todas esas entradas en su poder, mientras las miraba y barajaba con su dedo pulgar, –Un talonario nuevito…, seguía repitiendo, mientras Elizabeth ya creía entender cuál era la idea de don Pedro, y así como iba la rubia, su plan le estaba saliendo de las mil maravillas.

Pudo haber puesto en alerta su amiga de que con su actitud estaba peligrando, pero también extrañamente ella sentía mucho respeto por el viejo que la había violado, y más extrañamente sabia que le debía cierta lealtad, no sabía cómo explicarlo, pero finalmente no advirtió de nada a Claudia y dejo que las cosas siguieran fluyendo por si solas.

A los minutos de lo anterior los momentos de tensión para nuestra colegiala se fueron disipando de a poco, y como era que no, si se subió junto a Claudia tres veces seguidas a la montaña rusa,  y otros dos a la ruleta de la fortuna, gritando y chillando como lo hacia las demás gentes que disfrutaban de los juegos al igual que ellas, sin mencionar el martillo mecánico y otros juegos pocos.

Pero el colmo de la buena onda fue cuando don Pedro con de 10 certeros disparos de escopeta se gano el oso de peluche más grande para Claudia, y lo mismo hizo don Cipriano cuando al no ser tan bueno disparando como su hermano y para no ser menos que este de un solo puñetazo rompió el vidrio de unas de las cajas que estaban llenas de premios que se tenían que rescatar con unas tenazas al echar una moneda, pero al intentarlo dos veces decidió que él no estaba para ese tipo de mamadas y saco el premio a su manera, o sea a lo bruto, ante los asustados ojos de Elizabeth que recibió por parte de salvaje viejo un corazón de peluche rojo que con letras negras decía «I Love You», mientras que la horrorizada nena con el corazón de peluche bajo el brazo ya veía que en cualquier momento llegaban gentes de la feria y los echaban a los 4 por desordenados.

Ante tan festiva algarabía y felicidad del momento Claudia saco su celular y conmino a todo el grupo a sacarse una selfie con todos muy juntos y abrazados a la vez que juntaban sus caras, con lo cual se inmortalizo el momento con una muy sonriente Claudia que no le importaba el fétido olor a cuerpo de don Pedro que se ubico a un lado de ella, Elizabeth salió con una pequeña sonrisa en sus labios pero que en sus ojitos verdes había algo de tristeza, y al lado de cada una de ellas un  par de vejetes canosos y desalineados, uno salía con cara de risa burlona y sin afeitar que le faltaban los dientes, y el otro que era bien moreno, canoso también, y que por su semblante parecía estar enojado por algo, tras ellos se veían distintas luminosidades de la feria.

Aun era temprano, faltaban algunos minutos para las 11 de la noche y las entusiasmadas colegialas se dejaron llevar a una de las 5 fondas que se habían instalado al interior de la feria, la cual en estos momentos estaba a reventar pues era día viernes y sumándole que hacía mucho calor.

Una vez ya estando adentro y mientras caminaban a la mesa que había dejado reservada don Pedro, ambas colegialas se sabían observadas por casi la totalidad de miradas masculinas que pululaban en aquel ordinario antro, en el cual las improvisadas mesas hechas de tablones viejos y ennegrecidos estaba atiborradas de botellas de cervezas, vacías, llenas , hasta la mitad, jarras de vino tinto y frutillas picadas, vasos con moscas pegadas a estos y en donde los comensales ni siquiera les interesaba tan antihigiénica situación, solo se daban a mirar y devorarse a semejante par de chamacas de las que no acostumbraban a entrar a fondas como esas, esta estaba adornada con pintorescas guirnaldas de distintos colores que colgaban en el techo como a las vez sujetadas de poste a poste.

Más de uno de esos hechizados machos tuvo la intensión de abordarlas para ver qué pasaba, pero al caer en cuenta de la ferocidad con que el par de viejos que las acompañaban también los miraban a ellos al estar tasándoles a sus viejas, estos preferían solamente a sonreírles como animándolos a continuar en tan deliciosa empresa.

Mientras todo esto ocurría, la situación era coronada por la fuerte música que salía de los parlantes en donde se escuchaba nítidamente una sufrida y conocida canción que decía algo parecido a esto: «Seeeñor abooogadoooo… yooo la mateeeee!!!».

Una vez ya estando los 4 sentados en la mesa de tablones las nenas no se dieron cuenta cual fue el momento que esta estaba repleta de botellas de cervezas de a litro y con dos de Tequila, la anterior música había sido reemplazada por distintas tandas de cumbias varias y reggaetón.

Por su parte Elizabeth solo se daba a beber cerveza en uno de los dos vasos limpios que don Cipriano al tener ya cierta experiencia con hembras de ese cilindrada como decía él, había ido a pedir para ellas, mientras Claudia bebía Tequila a la misma vez que le conversaba animadamente a don Pedro de lo muy aburrida que estaba en el colegio y de las muchas ganas que tenía de terminar los estudios para ponerse a trabajar.

Nuestra colegiala ya estaba alerta de lo extraño que era la situación de que don Pedro se había sentado al lado de su amiga y que fuese su hermano el que prácticamente se estaba encargando de ella, la situación la tenía muy confundida, aunque aun recordaba las palabras de don Pedro: «Nos las vamos a culear a las dos juntas, jajajaja!!!»

Desde su posición Elizabeth veía como la coqueta Claudia hablaba muy animadamente con don Pedro, y como este le celebraba todas sus ocurrencias llenándole el vaso con tequila y sal por cada vez que la rubia lo desocupaba, fue en eso que sintió la también aguardentosa voz de don Cipriano que abiertamente la estaba invitando a bailar, claro que a su propio estilo,

–Jejejeje… ahora que ya estamos más en confianza que te parece si vamos un ratito a menear el esqueleto lindura, jejejeje, le decía el viejo en su oído y sin quitar su enrojecida mirada de las fabulosas piernotas que se gastaba la muy condenada chiquilla y que las tenia cruzadas una sobre la otra mostrándole a él y a la gallada imperante una buena parte de estas, en esos momentos la música estaba muy fuerte y tocaban una tanda de Dady Yanqui,

–Ay don Cipriano… es que no se que piense don Pedro si yo salgo a bailar con Usted, le dijo la chamaca nerviosamente haciéndose la importante y mirando hacia la pista de baile.

–Jajajajaja…, yo no tengo nada que ver con tus webadas pre juiciosas, jajajaja, le bufo el mecánico nuevamente al oído y la tomo del brazo firmemente para llevársela a la pista de baile.

La impresionada y escandalizada Elizabeth se vio al medio de la pista con el viejo que simplemente la tomo de la cintura a la vez que nuevamente le decía al oído en forma de dictamen,

–Ahora báilame…! zorraaaa!!!

La asustada Elizabeth mientras se vio en tal situación llevo su vista hacia donde estaba don Pedro con su amiga pero lo único que vio fue que ellos al parecer estaban muy entretenidos hablando de sus cosas ya que el viejo mecánico que la había violado en un momento cruzo su mirada con la de ella, pero luego de mirarla en forma siniestra simplemente desvió la mirada hacia la rubia como diciendole que a él no le importaba que ella estuviera bailando con su hermano, así que la chamaca ya no quedándole mas muy cadenciosamente comenzó a menear sus caderas ante el ritmo del reggaetón.

Así estuvieron bailando por unos buenos minutos en donde la colegiala cerro sus ojos y se dejo llevar por el diabólico y estruendoso compás reggetonero, hasta que cayó en cuenta que desde hace un rato don Pedro y Claudia estaban junto a ellos, tomando y bailando como es debido, ya que el vejete se había traído una de las botellas de Tequila con la única intención de llenar el vaso de la rubia, y quien tras bebérselo al seco le ofreció uno a Elizabeth que no sabía a cómo reaccionar de todo lo que allí estaba sucediendo, hasta que vio que Claudia debido a la fuerte música se le acerco al oído para casi gritarle,

–Ándale Elizabeth…! suéltate mujer, lo que es yo me la estoy pasando re bien con tus amigos, solo bailemos un rato y luego nos largamos,

Elizabeth quien se sintió más segura con las palabras de su amiga tomo el vaso que le ofrecía Claudia y también empezó a beber junto con ella, a la vez que animada por la rubia, empezaron a hacer una serie de sugerentes pasos y movimientos lujuriosos que muchas veces habían practicado juntas, además que aquella endemoniada música así se bailaba.

La situación dentro de la fonda se volvió de lo más candente, la música reggetonera estaba a todo dar y ambas nenitas se robaron la atención de casi toda la asistencia, las únicas que no miraban el espectacular baile que se estaba llevando a cabo al medio de la pista eran las celosas mujeres de la machada, aunque si habían algunas que las animaban aplaudiendo y moviendo sus cuerpos intentando imitarlas, mientras nuestras hembritas meneaban la cintura sensual y ondulatoriamente con sus manos puestas en la cabeza o entre medio de sus cabellos, mirando de vez en cuando hacia sus espaldas donde los traspirados y eufóricos vejetes pasaban sus manazas por todo el contorno de aquellas dos delineadas figuras que tenían la zorra adentro del antro con sus movimientos femeninamente lujuriosos y exorbitantes.

La gran mayoría de los asistentes se preguntaban que hacia ese par de Diosas con dos viejos aterradoramente feos, mientras ahora ellas perreaban escandalosamente con ellos, bebiendo tequila y a veces cerveza, fue en uno de esos movimientos en que Claudia sintió en su trasero la enrome protuberancia que ese tal don Pedro guardaba bajo sus pantalones, situación que la hicieron recordar la imagen de su amiga con sus dos manitas separadas indicándole las medidas vergales del viejo cuando ella misma se lo pregunto, y ahora que ella estaba perreando con este mismo comprobaba que su amiga no le había mentido, pensamientos que sin darse cuenta ella misma la llevaron a menearse más sugerentemente.

Hasta que la combinación de tequila y cerveza hizo que ambas chamacas se pusieran un poco mas ebrias que sus dos acompañantes masculinos, por lo que a veces bailaban solas, Claudia se ponía detrás de Elizabeth, mientras la colegiala se meneaba como una culebra echando su trasero sugestivamente para atrás en donde la rubia agarrada a sus caderas subía y bajaba su cuerpo rozándole por este desde las tetas, pasando por el ombligo y hasta su vagina, para luego Elizabeth voltearse felinamente moviendo todos sus cabellos los cuales quedaban tapándole a medias exquisitamente su rostro y ubicarse frente a frente con la rubia quien delicadamente y siempre meneándose ambas hacían como si en cualquier momento se fueran a dar un beso en la boca, siendo animadas por gritos y aplausos de todo el circulo que se formo alrededor de los 4, para luego separarse muertas de la risa, y para comenzar a bailar y a repetir la operación o intercambiándose a los viejos entre ellas haciéndoles mamadas parecidas a sabiendas de que toda la atención de la fonda estaba puesta en ellas.

Los viejos ya no daban mas de calentura y captando que ese era el mejor momento para atacar decidieron ponerse en campaña en el acto para lograr sus lujuriosas intenciones.

Una vez que ya estuvieron de vuelta en la mesa Elizabeth a pesar de ya encontrarse un poco más distendida se daba cuenta como don Pedro le decía algo a su amiga al oído mientras la rubia reía coquetamente y tras de mirarla a ella, se daba a contestarle al viejo también en el oído, hasta que vio a Claudia parase y venir a sentarse a un lado de ella para preguntarle,

–Oye Elizabeth… tu amigo dice que sabe de una fiesta de un conocido de él y que no queda muy lejos de aquí, y nos está invitando… tú qué dices?, te animarías a ir…!?

Elizabeth al instante llevo su vista a los aborrecibles ojos negros del vejete que con solo mirarla le dio a entender que ella tenía que acceder a lo que su amiga le preguntaba, mientras don Cipriano había ido a cancelar todo lo que se habían servido.

–Claudia mejor digámosle que nos vamos, ya estoy algo cansada le decía la chamaca quien ya estaba más despejada de mente que su rubia amiga, aunque sabía que esos perros no iban a soltar sus presas tan fácilmente.

–Vamos Elizabeth…! no seas tan aburrida, si la estamos pasando genial con tus amigos, acaso no has notado que además andan con mucha lana para gastar?

–Clau yo creo que lo mejor es que nos vayamos…

–Solo será un rato… mira yo misma les digo que luego de estar solo un ratito en la fiesta nos deben ir a dejar a mi casa, además no eras tú la que tantas ganas tenías que saliéramos con ellos!?.

Elizabeth estando clara que su amiga solita se estaba entregando a los leones, le pregunto más que nada para no sentirse mal con ella misma,

–Pero Clau… tu de verdad quieres ir para donde ellos nos llevaran!?

–Si pus mensa… si por algo te estoy intentando animar a que vayamos…

La colegiala tomando aire, y viendo que su salida amiga se negaba a que ellas se retiraran finalmente le dio su aprobación, aunque sabía que el resultado de aquello no sería nada bueno.

–Bueno, vamos… pero yo no respondo…, le contesto finalmente.

La muy entretenida Claudia aunque escucho lo ultimo dicho por su amiga no le dio importancia a tan significativo comentario hecho por ella, simplemente se fue a sentar al lado de don Pedro para comentarle que ya estaban Ok, y que se podían largar a la fiesta que él decía en cuanto lo estimaran conveniente.

Ante los impresionados ojos del respetable público las dos impresionantes colegialas cada una con un llamativo peluche bajo el brazo hicieron abandono de la fonda acompañadas de los dos vejetes que ya se iban sobando las manos por lo que en pocos minutos estaban prestos a disfrutar.

A la rubia se le desorbitaron los ojos de impaciencia cuando fue el mismo don Cipriano quien al sacar las llaves de la camioneta de Gabriela acciono la alarma de esta para desconectarla como a la vez destrabar el seguro de las puertas, bip-bip!!! se escucho en el estacionamiento de tierra en donde aún quedaban algunos vehículos estacionados pertenecientes a personas que aun disfrutaban de la feria.

–Jajajaja… qué tal si me das las llaves y yo manejo mi buen Cipriano, esta lindura al parecer está desesperada por subirse a tu cacharro, jajajaja!!!, le decía don Pedro a su hermano, viendo como se puso de eufórica la rubia al ver la moderna camioneta.

Don Cipriano quien miro a Elizabeth y al ver que esa chamaca le daba lo mismo el tipo de vehículo que el poseía debido a la seriedad de su rostro, no mostro objeciones para esto, así que le cedió las llaves a su hermano.

De un momento a otro el cuarteto ya iban en dirección a la casucha de don Pedro la misma que en alguna ocasión había ocupado don Cipriano para culearse a otra rubia.

Don Pedro manejaba con el brillo de la calentura en sus ojos ya que a su lado llevaba a la atractiva Claudia mostrándole generosamente una buena parte de sus relucientes piernas, mientras esta no paraba de hacer preguntas sobre los tipos de autos que a ella le gustaban, ya que se sabía de estar en compañía de dos secos profesionales de las tuercas, neumáticos y motores.

Elizabeth solo miraba como las celestes y a veces amarillentas luces de la gran ciudad pasaban rápidamente ante sus ojos verdes, ella sabía muy bien lo que se venía ahora, y puso especial atención que en los asientos delanteros la muy coqueta Claudia no dijo nada y ni si quiera tuvo la mas mínima intención de incomodarse cuando el viejo Pedro poso una de sus mugrientas manos en el muslo de ella.

Una ligera sensación de incomodidad se apodero de nuestra inigualable colegiala, al entender ya fehacientemente que el viejo caliente de don Pedro en aquellos momentos estaba más interesado en su amiga que en ella, y como desde que había subido a los asientos traseros junto a don Cipriano este mismo no dejaba de hacer lo mismo, unos furtivos celos que la atacaron sin poder ni ella misma explicárselo la hicieron que llevara su manita a la peluda manaza que la estaba manoseando en las piernas y tomársela como si ellos fuesen una pareja, el caliente mecánico de don Cipriano al ser testigo de lo anterior se sintió en el cielo al notar que al parecer no le iba a tomar tanto trabajo convencer a esa tremenda pendeja de cabellos negros y ojos verdes de que se despojara de su ropa una vez que llegaran a la casucha, como también ya imaginaba como la iba a poner, en esta posición y en aquella para las tremendas culeadas que le iba a plantar, el vehículo cada vez más se acercaba a destino, este ya había tomado el polvoriento camino de tierra.

Don Pedro ya estaba estacionando la camioneta entre medio de varios vehículos abandonados, y fue Claudia quien al mirar la deplorable casa de campo hizo las primeras observaciones,

–Al parecer en esa casa no hay nadie, esta todo en silencio, dijo mirando a don Pedro,

–Deben estar conversando, jejejeje, ya es un poco tarde y seguramente están bebiendo y platicando animadamente, –Pinche Cipriano…! porque no te encargas de la situación mientras yo llevo a esta lindura a dar otra vueltecita en la camioneta ya que le gusto tanto, jejeje…

–Una vueltaaaa!!! Siiii yo quiero dar otra vuelta en camioneta, jijiji…, opino Claudia ante la esplendida idea de don Pedro, en su mente pensaba lo envidiosa que se pondrían sus amigas si la llegasen a ver paseándose en tan moderno vehículo.

–No hay drama pendejo…!, yo me llevare a esta reinita para presentarla con nuestros amigos, jejeje, vamos!?, le dijo el viejo dirigiéndose a Elizabeth.

La asustada chamaca al saber que todo eso de la fiesta eran solo falacias, intento por última vez hacer entrar en razón a Claudia,

–Clau… nosotras andamos las dos, dijimos que no nos separaríamos en ningún momento…

–Ay Elizabeth…! no seas tan dramática, ellos son tus amigos, yo con don Pedro solo iremos a dar una vuelta más en camioneta y luego estaremos de regreso, así que compórtate como una mujer adulta y ve con su hermano, nosotros vamos y volvemos.

Una vez que Elizabeth con don Cipriano bajaron de la camioneta, la nena vio desaparecer el vehículo en el cual don Pedro se  llevaba a su amiga, situación que la hizo sentir sola y desprotegida, solo la oscuridad de la noche y el canto de los grillos la acompañaban en aquellos desventurados momentos, sus ojitos se le llenaron de lagrimas al ya presentir que este extraño hombre al cual ella misma había alentado tomándole la mano solo hace unos minutos, ahora no le guardaría consideraciones.

Y efectivamente así fue, cuando la chamaca estaba pensando en esto último se vio tomada de un brazo por la fuerte manaza de don Cipriano quien sin decirle nada casi se la llevo a rastras y en las penumbras hacia el interior de aquella tétrica casucha deshabitada.

Elizabeth una vez que ya estuvo dentro de la casa de madera, y cuando el vejete acciono una fuerte luz alógena que estaba instalada en forma artesanal pudo ver con sus atribulados ojos verdes como seria el nuevo lugar en donde nuevamente abusarían de ella, lo único que vio ante la fuerte luminosidad fue un tosco y amplio cuadrado de maderas apolilladas que no contaba siquiera con una ventana, y que para rematarla daba la impresión que en cualquier momento esta «casa» se desplomaría, sus ojos recorrieron aquella mugrienta habitación en donde estos vieron una vieja mesa con ollas con comida que en alguna ocasión pudo haberse podrido, ahora todos esos contenidos estaban secos, le llamo la atención que todos aquellos utensilios habían sido corridos hacia las lados ya que al medio de la mesa había un espacio como si sobre ella alguien hubiera hecho algo.

Siguiendo con su visual recorrido la nena pudo ver un viejo armario con todas sus tablas sueltas, un par de sillas botadas, y para terminar vio como en un rincón de aquella destartalada estancia había un viejo catre de campaña que solo tenía una delgada colchoneta de espuma que ni siquiera tenía forro, solo era amarillenta oscura y toda percudida por la mugre, con manchas de meados secos.

Y a un solo metro de tan singular camastro estaba esperando un viejo colchón tan asqueroso como el primero pero este simplemente estaba tirado en el suelo, a la nena le dio la impresión que este había sido sacado directamente desde un basural, debido a que en muchas ocasiones en que ella pasaba por sectores parecidos veía este tipo de jergones adornando aquellos asquerosos lugares, sumándole a que toda aquella habitación estaba impregnada con un fuerte olor a basura agria que amenazaba con cualquier momento hacerla vomitar, ya que eran seguidas las fuertes arcadas que estaba sintiendo.

En un principio una muy nerviosa y asqueada Elizabeth se limitó sencillamente a mirar aquella infernal inmundicia, poniendo gran atención a las antiguas modelos que lucían desnudas en los amarillentos y ya raidos posters que adornaban las paredes de la casa-habitación, y a las numerosas bolsas rotas con basuras de todo tipo, que estaban al interior de la mísera vivienda, entre estas había: latas de pescado; pañales con caca seca de algún infante recién nacido; cascaras de melones y huevos; corontas de choclo; una muñeca desnuda, sin pelos y faltándole una pata; toallas higiénicas usadas, que la sangre seca se veía café bien oscura y que estaban desperdigadas por distintos lugares de aquel mugriento piso.

Todos estos desperdicios habían sido desparramados ya sean por perros o roedores, según ya casi lo podía adivinar nuestra asqueada colegiala que ya estaba que se desmallaba por lo repugnante de su situación.

Estando en estas repulsivas apreciaciones, la nena con ojos espantados y al borde de los vómitos sintió que era tomada por la espalda por unas poderosas manos que la jalaban desde la cintura hacia atrás sintiendo en su trasero una tremenda y dura herramienta por lo cual supo casi en el acto que era con esta misma con la que le harían el trabajo.

Por su parte el ardiente y desesperado de don Cipriano estando tras ella una vez que la tomo desde la cintura para sentir por fin y con sus propias manos las bondadosas curvas que la chamaca poseía en su venerable cuerpazo, este se dio a ponerse manos a la obra en modalidad ipso facto.

Su hermano había sido claro, a la pendeja esa había que llegar y tomarla como uno quisiera, o asustarla un poco si se ponía difícil, y así lo iba a hacer él.

El ansioso mecánico metió rápidamente sus dos manos por la parte baja de la blanca polera, entre esta misma y la falda de mezclilla de la chamaca, para al instante sin previo aviso y sin importarle nada se la subió con tal fuerza que de paso también le subió el sujetador, o sea Elizabeth en menos de tres segundos ya sintió que la tenían con las tetas al aire, sin palabras soeces y sin sobajeos.

La espantada chamaca grito en el acto,

– Elizabeth -Noooooooooooo… q… que haceeeee!!!, exclamo intentando proteger sus desnudeces, pero más escandalizada se puso cuando el viejo no contento con lo anterior y en forma de como si fuese un experimentado en la materia le bajo el cierre trasero de la mini falda de mezclilla y de un solo tirón hacia abajo se la retiro incluso arrastrándole la pequeña tanguita blanca que la nena había escogido para aquel día que iba a salir a tomar aire con su novio.

– Elizabeth -Noooo como me hace estooooo…!? que haceeeeeee…!?, le gritaba la escandalizada chamaca cuando sintió que también la despojaban de sus otras vestimentas.

–Jajajajaja!!! rio triunfalmente don Cipriano en forma tan desvergonzada como lo había sido siempre, salvo en el último tiempo que se había dado a las mamadas románticas, –Que es lo que te estoy haciendo!?, pues te estoy empelotando para culearte chamacaaaa…!!,  te cargas un culo y unas chichotas que están para el Nobel de la Calentura..!! zorraaaa…!!!!

–P…pero… mi amiga y don Pedro llegaran en cualquier momentoooo…!, le contestó la aterrada nena aun de espaldas a él y sin atinar a nada.

–Claro que llegaran perraaaa…! si así lo tenemos acordado con mi hermano…, jajajaja! simplemente se llevo a la putinga de tu amiga para ganar más tiempo, le dijo el vejete a la vez que posaba sus peludas manos en su estrecha cintura, para luego decir, –A lo que lleguen también la vamos a violar putilla, o creías que no nos cancelaríamos por todo el dinero que nos hicieron gastar en la feria, aparte de todo el tiempo que las esperamos en sus estupideces, así que vamos a tirarnos en ese catre y termina tu misma de empelotarte, jajajaja…!!!

La nena captando casi al instante la ferocidad de ese corpulento mecánico que le hablaba muy apegado a su oreja, nuevamente y en forma lamentable para ella quiso alargar el momento para ver si llegaba el otro vejete, ya que previendo tal situación prefería acostarse con don Pedro que con su hermano pensaba la asustada chamaca que aun no se explicaba cómo era que en menos de medio minuto ya prácticamente la tenían desnuda, solo su calzado y su polera blanca subida por arriba de sus tetas la protegían, ya que la chaqueta de mezclilla era tan femenina y pequeña que en nada le ayuda a protegerla.

–Señor Cipriano… porque mejor no esperamos a que llegu…, la colegiala sintió como el viejo rápidamente la dio vuelta para que quedara frente a él y la tomaba con fuerzas desmedidas desde su garganta, la nena pudo ver las contraídas facciones de su cara que le daban un aspecto monstruoso y de insania.

–Escúchame zorra…!!!, le corto el mecánico tomándola desde el cuello y llevándola contra un muro, una vez que ya la tubo atracada en este se relamió sus gruesos labios y continuo con lo que él quería, –Será mejor que te empelotes lo antes posible… y escúchame bien pendejaaa…! no quiero hacerte daño, le decía casi en sus misma narices, –Pero si sigues con tus estupideces y mamadas parecidas te voy a pegar…!!!!, Así que no lo volveré a repetir… Sácate la ropa…!!, le ordenó finalmente y liberándola de su opresión.

Elizabeth tomando aire, quiso una vez más pedir misericordia para su desgraciada situación, no viendo el aspecto diabólico que había adoptado aquel feroz y caliente mecánico,

Elizabeth –Señor Ciprianooo.. por fav…

–Plafff!!!, retumbo en la habitación de madera la fuerte bofetada que recibió en el rostro la colegiala por porfiada, –Sácate la ropa…!!!, volvió a bramar el bravo de don Cipriano que ahora respiraba agitadamente inflando su pecho y su panza, la adolorida chica con su manita en la cara quiso volver a explicar:

Elizabeth –Es que yo quería dec…

–Plaaffff!!!! –Sácate la ropaaaa te digooooo…!!!!, el viejo ahora rugía con la cara de desquiciado,

–Está bien… es que yo solo q…

–Plaaafffff!!!!!, sácate la ropaaaaa… putaaaaaa!!!!, esta vez Elizabeth tuvo que obligadamente arquear su cuerpo hacia un costado debido a la brutal bofetada que casi la hicieron caer al suelo.

Una casi horrorizada Elizabeth temiendo que ante cualquier reacción que ella hiciera el viejo ese volvería a golpearla en la cara, con sus dos manitas temblorosas cual enferma mental retiró su chaqueta de mezclilla a tirones para luego hacerlo rápidamente y de la misma forma con su polera blanca, mientras por sus enrojecidas mejillas caían copiosos ríos de lagrimas, una vez de haberse despojado del resto de vestimenta que le quedaba en forma avergonzada y temerosa se quedo mirando al viejo, su carita estaba muy enrojecida.

–Te faltan tus sandalias estúpidas…!!!, le dijo el viejo con sus ojos vidriosos por la calentura al estar contemplando en total estado de desnudez a la atrayente pero aterrada colegiala.

La chamaca sin pensarla dos veces y antes de que le pegaran nuevamente se agacho y con sus dos manos se dio a desenrollar los hilos de sus zapatillas retirando una y después la otra, para cuando ya estuvo descalza volver a elevar su cuerpo y quedar a la espera de lo que el viejo quisiera hacerle.

El viejo ya no aguantándose más de tener ante su vista aquel diabólico y femenino cuerpo, sintiendo las mismas hormonales sensaciones en su verga de cuando recién había conocido a su otra Diosa, se dio a comenzar a manosearla para sentir aquella suave y brillante piel que se le notaba que tenia la condenada chamaca.

–Eres muy suavecita pendeja, jejejeje… le decía el viejo a medida que pasaba sus manazas por sus cintura, como también por sus brazos y por su espalda.

Luego de un momento de sentir en sus propias manos las suaves carnes desnudas de la joven, el viejo sin decirle nada la tomo de sus hombros e hizo que volteara su cuerpo contra la pared, a la misma vez que también fue el mecánico quien la tomo de sus muñecas e hizo que se apoyara con estas en el mismo muro en que la puso.

Los llorosos ojos verdes de la chica quedaron irónicamente justo al frente de una fotografía en donde una pelirroja salía mostrando su vagina a la vez que se la abría con sus dedos.

En ese momento don Cipriano viendo semejante culazo a su entera disposición se propuso a llevar a cabo lo que deseaba hacerle desde la primera vez que la vio tanto en fotografía como en persona.

Como pudo se despojo de sus botas vaqueras, luego se bajo el cierre de sus pantalones y se los quito, igual suerte corrió su camisa roja a cuadros hasta quedarse con sus típicos bóxer verdes que aun no se los cambiaba. Aunque su nueva hembra le compraba y compraba calzoncillos este se negaba a quitárselos y lavarlos ya que según él estos le habían traído buena suerte en el dinero y en el amor.

Elizabeth se mantenía desnuda como la tenían apoyada en la pared de madera esperando que le ocurriera cualquier cosa, hasta que en un momento en que bajo su mirada en señal de desventura vio los pies peludos y descalzos del vejete, con unas uñas negras e impregnadas de mugre, y que en estos cayeron unos gastados bóxer verdes, en ese mismo momento sintió una gruesa barra de carne caliente que le rozaba las nalgas, y como esta era alojada al medio de su canaleta posterior.

El salido viejo al sentir su erecta herramienta cobijada justo al medio de aquellas dos esponjosas paredes de carne femenina y tibias creyó estar en el mismísimo paraíso, sin darle previo aviso a la chamaca metió sus manos por su cintura para subirlas en forma automática y prenderse con desesperación a ese fenomenal par de tetas que las tenia tal cual como a él le gustaban: grandes, duras y suavecitas, a la misma vez que se daba a deslizar su verga por aquella lujuriosa juntura de carnes sintiendo en su tranca unas sensaciones deliciosas e indescriptibles.

Don Cipriano que su cara en esos momentos era la de autentico degenerado por estar viviendo tan sublime momento acariciaba las majestuosas curvas que se gastaba la muy condenada chiquilla, pero él queriendo ver más de ese glorioso trasero echó su pecho y panza hacia atrás y vio como su verga quedaba alojada y apretada contra aquellas deliciosas panderetas carnosas, por lo que se dio a sobajearle las nalgas con las dos manos, se las abría y si se las cerraba a la vez que aprovechaba de masturbar su tranca con estos indecentes sobajeos, la suavidad de aquel culazo amenazaban con hacerlo enloquecer antes de culearse a tan delicada criatura.

–Ufffffffffffff…!! vaya culo que te gastas mamasotaaa…!!! eres… e…res toda una Diosa pendejaaaaa…!!!, mientras la asustada Elizabeth lo escuchaba se daba cuenta que casi todos los vejetes con los que se cruzaba estos se daban a alabarle el tremendo culo que ella se gastaba, a la vez que sentía como esas rudas manos de mecánico no paraban de sobajearle el loable pedazo de su cuerpo antes mencionado.

Elizabeth ajena a todas esas exquisitas sensaciones que estaba sintiendo don Cipriano otra vez se daba a volver a pensar de porque a ella le ocurrían esas cosas, y que sería de Claudia?, quizás a ella también en esos momentos se la estaban violando en algún descampado pensaba mientras el mecánico que la había desnudado seguía dándose el festín de su vida con aquel caliente manoseo y refregones que se estaba dando con el formidable trasero de la colegiala.

El excitado y enloquecido mecánico al sentir su verga bien atorada en aquella soberbia canaleta aprovechaba para subir sus manazas por su cintura y pasarlas por delante de la chamacota para sobajear aquellas tersas tetasas que tenía a su disposición, acariciaba con sus pulgares aquellos dos pequeños pezones para luego de creer sentir como estos se agrandaban, volvía a bajar sus peludos brazos hasta llegar con sus manazas a las redondeces de sus nalgas y experimentar la idílica suavidad de esas tiernas carnes que se gastaba la exquisita jovencita que se mantenía quietecita, tal cual como le había dicho su hermano que esta reaccionaba si es que la asustaban un poquito.

–Que culazo tan excelso es el que te gastas zorraaaa…!!!, jajajaja…!!! creo que es el segundo culo en la vida que se va a comer mi verga entera, ya que a casi todas la putas que se las he intentado meter en forma completa las he rajado por el orto, jajajajaaaaa…!!!, si solo una me la ha aguantado todita, y tu vas a ser la segunda ricura, jejejeje… la quieres probar ahorita mismo…!?, le decía el miserable viejo a la vez que accionaba su verga de atrás para delante.

Elizabeth quedando pasmada con lo que le estaban diciendo cayó en un alarmante estado de pánico, al recordar lo doloroso que había sentido cuando don Pedro la había enculado, y viendo que este era su hermano su verga debería tener dimensiones más o menos parecidas y la respuesta a sus desesperadas especulaciones las estaba sintiendo en esos mismos momentos en su trasero, ya que se la sentía interminable.

Elizabeth –-Noooooo… sueltemeeeeee…!! por favorrrrrrr…!!!, no me vaya a hacerrrrrr esooo!!!, exclamó de pronto una vez que se pudo dar fuerzas para gritar, pero el mecánico estaba enloquecido con ese imponente culazo.

–-Tranquila pendejaaaa…!!! jajajaja, ya verás que la aguantaras, este culo está hecho para meterle la verga una y otra vez, jajajaja…!!!.

Elizabeth nuevamente se sentía desvalida e indefensa al estar en las garras de otro viejo caliente y mal vividor que estaba dispuesto a encularla de un momento a otro, al menos si llegara Claudia se decía, ella no permitiría que la violaran ya que la imaginaba sacando secretamente su celular y llamando a la policía, pero el recordar que existían grandes posibilidades de que fuera el mismo sargento Sinforoso quien llegara a tomar el procedimiento, este sería capaz de ponerse de acuerdo con los dos viejos para participar en la orgia, así que ya no sabía cuál sería la mejor opción, todo eso era una locura, por lo que simplemente al verse perdida comenzó a llorar.

–Snifff… no me encule don Ciprianoooo… que me va a dolerrrr… Snifffs…!!

–Jajajajaja…!!!, esa es la idea zorraaa que te duelaaaa!!!, pero a los minutos se te pasara el dolor y sentirás tal comezón en tu ojete que luego estarás rogando y chillando para que no paren de darte por el culooooo, jajajaja!!!!

Elizabeth lo miraba hacia atrás con sus ojos llorosos y suplicantes, pero se dio cuenta que esto de nada le serviría, el viejo ya estaba todo traspirado y en sus ojos tenía un brillo enfermizo y vidrioso, como también en su cara se había dibujado un gesto tan perverso como lujurioso, este se movía haciendo movimientos de culeo, deleitándose a él y a su verga con esas espectaculares nalgotas que vibraban con el accionar de su aparato.

Don Cipriano ya no aguantándose más separo su cintura del loable trasero de la jovencita que pensaba encular ahorita mismo, para luego tomar su verga con unas de sus manos y apuntar hacia el rosado anillo de la nena, una vez posado en este con sus dos manazas se daba a abrirle las nalgas con sus dos dedos pulgares muy cerca del punto rosado punteándola suavemente con su gruesa y venosa tranca con la finalidad de que ella misma sintiera lo que en muy poco tiempo se iba a comer por su orificio posterior,

Elizabeth –Noooooo…!!! nooo lo hagaaaaaaaaaaa…!!! no… nooo… noooo… espereeeee…!!! noooooo…!!!, gritaba escandalosamente la chica una y otra vez, al sentir en sus carnes anales aquella tremenda cabezota que presionaba en este amenazando como si en cualquier momento se le iba a introducir, a la vez que sintió en su cara el fétido aliento a caries y a boca sin asear ya que el viejo en su apasionamiento se dio a contraerla contra su panza para comenzar a babosearla en el cuello y por detrás de su oreja, a la misma vez que subía sus callosas manazas para otra vez apoderarse de esas tremendas chichotas recién terminadas en desarrollo, raspándolas y mancillándolas.

Pero la mente de nuestra preciosa colegiala se escandalizo aun mas al notar como unas exquisitas sensaciones la invadieron y que la hicieron que se le erizaran todo los pelitos de su cuerpo debido a las apuntaladas que estaba sintiendo en su trasero, este fue el primer aviso que su femenina sexualidad le enviaba a su acalorado sistema neuronal, para luego notar como el vejete nuevamente bajaba sus manos para abrirle las nalgotas y espolonearla con su verga amenazando perforarla en cualquier momento.

Una horrorizada Elizabeth ante semejante y acalorada situación comprimía todos los músculos de sus nalgas intentando con esto apretarlas para negarle el ingreso a esa verga que le comprimían en su ojete como dándose fuerzas para antes del ingreso, soportando además como ese asqueroso vejete no se cansaba de lamerle su cuello por ambos extremos, y que de a momentos también introducía su lengua en sus oídos.

La desesperada chamaca aguantaba con estoicismo el ardiente asalto a las curvas de su cuerpo y a tantos chupeteos en sus zonas erógenas, a la misma vez que sus dos manitas  las llevaba hacia atrás de ella en una reacción innata de auto defensa ya que con esto intentaba separar la pelvis del vejete de su trasero, pero para el fiero mecánico eso que hacia la pendeja era parte del ritual que antecedía a cualquier tipo de enculamiento, además que en vez de amedrentarlo la débil resistencia que oponía la chamaca lo calentaban aun mas.

Don Cipriano cuando sintió en sus propias manos como la piel de la chica se erizaba con tanto magreo supo claramente su significado en el cuerpo de tan loable estudiante por lo que aumento más enfáticamente sus lamidas y chupeteos en el sensible cuello de Elizabeth, otorgándole oleadas de múltiples escalofríos y cosquilleos de los más conocidos para la aterrada chamaca, hasta que sintió como aquella verga que se movía en su trasero de pronto quedo embocada a las puertas de Sodoma.

El viejo Cipriano cayendo en un casi demoniaco estado de calentura en el momento que su verga se atoro en la entrada anal de la chica, y ver como ella notándolo también se quedo mirando hacia el techo con sus ojos abiertos como platos y titilando hacia afuera, no la pensó para así apuntalada como la tenia abrazarla fuertemente por su cintura y con su otro brazo pasarla por debajo de su barbilla, una vez que la tubo bien afianzada e inmovilizada, y viéndola como aun miraba al techo con sus baquita abierta haciendo gesticulaciones, le dio una asquerosa lengüeteada en su carita descongestionada por el dolor, y fue accionando su verga hacia adelante enterrándosela hasta la mitad, para ver como su carita ahora la tenia igual que hace un rato pero ahora con sus cejas fruncidas hacia arriba y con ríos de lagrimas cayendo por sus sienes, y ya no esperando nada mas el salido vejete cerro sus ojos en señal de concentración y le pegó un último empujón con el cual se la mando a guardar toda.

Un momento antes cuando Elizabeth sintió que con tanto magreo y punteos el glande le había abierto su agujero anal y que este se atoraba abriéndola sin ningún tipo de dilatación previa, fue tanto su dolor que subió su carita en busca de aire, a la vez que en forma automática sintió caer de sus ojos  abundantes cantidades de lagrimas que se le formaron a causa de la laceración en su orto y que la sensación seguía instalada ahí negándose a desaparecer, como así mismo sintió que se le helaba la sangre debido al estupor del momento, y cuando buscaba llenar sus pulmones de oxigeno para pedirle a su violador que la liberara, sintió como este al contrario de lo que ella deseaba la inmovilizaba aun mas, para volver a empujarle su fierro incandescente lo mas adentros que pudo. Sin poder moverse ni articular palabra alguna experimentó un dolor indescriptible, se sentía agitada, con el corazón en su reseca garganta, quería salir arrancando disparada para su casa o para cualquier parte, su ano le avisaba a su mente el grosor de la verga que tenia incrustada a medias en el culo, pero su violador a parte de estar lamiéndola asquerosamente la inmovilizaba con mas fuerzas que antes, hasta que de un último empujón se la envaino limpiamente hasta la misma raíz.

Elizabeth –Ayyyyyyyyyyyy…!!! Nooooooooooooo…!! Oooooohhhh…!!! Uffffffffffffff…!!! saquelaaaaaaa…!!! por favorrrrrrrrrrrrr!!!!, grito por fin la ensartada chamaca pidiendo compasión a sabiendas que eso no iba a suceder,

Don Cipriano traspirando como caballo sentía como el conducto anal de la nena  se comprimía y contraía en inequívoca intención de expulsarlo a él y a su verga de su interior debido a una natural resistencia por parte de su dueña, pero para su suerte y ayudado por su poderosa erección fue venciendo esa oposición hasta que sintió totalmente relajado aquel soberbio culote que el acababa de invadir y tomar posesión de este.

– Elizabeth -Por favor no se muevaaaa…!!! me dueleeeee… Sniffs..!!! ahhhhh…!!! ahhhhh…!!! por favooor… Snifffs…!!! aaahhhhhh…!!! detengaseeeee… Sniffsss…!!! ya nooooooo!!!, gritaba con su carita cubierta de lagrimas y congestionada por el inmenso dolor que estaba sintiendo la ensartada jovencita cuando sintió como el viejo que ahora se mantenía bien agarrado de sus caderas este comenzaba a mover la verga dentro de su orificio anal, movimientos que la hicieron sentir como dolorosamente le seguían abriendo el culo y  como le metían esa gruesa vergota centímetro a centímetro,  sus  lágrimas ahora eran más copiosas que hace un rato, pero esto a don Cipriano no le interesaba.

–Argggghhhh…!!!! que culazo más apretado es el que te cargas zorraaaaaaaa…!!!, le gruñó el viejo Cipriano arremetiendo con fuerzas para penetrarla más profundamente de como lo había estado haciendo, venciendo por fin la resistencia  de la chamaca ya que el mismo sintió como ahora eran los músculos de las caderas de la nena los que aflojaban y se relajaban para dejarse ensartar completamente.

Elizabeth –Ayyyyyyyy… Snifsss…!! no tan fuerteeeeee… por favorrrrr… Sniffsss…!!! me duele muchoooooo… Sniffsss Snifssss!!!

A estas alturas el salido mecánico sin hacerle caso se la afianzo mas contra su cuerpo y pelvis para empezar a culearla como desesperado, sus arremetidas eran rápidas y profundas haciendo vibrar el cuerpo  de la chamaca por cada agasajamiento que le propinaba hacia arriba, ahora si abiertamente a la colegiala la levantaban del suelo a punta de verga y por el culo entre medio de sus quejidos y sollozos.

–Cállate zorraaaa…! y acepta la vergaaaa…!! Tomaaaaaaaaa…!!!, le gritaba el vejete que por la forma en que le pulsaban las venas de sus sienes este debería estar al borde del infarto, tras darle otra bestial estocada no escuchando las suplicas y los sollozos de la nena mientras seguía ensartándola y levantándola con fuerzas descomunales.

Elizabeth quien continuaba sollozando con sus palmas apoyadas en el muro de tablas, con sus muslos separados y con el culo bien levantado se dejaba encular por aquel bestial mecánico que le había pegado, y que ahora sí que estaba segura que era hermano legitimo de don Pedro, su trasero de lo confirmaba.

–Splapp…! Splappp…!! Splapppp…!!! Splappppp…!!!! Splapppppp…!!!!! Splappppppp…!!!!!!, era lo único que se escuchaba al interior de la deplorable casucha de madera, en donde ambos cuerpos sudados se acoplaban de la forma más animal imaginable, lo que evidenciaba que el soberbio culazo de la colegiala se había ido adaptando a la enorme verga que le metían sin consideraciones, lo que hizo que el dolor poco a poco fuera dando paso a que el culo se le durmiera, para luego ya comenzar a sentir ese eléctrico gustillo muy al interior de su ano.

Elizabeth con las lagrimas ya secas en su cara sentía  como la gruesa tranca  del viejo mecánico se le resbalaba perfectamente por todo el conducto de su ano provocándole un gozo increíble y muy bien conocido por ella, le estaban dando firme, y ya sentía como esa deliciosa vergota le otorgaba placeres delirantes para su mente y cuerpo, ya no podía contenerse más ante las fieras embestidas que amenazaban con enloquecerla, hasta que por fin dejo salir de sus labios gemidos que ya no eran de dolor sino que eran de autentica calentura.

– Elizabeth -Ohhhhhhh…!! Ahhh…!! Ahhhh…!!  Mmmmmm…!!! Uyyyyyyyy…!!! Ahhhhh…!!! Ahhhhhhhh…!!!  Oooohhh…!!! Oooohhhhh…!!!! Mmmmmmm…!!!!. Gemía con cada ensartada de verga que sin su permiso le plantaban por el recto con aquel endurecido palo de carne caliente, mientras también ella jadeaba, quejándose cada vez más fuerte, ante las bestiales ensartadas que le parecían cada vez más profundas y que le hacían vibrar sus nalgotas en forma alucinante para el vejete que no paraba de perforarla, ante los exquisitos gemidos de placer con los que ella le daba a entender que ambos ya estaban a la par y en las mismas condiciones.

El salido viejo buscando una posición más cómoda para él la tomo fuertemente de sus brazos y ensartada como la tenia, se la fue llevando a vergazo limpio hasta el viejo catre que estaba en un rincón de la casucha, Elizabeth solo se dejaba llevar sintiendo en su ano como no paraban de destrozárselo, en su caminata tuvo que pisar cascaras de sandias y toallas higiénicas manchadas con sangre seca, pero ella ni se dio ni cuenta de todo aquello.

Una vez que llegaron al destartalado catre, fue la nena quien comprendió que ahora la querían puesta en 4 patas, y poniendo el mismo cuidado que el viejo para que no la desensartaran se fue agachando hasta quedar en la animalesca posición en donde el viejo una vez ya puesto e hincado en su retaguardia, aumento las fuerzas de la tremenda culeada que le estaba poniendo a tan atractiva jovencita.

Elizabeth se sintió tomada fuertemente por su cabello y como se lo jalaban haciéndole levantar la cabeza hacia atrás, luego vino un verdadero bombardeo de peladeces que la hicieron a ella comenzar a pedir que le dieran más duro, a la vez que ya se babeaba sin darse cuenta de ello.

(20 minutos antes, en la camioneta)

–Jejejeje… ya te he paseado todo lo que has querido lindura… qué tal si volvemos a la fiesta de mis amigos, tu amiguita debe estar echándote de menos, jejejeje, le decía el vejete quien ya calculaba que con el tiempo que le había dado a su hermano este ya tendría que estarse cogiendo como un mal nacido a la Elizabeth.

Don Pedro ya no daba más de la calentura, había llevado a Claudia a un boulevard, a la salida de discotecas, y a los lugares más frecuentados por las amigas de la rubia, tarea que lo tubo muy entretenido, además que ya se había ganado la total confianza de la rubita aquella, y solo se daba a imaginar el cuerpo de la chamaca al desnudo y él montándose sobre ella.

–Si ya es bien tarde… creo que lo mejor será que una vez que lleguemos y después de saludar a sus amigos nos vaya a dejar a mi casa.

–Claro que si mi reina… claro que así será, jejejeje…

El viejo desde que había dejado a Elizabeth en las garras de don Cipriano, este no paraba de sobajearla en sus muslos, y la semi ebria Claudia tampoco hacía nada para apaciguar los ardientes sobajeos de aquellas peladas manos en la suavidades de sus piernas, pero por el motivo de haber salido a tomar aire la mente de la rubia ya estaba mucho mas despejada por lo que se dio a intentar de frenar un poco a ese salido vejestorio que después de todo era el novio secreto de su mejor amiga,

–Yaaaa don Pedro, jijiji, párele con sus manoseos, ya harto que me ha tocado, jijiji…

El caliente vejete notando que ya estaban por llegar a su casucha, ya que habían tomado el camino rural, se propuso a yo no guardar tantas consideraciones con la putilla esa si después de todo ya estaba solo a minutos de cogérsela de todas las formas en que el quisiese,

–Pus tienes unas piernotas fabulosas chiquilla endemoniada, al igual que la zorra de tu amiga, jejejeje.

Claudia quien escucho las soeces palabrotas del vejete pensó que todo se debía al exceso de confianza que ahora existía entre ellos, y siguiéndole el juego al horrible mecánico se dio a contestarle,

–Ay no sea tan pelado don Pedro, jijiji, además que Elizabeth ya me conto lo que existe entre Usted y ella… así que no se haga el menso, jijiji…

–A si!?, y que fue lo que te dijo de «nosotros» la pendeja esa, jejeje…, el vejete por cada segundo que pasaba se iba poniendo más lujurioso.

–Pues me dijo eso que Usted… ya sabe… que son algo así como novios, jijiji.

El mecánico deteniendo el vehículo ya que habían llegado a su casa de campo se dio a decirle sin asco lo que era Elizabeth de él bajo su punto de vista,

–Jejejejeje… estas equivocada rubita, tu amiga te mintió… quieres saber lo que es ella para mi realmente!?, lo quieres saber…?

–No le entiendo, si ella me dijo claramente que eran novios o al menos eso fue lo que le entendí yo,

–No, no, no rubia… estas muy equivocada… tu amiga solo es mi zorraaa…!!!, jajajaja…!! te queda claro lindura!?, le dijo finalmente el descarado viejo y sin rodeos.

Claudia notando al instante el cambio de expresión en el rostro del vejete solo se quedo callada, esa extraña sonrisa que en algún momento era de burla o ironía ahora era de ferocidad, por lo que trago saliva y antes de bajar del vehículo, le contesto,

–Mi amiga no es eso que Usted dice… yo la conozco biennnn…

–Ahhh noooo!? pues compruébalo tú misma putilla, baja del vehículo y ve a comprobar con tus propios ojos en lo que debe estar tu dulce amiga allá adentro, jejejeje.

La ahora si asustada Claudia bajó del vehículo pensando en lo que decía aquel asqueroso vejestorio… que iba estar a estar haciendo Elizabeth adentro de esa destartalada cabaña?, ella bien la conocía y sabia lo muy buen portada que era su amiga con todo el mundo, ahora viendo que el viejo ese también se estaba bajando de la camioneta, con sus temblorosas piernotas se encamino con su mente trabajando a mil ya que don Pedro bien le había dejado la duda en alguna parte de su cerebro.

La rubia colegiala vio que ahora si había luz al interior de la cabaña en que supuestamente se llevaba a cabo una fiesta, o sea, si se llevaba a cabo una juerga adentro de la casucha, pero esa fiesta era muy distinta a la que ella imaginaba.

A los pocos metros de llegar a la puerta de entrada que había quedado entre abierta, sintió como llegaban a sus oídos fuertes gruñidos de macho en época de apareamiento, y que estos se entre mezclaban con diversos gemidos de hembra en estado de celo.

Con paso firme se ubico en el umbral de la puerta y con su manita empujo la puerta para abrirla y poder ver en que estaba Elizabeth con el hermano de su extraño novio.

La crudeza de la imagen la dejo sin aliento, ahora sí que la rubia estudiante de 18 años estaba que se meaba ahí mismo producto de la tensión y del extraño nerviosismo que la invadió al ver a su amiga desnuda y puesta en 4 patas con todo su cuerpo brillando por el sudor ante la fuerte luz alógena sobre un viejo catre que por los sonidos que hacía este amenazaba con desarmarse de un momento a otro.

La escandalizada Claudia por más que veía y escuchaba a su amiga como culeaba y le pedía a un viejo horripilante que le dieran más profundo, no podía creer que fuera ella.

Elizabeth –Aaahhhh…! Uyyyyyy…! don Cip… Ciprianooooo… mi amorrrrrr…!!! r… ricooooo…!! ricooooo…!!! dele mas fuerteeeee…!!! mas d… duroooooo…!!! mas recioooooo… Mmmmm…!!!

Mientras como también escuchaba como el viejo mecánico la insultaba mientras no paraba de cogérsela bestialmente,

–Asiiiii zorraaaaaaa…!!! que rico como culias putaaaaaa!!! solo eres una perra calienteeeee hecha para culear y recibir vergaaaaa, jajajajaja!!!!, fueron las palabrotas menos fuertes que escuchó Claudia con las que trataban a su amiga, en tanto la veía a ella que la tenían fuertemente tomada de sus cabellos haciendo que levantara su rostro, la vio con una extraña sonrisa en su cara, una sonrisa nunca antes vista por ella en su rostro, como si le gustara que le dijeran todo ese tipo de peladeces, también la vio con vistosos hilillos de saliva que caían de su boquita no siendo ella consciente de esto.

La asustada Claudia se sintió en el limbo, nunca se imagino que se iba a encontrar con su amiga de la niñez en tan escandalosas circunstancias, intentando no llamar la atención de los amantes dio media vuelta sin saber qué hacer, mientras don Pedro miraba desde la camioneta muy entretenido y expectante por lo que ahora se venía.

–Ellos… ellos… están haciendo el amorrrr…!, le dijo la rubia al vejete cuando por fin sus piernas la hicieron llegar hasta donde la esperaba don Pedro.

–Jajajajaja…!!! que mamadas son esas pendeja!!??, la puta esa no está haciendo las webadas que tú dices, simplemente se la están culeando, jajajaja entiendes ahora cuando te dije que solo era una zorra, jajajaja!!!

El viejo no le dio tiempo de reacción a la rubia ya que al terminar de decir sus últimas leperadas, tomo fuertemente del brazo a Claudia y la comenzó a arrastrar hacia donde estaba Elizabeth con su hermano.

–Que hace don Pedrooo…!! exclamo la rubia al verse salvajemente arrastrada hacia el infierno.

–Jaja…!!!, iremos a ver más de cerca como culian, jajajaja para que luego nosotros hagamos lo mismo y nos unamos a ellos, jajajaja…!!!!, reía bestialmente el viejo en el momento en que entre pataleos y manotazos de la rubia se la fue llevando hacia el interior de aquella lujuriosa casucha de campo.

–Noooo yo no hare esoooo…!!!

–Si lo harás estupidaaaa…! te vamos a culear… perra, jajajaja…! saldrás preñada después de esta noche junto a esa otra furcia que tienes por amiga, jajajaja…!!! terminaras emputecida en una esquina o en algún callejón ganando dinero para mi… zorraaaa!!!

El viejo se calentaba hasta la insania diciendole todo ese tipo de peladeces a las hembras que se violaba, además que estaba decidido a llevar a cabo ese negocio con el cual amenazaba a las mujeres que convertía en sus yeguas.

Una vez que don Pedro pudo meter a Claudia al interior de la casucha, este la arrojo al rotoso colchón que estaba aun lado del catre en donde se estaban cogiendo a Elizabeth, la rubia estaba histérica y no entendía como su amiga podía seguir en lo suyo estando ella con don Pedro presentes, ya que creyó ver en un momento como su dulce compañera de colegio en algún momento la miro con sus vidriosos ojos verdes, para luego de tres segundos simplemente voltear su mirada poniendo los ojos en blanco y seguir aguantando las feroces apuntaladas que le estaban poniendo a su cuerpo. (la rubia aun no caía en cuenta que a Elizabeth se la estaban enculando)

Por su parte la nena mientras gozaba con aquella gruesa vergota asaltándola duramente por la reta guardia sintió como si en otra dimensión distinta a la cual ella estaba entregada, una voz femenina  y bien conocida por ella discutía con la voz de otro hombre que también le sonaba familiar, su mente le decía por lo bajo que se trataba de Claudia y don Pedro, que estos ya habían llegado y que estaban a solo un metro de donde a ella se la estaban pisando, pero aunque quiso terminar con todo eso e ir hasta donde su amiga para tomarla y salir huyendo juntas de aquella lujuriosa casucha, fueron las exquisitas sensaciones y placeres profundamente carnales los que se lo impidieron dándole a escoger si terminar con todo aquello o huir junto a su amiga de niñez, lamentablemente para ella, Elizabeth solo pensó en su propia calentura y escogió la primera opción y simplemente se abandono.

El viejo Cipriano quien si cayó en cuenta de la presencia de su hermano y de aquella atractiva rubia, se dio a aumentar las fuerzas de sus embates, disfrutaba como un mal nacido ensartando e insultando a la chamaca en la presencia de aquella rubita, su cara en esos momentos estaba desencajada, solo se daba a gritarle que solo era una puta.

Elizabeth por su parte solo seguía babeando, su viciosa sonrisa le daba a entender a los presentes que a ella en esos ardientes momentos le encantaba que le dijeran todas esas vulgaridades y peladeces, mientras sentía que las embestidas cada vez eran más salvajes y firmes, cerraba fuertemente sus ojos, se relamía sus rojos y carnosos labios, mientras su sedoso cabello ante los fuertes movimientos de adelante y hacia atrás que hacía con su cuerpo le tapaban y despejaban la carita al mismo ritmo en que se la estaban culeando.

Don Pedro atento a la situación vio que la asustada Claudia aun miraba con cara de incrédula a su amiga del alma.

–Jejejejeje… te convences rubia!? tu amiga solo es una zorra…!! una furciaaaa…!!!! que solo vive para que le metan la vergaaaaa, jajajajaja!!!!, mientras los gemidos de Elizabeth eran la música de fondo para tan extravagante conversación.

Elizabeth –Aaaaaaahhhhh…! Aaahhhhhhhhhhhhhh…!! Uuyyyyyyyyyyyyy…!!!, gemía la chamaca quien ya casi se desmayaba de placer, en tanto el mecánico la seguía embistiendo bestialmente.

–Porque te quedas callada ruciaaaa…!? aun no te convences que la calladita de tu amiga era más puta que tú misma, jajajaja!!!!, seguía burlándose don Pedro mientras que con sus resquebrajados ojos se sacaba la camisa y cuando también ya estaba bajándose el cierre de sus pantalones.

–Es queeee… no sé qué decirrrrr… e… esto… esto e… es… es.. es increibleeee…!, dijo finalmente una azorada Claudia que aun se mantenía semi tendida en el asqueroso colchón en el cual la habían arrojado, no sabía cómo reaccionar a todo lo que ahí estaba sucediendo, claramente se daba cuenta que ese otro viejo asqueroso, el tal don Pedro, también se estaba desnudando sin importarle que ella lo viera.

Pero el vivaz de don Pedro a sabiendas que esa otra putita algo tenía que estar sintiendo en su panochita con la excitante función que le estaba regalando su amiga que no paraba de chillar y quejarse como la peor de las putas de Sodoma y Gomorra, una vez desnudo le mostro a la rubia su erecta verga.

–Mira rubiaaaaa!!!!, rugió el mecánico de la feria agitando su tranca solo a medio metro de donde estaba la extrañada Claudia mirando lo lujurioso de todo eso que estaba viviendo.

La rubia estudiante aunque asustada como estaba igual vio como ese viejo agitaba una descomunal y gruesa verga oscura, toda llena de nudos de nervios y gruesas venas verdosas-azuladas que parecían estar llenas de sangre circulando por ellas debido a como pulsaban rápidamente, por lo que en forma  automática recordó lo que le había metido el profesor Tulio hace un tiempo, pero esta otra era totalmente diferente,  era mucho más larga y gruesa, y si no hubiese sido por el tupido enjambre de pelos canosos que tenía en la raíz simplemente se la hubiera encontrado preciosa, pensaba para ella misma, mientras se la seguía mirando tragando saliva y con los gemidos de éxtasis de su amiga de fondo.

Hasta que de pronto cayó en la realidad ya que al subir su vista para analizar al dueño de aquella monstruosidad vergal vio nuevamente al vejete tal como era, un viejo asqueroso que la miraba con una sonrisa despoblada de dientes, que al estar sin nada de ropa lo vio con su prominente guata caída, al igual que todos los pellejos de su cuerpo, con unas hilachas de piernas todas blancas, el viejo ese era verdaderamente horripilante se dijo para ella misma, pero que se gastaba una tremenda vergota que se le hacía imposible no mirársela para estudiarla una y otra vez.

Mientras en el catre el bestial de don Cipriano no le otorgaba tregua a la encomiable colegiala que su hermano le había prestado, le daba tan fuerte que al chocar su pelvis con las nalgotas de la nena, los continuos splapss!!!! que retumbaban en la habitación se sentían más que escandalosos.

Elizabeth estaba que se meaba por lo tan rico que estaba sintiendo, el hermano de don Pedro la penetraba tan firme como deleitoso, se decía para ella en su ardiente  conciencia, por lo que sin previo aviso le vino un orgasmo tan intenso que por la forma de gemir demostraba que este era de lo más rico y escandaloso.

Don Pedro con Claudia vieron en primera fila como la nena estando en estado total de calentura arqueo su espalda y paró las nalgotas queriendo con esto que la verga del vejete la penetrara más profundamente, pero estando en ello su cuerpo le jugo la mala pasada y el hiso estallar en un excitante orgasmo, que causaría estragos en la turbada mente de su espectadora amiga.

Claudia veía como la expresión de la cara de su amiga era de dolor y de placer al mismo tiempo, lo que la hicieron sentirse en un delirante estado de ansiedad ya que el llamativo cuerpo sudado de su amiga en esos mismitos momentos brillaba, jadeaba y se contorsionaba por el inmenso placer que la debían estar haciendo sentir, además de escucharla como decía guarradas al encontrarse presa por la calentura,

Elizabeth –Aaaaaahhhhh…! Aahhhhhhhhh…!! Asiiii…!!! Ahhhh…!!! p…papiiiii…!!! que riiiiiicoooo…!!!! Me c… co… corroooooo…!!!! Aahhhhhh… pa… papiiiiiiii U… uyyyyyyyy…!!!!.

Don Cipriano también se daba a dirigirse a la respetable audiencia,

–Jajajajajaja… miren como se corre esta desgraciadaaaa…!!!! jajajajaja…!!!!!! Era lo que gritaba don Cipriano a sus espectadores al notar como la chamaca se iba cortada mientras él le destrozaba el culo, y no conforme con ello tomó a la joven que en aquellos momentos estaba orgasmeándose en el séptimo cielo, girándola hacia ellos y metiendo sus fuertes brazos por debajo de sus piernas la exhibió en toda magnificencia orgásmica totalmente abierta de patas y ensartada por el culo, mientras que de su vagina salían expulsados intensos chorros de líquidos íntimos que certificaban categóricamente el lamentable estado en que se encontraba la colegiala.

–Mira nada mas como se corre esa furciaaa…!!!, jajajaja…!!!, ya rubia de hace rato que la estas mirando como culia y tu no haces nada, jajajajaj demuéstrame que tú también eres tan puta como ella, jajajaja… quiero que me chupes la verga…

Claudia que su mirada no podía quitarla de las lujuriosas condiciones en que estaba gozando Elizabeth se sintió asaltada por una tremenda excitación, y al escuchar las palabrotas de don Pedro que se masturbaba con su pelvis echada hacia adelante y con su cosa muy cerca de su cara recordó la solicitud de su amiga cuando aun estaban en su casa: «tal vez ellos iban a querer hacer eso con ellas…», pero al ver a semejante animal con quien a ella le iba a tocar acostarse intentaba darse fuerzas para no caer en lo que ya estaba sumida su amiga, su mente le decía que no, pero su cuerpo extrañamente ya lo deseaba con locura.

Fue en eso que se vio tomada fuertemente de un brazo por don Pedro quien la hizo ponerse de pie para comenzar a sobajearla con brutalidad, a la vez que atracándola contra sus desnudos pellejos empezó a besarla en el cuello, en el rostro, los labios, metió su lengua dentro de su boca y empezó a moverla con avidez; la besaba y la lamia en el cuello, mientras que la rubia al verse asaltada con semejante tratamiento sentía humedecerse entera, su vagina se mojo casi en el acto, pero se decía que debía resistirse a tanta tentación, ya que el viejo era asquerosamente feo, si hasta el maestro Tulio tenía más presencia que ese salvaje y asqueroso vejete que ya casi se la estaba comiendo vestida.

Pero la rubia casi ni se movía, no quería responder a sus besos, hasta que don Pedro ya al borde del accidente neuro vascular  debido a la inmensa calentura que lo tenía aquella chamaca de cabellos dorados que le recordaban a esa otra Diosa que había conocido esa misma mañana, como pudo y a tirones le quito el mini vestido negro, para luego de hacer los mismo con sus sostenes se dio a chupar sus tetas que estaban de muy buen tamaño a pesar de no ser tan grandes como las de Elizabeth, se las chupaba con brutalidad, mordía y lamia sus pezones con desesperación, mientras la rubita quien ya estaba casi por entregarse solo se daba a sentir y disfrutar de los momentos previos en que se la iban casi a violar.

Cuando don Pedro termino de chuparle las tetas a la rubia, ella ya estaba por sufrir su primer semi orgasmo, todo era candente al interior de la lujuriosa casucha, el viejo metió su mano grande en sus pequeños calzoncitos rosados, para sentir el mismo que la pendeja esa estaba toda mojada, llevo su mano con los jugos vaginales a la boca de Claudia y la hizo probar su propio sabor, para luego besarla y así ambos catar aquellos exquisitos fluidos que les estaba regalando la madre naturaleza, el vejete repitió la operación varias veces, hasta que la caliente hembrita aun no muy segura de todo aquello termino chupándole sus dedos y besándolo, le encantaba el sabor de su propia conchita en su boca.

Como el mecánico se estaba besando asquerosamente con Claudia veía de reojo que su hermano no paraba de darle por el culo a Elizabeth, y que ambos estaban con los ojos cerrados entregados a lo suyo, este se dijo que por el momento lo mejor era entretenerse con la rubia, aun quedaba mucha noche por delante, así que nuevamente la arrojo al colchón luego se arrodillo y le levanto las piernas para despojarla de la última pieza de ropa que la cubrían, el viejo viendo aquella llamativa zorrita jaspeada por pelos dorados comenzó a babear casi en el acto y ya no aguantándose más metió todo su rostro en aquella húmeda vagina, y se la chupo toda, se la comía vorazmente raspándola con sus podridas encías, y con los pelos tiesos de su barba sin afeitar, la lamia como si fuese un perro hambriento, logrando arrancarle dos orgasmos seguidos a la Claudia que aun no daba crédito a todo aquello que estaba sucediendo, mientras que se sabía abierta de patas ofrecida a un viejo asqueroso, también veía desde su posición como su amiga

ahora se desclavaba de la verga de don Cipriano y se la comenzaba a chupar con hambrienta calentura puesta en 4 patas, pero ahora invertida hacia la verga del hermano de don Pedro.

Este último que de vez en vez levantaba su ardiente mirada para ver cómo iba reaccionando la rubia colegiala, la observa mirando con sus ojos abiertos como platos como su amiga se daba a chuparle la verga a su hermano por lo que rápidamente abandono la panocha de Claudia para gatear y ponerse de tras de ella, y así ambos tendidos en aquella infame colchoneta, el perverso vejestorio se dio a la tarea de envilecer a la rubia con el exuberante cuerpazo que se gastaba su amiga del alma.

–Que me dices rubita, jejejeje, no es una verdadera putita tu amiguita…

El viejo quedo alucinando con el simpático piercing de cadenita que la rubita tenía en su ombligo, a la vez le decía eso ultimo punteándola con su verga en la espalda, en donde Claudia se la sentía a veces con los ojos cerrados imaginándosela en su mente e intentando adivinar la cantidad de centímetros que esta debía medir, para luego abrirlos y ver como su amiga ahora nuevamente gateaba por el catre y se ponía en 4 patas y en donde don Cipriano nuevamente se la ponía por el culo con ella recibiéndola con cara de degenerada, la confundida rubia pensaba que como su amiga podía actuar de esa forma tan infame en aquella escuálida cama, hasta lograr que ella misma no dijera nada ante las vergonzosas condiciones en que la tenían y que la animaban a hacer eso con cualquiera de los dos vejetes.

El viejo Pedro creyendo saber lo que estaba pasando por la cabecita de Claudia se dio a continuar acalorando la mente de la rubia,

–Quieres ver de lo que es capaz de hacer tu amiga una vez que se calienta!?, jejejeje…

Ante el silencio de Claudia ya que su vista estaba puesta fijamente en los furiosos empalamientos que nuevamente estaba recibiendo su amiga por el trasero mientras tenia hundida su cabeza en la colchoneta, el osado de don Pedro se movió rápidamente poniéndose de pie para ir acercándose al mismo camastro en donde se llevaba a cabo el segundo enculamiento de la colegiala, el corazón de Claudia latía a mil por la tremenda ansiedad de saber qué cosa se le había ocurrido a ese perverso hombre, ya que lo veía aproximarse peligrosamente al lugar donde se estaban beneficiando a Elizabeth, hasta que lo escucho rugir de lo que se le había ocurrido,

–Levántala pendejo…! se lo haremos entre los dos, jajajajaja…!!!

Mientras Elizabeth se mantenía sintiendo como aquella vergota se le deshacía deliciosamente una y otra vez al interior  de sus intestinos fue cuando escucho la aguardentosa voz de don Pedro como le gruñía a su hermano de que la levantaran, y no siendo aun consciente de lo que ahora le iba a suceder, sintió los fuertes brazos de don Cipriano que los pasaba por debajo de los suyos para hacerla enderezarse y quedar con su espalda arqueada a la tremenda pansa que tenia este, para luego con espanto ver como un fiero don Pedro se ubicaba justo delante de ella con la verga que se ya casi se le reventaba de lo tan erecta que la tenía en aquellos momentos, mientras el viejo no paraba de jalársela.

Por su parte y al escuchar el semejante y desequilibrado requerimiento, una temblorosa mano de Claudia se comenzó a deslizar de sus caderas hacia una de sus tetas para ser ella misma quien se la comenzaba a sobar producto de la excitación que le producía estar viendo lo que solo a un metro de sus ojos le iba a suceder a su amiga que aun le estaban dando por el culo y la verga del viejo que la amenazaba por delante era tan grandota que por fuera llegaba hasta la misma altura del ombligo de Elizabeth.

La rubia estaba tendida de costado en el mugroso colchón y con su otra manita ya estaba haciendo círculos en su bajo vientre, y ya rozando sus primeros bellos púbicos, ni siquiera ella misma era consciente de que estaba a punto de comenzar a masturbarse viendo como su amiga  iba a debutar por primera vez en su vida en una doble penetración.

Cuando Elizabeth ya fue consciente de lo que le iba a suceder, por primera vez en la noche desde que don Cipriano se lo había metido a la fuerza cayó en cuenta de lo abominable que era toda aquella situación, si bien había estado disfrutando como una cerda mientras el hermano de don Pedro la enculaba, ahora recién sentía lo impúdico que era todo aquello, mientras de reojo veía como su amiga estaba tendida desnuda a un lado de donde estaba ella y mirando todo lo que ella había estado haciendo y de lo que ahora le iban a hacer,

Elizabeth –Noooo don Pedrooooo por favorrrr eso nooooooo…!, le dijo mientras en su mente retumbaban las palabrotas del vejete: «Levántala pendejo… se lo haremos entre los dos… «, la chamaca mientras suplicaba esto último ahora sentía como don Cipriano le movía lentamente la verga adentro de su recto, en tanto don Pedro seguía dando instrucciones como si su vagina fuese un motor más de los juegos de la feria,

–Jajajajajaja… Cállate zorraaaaaa!!! y demuéstrale a tu amiga que te la puedes con dos vergas la mismo tiempo, jajajajaja!!!!, –Vamos separa un poco mas tus piernotas para que le dejes libre la entrada a mi vergaaaa, así podremos culear rico entre los tres, jajajaja…!!!!, le exclamaba el vejete siendo el mismo quien con sus peladas manazas se daba a separar sus rodillas una de la otra,

Elizabeth –-Nooo…! suéltemeeee…!! don Pedroooo que haceeeee…!!!??? suéltemeeee, le decía la chamaca que al estar inmovilizada y empalada por don Cipriano solo veía como aquel demonio de hombre la preparaba para ser el mismo quien se la metería por delante.

Elizabeth quien ya estaba un poco mas lucida sentía una vergüenza tremenda por lo que le iban a hacer delante de su amiga, intentaba con todas sus fuerzas zafarse del viejo que la tenia apuntalada por atrás, pero era casi imposible ya que ella no tenía ni el tercio de las fuerzas que tenía su oponente, y sabia que si don Pedro se le acomodaba por delante ya todo estaría perdido, y así fue, don Pedro ya estaba tomando ubicación para poder penetrarla por la vagina.

–Estas deliciosa putita, jejejejeje, fue lo primero que le dijo don Pedro mientras luego de haberla estudiado de cómo estaba de sudada la chamaca por el tremendo culion que le habían estado plantando, el vejete ya acomodaba su verga en la entrada vaginal de la nena.

Elizabeth sentía con lagrimas en los ojos las manazas de don Cipriano agarrarla de las tetas, mientras que este no paraba de mover su verga por detrás de ella, como a su vez ya sentía la otra verga ya lista para asaltarla por delante, la chamaca apenas pudo ubicar sus manitas en los resecos pellejos del pecho de don Pedro, y a sabiendas de lo que iba a suceder se dio a implorar para que aquello no sucediera,

Elizabeth –Por favorrrr…! ya noooooo…! ya noooooo…!!, me van a matar a vergasos me duele los ds huecos…. les pedía con voz quedita y mirando hacia el lugar en donde la degenerada de su amiga ya había comenzado a masturbarse exquisitamente a la espera de que a ella se la violaran por delante y por atrás.

–Jajajajaja…!!! claro que si pendejaaaaa… jajajajaja…!!! ya verás que te va a encantar y luego te volverás adicta a andar revolcándote con dos y hasta con tres tipos al mismo tiempo, jajajajaja…!!!!

–Jejejejeje, y vaya par de melones son los que se gasta esta putaaaa…!, estas sí que son tetasssss…!! jajajajajaja…!!!! reía don Cipriano detrás de ella, mientras no para de sobajeárselas al mismo tiempo que le movía su tranca sacándosela y metiéndosela lo más profundo que podía.

Elizabeth quien ya estaba casi al borde de largarse a llorar miro hacia el cielo intentando buscar alguna explicación del porque le pasaba todo aquello a ella, pero solo pudo ver el techo de madera lleno de manchas de humedades, y cuando nuevamente se dio a abrir su boquita para pedir clemencia, sintió como la boca de don Pedro se posaba sobre la suya introduciéndole la lengua seguida de un chorro de saliva tibia y agria, con sabores a tabaco y alcohol rancio.

Elizabeth al sentir aquella apestosa y larga lengua que intentaba juntarse con la suya, en un acto reflejo de autodefensa se atrevió a morder con fuerzas aquel invasivo musculo lingual.

El viejo quien la soltó en el acto debido al fuerte dolor que sintió en su lengua se paso su mano por la boca como no creyendo lo que acababa de ocurrir y al escupirse en esta y verificar lo ensangrentada que le había quedado sin preámbulos ni nada tomo fuerzas con su mano derecha y le asesto una fuerte cachetada el pleno rostro,

–Plaffffffff…!!!!!, y que te pasa puta estúpida…!! me mordisteee…!!!!!, le bufo el vejete tras el doloroso y fuerte guantazo que le asesto con todas sus fuerzas al caer en cuenta de lo altanera que se había puesto la pendeja,

–jajajajaja…! te mordió la zorrita esta…!?, jajajajaja…!!!, eso te pasa por ser tan ceremonioso, se la vas a encajar sí o no pendejo, ya me estoy aburriendo de estarla culeando en esta posición mientras tú te das a besuqueos y mamadas por el estilo, jajajajajaja, reía don Cipriano al ver a su hermano con toda su boca con sangre.

–Bien zorraaaaa…!!! más tarde arregláremos cuentas los dos solos, esta puteada que me acabas de hacer no se quedara así, y no te servirán de nada tus lamentos y lloriqueos de estúpida, así que desde ahora intenta comportarte como una auténtica hembra porque eres absolutamente mía perraaaaa… estas clara putaaaaa??!!!!

Elizabeth temiendo que nuevamente le pegaran solo asintió con su carita surcada por las lagrimas.

–Nos vas a complacer hasta hartarnos zorraaaaa…!!!, la nena contemplo casi inmóvil como el asqueroso de don Pedro mientras le decía lo ultimo sin ningún preámbulo, metió de golpe su gruesa verga dentro de su vagina, pero esta solo logro ingresar hasta la mitad del erótico conducto intimo que tenia Elizabeth abajo de su pelvis.

–Aaarrrgggggghhhttt…!!!!, que gustazo putaaaaaaaaaaa…!!!! bramo el enardecido de don Pedro cuando sin aviso alguno se la dejo ir en forma casi impecable por el hoyo vaginal de la nena, –Culeaaaa… putaaaa…!! culeaaaa… jajajajaja…!!!, continuo bramando don Pedro justo al frente de su cara sin dejar de mover su miembro que la nena ahora si sentía que llenaba por completo cl culo y la concha, mientras don Cipriano golpeaba con su pene en forma inmisericordiosa por su retaguardia.

La desnuda Claudia con sus ojos verdes abiertos como platos continuaba masturbándose no perdiéndose ningún detalle de aquella impecable doble penetración en que mantenían a su amiga dos viejos degenerados que eran amigos de ella, mientras la rubia seguía mirando cómo se servían a su amiga ya casi estaba convencida de que ella no era la primera vez que lo hacía con esos tipejos, y que lo de las bofetadas solo eran  parte del repertorio sexual que se daban para gozar mas del coito ya que ella misma cuando fue testigo de la brutal cachetada en el rostro a Elizabeth casi se había meado de calentura, se preguntaba que desde cuanto tiempo que su amiga se daba a este tipo de entretenciones sin invitarla a ella.

Mientras tanto en el catre, ambos vejetes mantenían sus largas vergas bien embutidas por los distintos orificios de la colegiala, disfrutándola y empalándola con firmeza, sus acalorados movimientos eran firmes y rítmicos con los cuales ya casi levantaban en vilo a la chica, ambos miembro viriles eran largos y gruesos, Elizabeth así los sentía y solo sollozaba mientras su cuerpo era zarandeado y apretado por las traspiradas panzas de sus compañeros sexuales en aquel erótico sanguchito que estaban haciendo con ella.

–Uhumm…! que calentita esta tu panocha por dentro zorraaaa…!!! jaja…!!!, le decía don Pedro a la llorosa chamaca, mientras le tenía sus negras uñas clavadas en las suaves caderas de la nena, su enorme miembro se abría camino entre las estrechas paredes del interior de la jovencita que gimió notando como la verga de don Pedro la iba penetrando cada vez más profundo, lentamente pero sin parar, mientras este por cada agasajamiento que le daba agarraba mas fuerzas en las tiernas carnes de la joven, mientras por la reta guardia don Cipriano también hacia lo suyo. Elizabeth asi fue garchada como la puta que era pero le gustaba mucho la verga..

Los minutos pasaban y Claudia no paraba de pajearse la zorra a costillas de su amiga que era la que estaba llevándose la parte más pesada de aquella improvisada orgía a la cual su misma amiga la había invitado.

Mientras en el catre don Cipriano y don Pedro tuvieron que sujetar con algo más de fuerza a Elizabeth que a causa de aquellas excitantes fricciones que estaba sintiendo adentro de sus orificios la llevaron a tensar todo su cuerpo cuando en un momento tubo las dos largas vergas metidas bien adentro de ella, fue don Pedro quien aprovechando aquel excitante momento de la pendeja comenzó a bombear, primero con movimientos vigorosos pero lentos que hacían que su gruesa verga disfrutase del extasioso roce de las carnes interiores de la vagina, pero pronto y de un momento a otro sus embestidas fueron ganando intensidad, sus canosos y tiesos pendejos se enredaban exquisitamente con los bellitos íntimos de la nena por cada vez que se juntaban ambas pelvis.

El cuerpo de Elizabeth se movía dócil entre los dos hombres, hasta que sus dos manitas como por arte de magia comenzaron a subir por los pellejos de don Pedro hasta que en un momento dado y debido que aquella excitante fricción interna que la enardecieron sin darse cuenta ella de cuál fue el momento simplemente se abrazo al cuerpo que tenía delante de ella, aquellas vergotas nuevamente la tenían en el cielo.

–Jajajajajaja… mira rubia… te lo dijeeee…!, tu amiguita ya se calentó, jajajajaja…!!! le gritaba don Pedro a Claudia mientras la chamaca no dejaba de menearse intentando sincronizar sus movimientos con los de ambos vejetes.

Estuvieron culeandosela por casi 20 minutos por lo menos, y como ahí la voz de don Pedro era la campante, este fue quien le dijo a su hermano la brillante idea que se la acababa de ocurrir ya que aun no tenía ganas de correrse,

–Esta putilla está muy caliente y la potranca de su amiga esta en las mismas condiciones, jejejeje… qué tal si se la echamos a la rubia para que zorreen un rato, jajajajaja…!!!!

–Jajajajaja buena idea pendejo desde hace tiempo que no veo a un par de putas dándose entre ellas…jejejeje…

–Desclávala mi buen… yo me encargo, jejejeje…, dictamino finalmente don Pedro.

Don Cipriano le saco la verga del culo a Elizabeth lo cual se sintió como si descorcharan una botella, para luego don Pedro simplemente desclavársela por delante y tomarla brutalmente de sus cabellos para sacarla a rastras de la cama y arrojarla con fuerzas al colchón donde estaba Claudia de espaldas aun masturbándose con sus ojos cerrados y sus bellas piernas lujuriosamente abiertas.

Tanto Claudia como Elizabeth se vieron sorprendidas cuando casi sin darse cuenta estaban ambas tiradas el mugriento jergón, mientras los dos viejos totalmente desnudos se pajeaban la verga mirándolas cada uno con cara de cual ser el más desquiciado.

–Escúchenme bien par de zorras…! jejejeje, aun no son ni las tres de la madrugada, y de aquí no nos vamos hasta el amanecer, jejejejeje, y para eso aún faltan unas 4 horas por lo menos, así que como aun tenemos tiempo para culearlas todo lo que a nosotros se nos dé la gana, ahora nos harán las puteadas más ricas que se les ocurran, si obedecen la pasaran muy rico, pero si empiezan con sus mamadas de lloriqueos y alegatos les vamos a pegar, las culiaremos y luego nos largamos con sus ropas dejándolas abandonadas aquí y encueradas, jejejeje, y esto lo digo sobre todo por ti putilla, que después que culias y hasta te meas de calentura luego me empiezas a dar problemas con tus webadas de perjuicios estúpidos, jejejejeje, les dijo el viejo refiriéndose con esto último a Elizabeth que ya nuevamente estuvo a punto de ponerse a llorar, pero viendo el desencajado rostro del vejete prefirió tomar aire y aguantarse las ganas.

Claudia a quien la calentura se le paso en el acto al entender lo que ahora querían aquellos vejetes de ellas, y viendo como presionaban cruelmente a su amiga que a pesar de lo caliente que era ella por lo iba sabiendo ahora ultimo, igual no dejaba de ser tímida, muy caliente pero tímida al fin y al cabo se dijo la rubia intentando aclarar sus cavilaciones. Pero lo que realmente le molesto a la rubia era el trato déspota y autoritario que utilizaba ese asqueroso viejo para dirigirse hacia ellas, si bien lo había estado pasando medianamente rico hasta ese momento, ahora las cosas cambiaban rotundamente, ella no iba a aceptar que la trataran de esa forma ni a ella, ni a su amiga.

Los dos viejos quedaron sorprendidos al ver como aquella joven de cabellos dorados se ponía rápidamente de pie para increparlos,

–Y que se han imaginado ustedes dos par de viejos desgraciados… quienes se creen ustedes para venir a amenazarnos y tratarnos si como fuésemos de su propiedad…!?,

Don Cipriano y don Pedro una vez superadas sus primeras impresiones al ver ellos mismos como la Claudia desnuda como estaba intentaba sermonearlos como si ellos fueran unos críos se dieron a reírse de ella y decirle como eran las cosas desde ese momento,

–Jajajajajaja…!!! Ya… déjate de zorrerías de niña fresa, te vez ridícula ahí en pelotas y reclamando… jjajjajajja…!! solo tírate en el colchón y ábrete de patas rubia estupidaaaa…!!!, aquí viniste a culear con nosotros no a sermonearlos, le dijo don Cipriano mientras no paraba de jalarse la verga mirándola de pies a cabeza a esa chiquilla que algo tenia de su Diosa pero que le faltaba para estar a su nivel se decía para sus adentros, aunque al verle esa mamada en forma de cadenita puesta coquetamente en su ombliguito lo calentaban hasta la locura.

–Yo aquí no vine a nada viejo de mierdaaaa…!!!, le grito la exaltada y encuerada Claudia a don Cipriano, para luego continuar, — Elizabeth…! no seas mensa…! párate que ahorita mismo nos largamos…!, le exclamo la aireada colegiala a su amiga que aun se mantenía con los ojos llorosos y tirada en el mismo colchón en donde hacía ya un tiempo se habían culeado también a Gabriela.

En el mismo momento en que Elizabeth hizo el intento de ponerse de pie, don Pedro le rugió como un león,

–Tuuuu…!!!, ni se te ocurra ponerte de pie pendeja, recuerda quien es tu dueñooooo…!!!!

La sorprendida Elizabeth recuperando en el acto el respeto que sentía por ese bestial vejestorio solo bajo su mirada recriminándose por estar fallándole a su amiga que lo único que quería en esos momentos era defenderla,

–Y tu rubiaaa…! te aclaro que esta potranca me pertenece… y aprovecho de aclararte que tu desde este mismito día también pasas a ser una de mis yeguas, la cara del vejete era de un demonio, sus ojos nuevamente se le habían inyectado en sangre.

–Ella no le pertenece a nadie viejo cochino y yo menos… que acaso cree que por sus entraditas que nos dio de su mugrienta feria lo convierte en nuestro dueño…!? shssss…! donde la viooo…!!, así que déjeme pasar que ahora nos largamos, Elizabeth…te dije que te pusieras de pie y toma tu ropa…!!

Don Pedro ya no aguantando mas tanta insolencia por parte de la desnuda y rubia colegiala en un rápido movimiento la agarro de un brazo para luego tomarla del cuello para ir apretándoselo hasta hacer que la rubia poco a poco se fuera agachando a causa de la falta de aire, fue en eso que Elizabeth temiendo por la integridad de su amiga se lanzo a los pies del vejete para interceder por ella,

–Don Pedro nooooo… no la mateeeeee…! snifssssss…!! yo… yo les hare todo lo que ustedes dos quieran…!! sniffssss… pero no la mateeeeee…!!!

–Es que esta desgraciada se cree superior a mí…!! y eso yo no lo tolerooooo!!!!, hazte a un lado pendeja, que ahorita mismo yo le enseño a esta zorra que me debe respetar.

Elizabeth al notar que el viejo soltaba del cuello a su amiga se hizo a un lado quedándose arrodillada.

–cof…! coff…!! coffff…!!!, tosía Claudia una vez que iba recuperando el aire, en eso sintió que era tomada fuertemente desde los hombros por las manazas de don Pedro y que este simplemente la hizo tenderse de espaldas como a su vez se le echaba encima para luego de hacer que ella se abriera de patas meterle la verga sin ningún tipo de miramiento.

Claudia al sentirse nuevamente tendida de espaldas pero con la diferencia de que ahora el asqueroso hombre de don Pedro se le echaba encima con claras intenciones de violársela no alcanzo a reaccionar cuando ya sintió el contacto y calor de aquel tremendo falo que ya le estaban metiendo a la fuerza, y justo en el momento en que se vio obligada a abrir sus piernas sintió la irrupción completa de su verga hacia el interior de lo más recóndito de su intima  hendidura.

Al principio aquella tremenda y gruesa vergota no le entro tan fácil pues a pesar de estar muy lubricada con los líquidos de Elizabeth la cabeza de esta era un poco grande para su orificio vaginal, así que el viejo estando claro de esta situación se afianzo de las caderas de aquel cuerpo y empujo con fuerza.

–Arrrrrrrrrrrrrrrghhhhhttttttt…!!!!!!, rugió don Pedro al sentir su verga envainada en la cueva amatoria de la rubia…, –Así que este es el sabor de tu zorra rubia conchetumadreeeeeee…!!!!, le bramó el mecánico a la vez que le mandaba un asqueroso escupo en la cara también le pegaba otro feroz empujón encajándosela los más adentro que le permitieron sus fuerzas.

–Mmmmmmmffffsssssssssssss…!!!, gimió Claudia con su cara escupida una vez que se sintió llena de verga, a la vez que tenía que aguantarla.

El quejido de dolor que emitió la rubia al sentirse penetrada tan bestialmente por semejante tronco daban cuenta a todos los presentes que la altanera estudiante estaba atravesada totalmente, ella había sentido como ese grueso tronco se le había ido deslizando poco a poco hasta que topo por completo con su matriz, para quedar ambos cuerpos muy pegados.

Así se quedo por unos deliciosos momentos el eufórico mecánico, sin moverse y disfrutando del calorcillo que emanaba esa cuevita tan ajustada que se gastaba la altanera chiquilla que se las había querido dar de hembra brava con él, sentía las carnes interiores de la chiquilla como le apretaban exquisitamente la verga, por lo que luego de un momento decidió que ya era el momento de empezar a moverse sobre aquel delineado cuerpo que él había estado tasando desde que las hembritas habían llegado a la feria.

A los pocos minutos el vejete ya la ensartaba salvajemente mientras que con su pecho levemente levantado la miraba con cara de enojado, como si se la estuviera culeando con rabia, Claudia solamente la recibía con los ojos cerrados y con lagrimas corriendo de estos al saberse que se la estaban violando lisa y llanamente.

Por su parte don Cipriano y Elizabeth miraban el feroz tratamiento que estaba recibiendo Claudia, ya que don Pedro había comenzado a culearla como loco arremetiendo en forma animal sobre su curvilíneo y tonificado cuerpo, mientras la rubia lo recibía emitiendo unos lamentosos gemidos de dolor y aguante por cada estocada que le pegaban con fuerzas descomunales.

–Jejejejeje… después me la prestas cabron yo también quiero pisármela, jejejeje, le decía don Cipriano a su hermano, ya que su verga amenazaba con estallar en cualquier momento a causa de las reacciones que le provocaban en ella con los gemidos de la rubia.

Don Pedro quien mientras arremetía sin darle tregua a Claudia para que aprendiera bien quién era el que mandaba, como pudo volteo su cabeza para decirle a su hermano,

–Pus ahí tienes a la Elizabeth, ocúpate de ella que yo le voy a enseñar a esta potranca quien es su caballo desde hoy, jejejejej luego que este domada te la presto un rato para que la ocupes, jejejejeje…, reía el siniestro viejo con toda su cara traspirada.

–Jajajaja… sale pendejooo…!, le dijo el mecánico del Pie Grande a su hermano que seguía igual de caliente y desequilibrado como lo había sido desde que eran chamacos, –Y tu zorraaaaa…!!!!, dijo luego pero ahora refiriéndose a Elizabeth que seguía arrodillada sin saber qué hacer, –A chuparme la verga se ha dicho, si no quieres que te abofetee por mensa, jajajajaja…!!!!

La asustada chamaca al estar viendo como se estaban violando a su amiga se aplico en el acto para no hacer enojar nuevamente a los vejetes, ya que a ella se la habían zurrado de las primeras en aquella acalorada y lujuriosa noche de sexo desenfrenado, así que estando con la verga de don Cipriano muy cerca de su boca no fue mucho el trabajo que tuvo que hacer para tomarla con una de sus manitas e introducírsela lo que más pudo en su cavidad oral comenzando a mamársela como si de verdad se la quisiera comer con tal de que el viejo se sintiera bien con lo que ella le hacía. Con la verga ya en su boquita miraba con sus ojos verdes hacia arriba pestañeando sensualmente, aunque esto último lo hacía sin querer, como también a su vez miraba de reojo hacia un lado de su cuerpo para ver cómo iba la culeada que le estaban pegando a su amiga.

Elizabeth mientras mamaba la verga del hermano de don Pedro intentaba aplicarse de la mejor forma posible para que a su amiga no le fuese a pasar algo malo en las manos del viejo que la violaba, mientras don Cipriano seguía introduciendo se verga cada vez más profundo en la boca de aquella exquisita jovencita, tomándola en ocasiones de la nuca para ayudarse a introducirla lo más profundo que se pudiera, mientras una vez que bajo sus manazas se daba a  acariciarle las tetas sobándolas y apretándolas a su regalado antojo.

A los pocos minutos de todo aquello Elizabeth le practicaba la mamada de su vida a don Cipriano que este solo se afirmaba de su cabeza babeando  y con sus ojos en blanco, mientras a un lado de ellos don Pedro continuaba con sus movimientos de mete  y saca sobre el vejado cuerpo de la rubia, a veces lentamente y después aumentando el ritmo, por su parte Claudia ya no se quejaba, al contrario, a estas alturas ya se estaba dejando hacer, con sus ojos fuertemente cerrados y respirando solo por su boquita le daba a entender a cualquiera que estaba disfrutándolo al máximo así como también ya lo demostraba con exquisitos suspiros de placer.

Don Pedro al caer en cuenta del real estado de la rubia se encargaba de sobarla por todo el cuerpo mientras se la cogía, como también comenzó a darle tremendos besos en la boca, Elizabeth desde su posición y sin dejar de mamar aquel instrumento largo y grueso que por su forma de palpitar entre sus labios parecía que iba a estallar en cualquier momento, veía como su amiga con don Pedro cruzaban sus lenguas y juntaban sus bocas en forma apasionada, las manitas de Claudia ya lo abrazaban por la espalda, a la nena le dio la impresión que su amiga estaba gozando con todo lo que le hacían, ya que a cada momento parecía abrirse más de patas para el vejete.

Don Cipriano por su lado lanzaba terroríficos bramidos de placer, ya que notaba que su verga no le cabía toda en esa dulce boquita con labios de fresas, pero la nena estaba haciendo hasta lo imposible por meterse aquella brutal herramienta taurina entera en la boca, succionándola,  luego lamiéndose ella misma ambas palmas de sus manitas para masturbarlo rápidamente con estas, después acariciándola con sus labios, besándole el morado glande e intentando  meter la punta de su lengua por el pequeño orificio de aquella descomunal verga.

Hasta que el caliente mecánico de don Cipriano no se aguanto más y retirándole la verga de su boca de un solo destape, se arrojo al mugriento colchón para después tomar a la chamaca desde la cintura y subírsela sobre su verga. Elizabeth quien en estas materias también era una alumna adelantada y estando ya a horcajadas sobre la tremenda panza cervecera de don Cipriano sin ningún  esfuerzo abrió sus muslos más de lo que le exigía la posición en que se la iban a coger con la única finalidad de que al momento en que lo intentaran le entrara más fácilmente la verga pues debido a su anterior enculamiento sabía que el instrumento viril del hermano de don Pedro era tremendamente grueso.

El desesperado de don Cipriano al verse con semejante joven amazona montada sobre su panza y mirándolo con carita de entre asustada y caliente a la misma vez con gran dificultad apunto su tranca en la entrada vaginal de ella, y una vez que ya la tuvo posada en tan sublime abertura cerro sus ojos y acciono con fuerzas hacia arriba.

Con Elizabeth apoyada en el peludo pecho del viejo cerrando sus ojitos en clara señal de estar aguantando la presión de la verga en la entrada de su vagina, y con el viejo Cipriano con todo su rostro desfigurado por las fuerzas que hacía con su apéndice sin cejar en su feroz apuntalada, sintieron que por fin este ultimo hizo entrar  el casco de su descomunal herramienta en las carnes de la tierna y puta chiquilla.

La chamaca al sentir el ingreso de la cabeza de aquel grueso puntal de carne caliente lanzo un quejido de dolor y placer al mismo tiempo quedándose estática y respirando convulsivamente por la nariz, hasta que al sentir como esa monstruosidad vergal se comenzaba a deslizar hacia el interior de su vagina cerró sus ojos y se mordió el labio inferior en clara demostración de estar sintiendo y disfrutando el adentramiento de aquel tronco de carne surcado de nervios y venas para finalmente quedarse totalmente atravesada vaginalmente por el animalesco instrumento de don Cipriano.

Una vez que Elizabeth y don Cipriano se acoplaron sexualmente uniéndose al bacanal  de sexo en que ya estaba entregada Claudia con don Pedro, todo al interior de la casucha eran sonidos de maderas que se desclavaban y se caían, otras que crujían febrilmente al mismo ritmo de ambas cogidotas que se estaban pegando al interior de esta.

En tanto Elizabeth cabalgaba con los ojos cerrados en forma desesperada a su macho subiendo y bajando sus caderas por la aceitosa y bien parada verga, el viejo la tenia agarrada de sus ancas ayudándole a subir y bajar, mientras Claudia seguía recibiendo las feroces estocadas que le envainaba sádicamente don Pedro.

Después un enloquecido don Cipriano por estar cogiéndose a semejante potranca empezó a deslizar sus manos por las redondas y suaves nalgotas de la colegiala, sobajeando a manos llenas el tremendo culazo que se cargaba la muy condenada, en donde también aprovechaba de introducir uno de sus dedos en el orificio que aun se mantenía dilatado debido al salvaje tratamiento que había recibido momentos antes, Elizabeth al mismo compas en que lo cabalgaba le ponía sus chichotas en la boca para que el viejo se las chupara.

Al lado de ellos don Pedro ya estando algo cansado de estar arremetiendo de aquella forma y notando que en cualquier momento se podía ir cortado dentro de la rubia fue aminorando sus aserruchadas hasta desclavar su verga de la rubia, la cual salió toda mojada de distintos tipos de líquidos como así mismo una vez que se puso de pie una largo hilo de moquillo colgaba de su verga que aun la mantenía tan parada como al principio.

Claudia al notar el vacio en su vientre abrió sus ojos verdes, la chamaca estaba toda sudada y con su cutis sonrosado a causa del estado de calentura en que la había dejado el viejo Pedro, y al ver a un lado de su cuerpo la magistral galopada que le estaba pegando Elizabeth a la verga de don Cipriano se animo casi en el acto a auto complacerse con su mano puesta en su bien humedecida vagina, ya que vio que el viejo que se la acababa de violar estaba encendiendo un cigarrillo.

–Jejejejeje… bien… bien… mira nada mas como se revuelca esta zorra en tu verga mi buen, le decía don Pedro a su hermano, el vejete se había ido a sentar al catre vacio para descansar un rato. –Que tal si descansamos un rato, yo creo que esa furcia que te cabalga mejor que una puta a sueldo debe atender a su amiga, jeje, si la acabo de dejar en estado de calentura a la muy puta, y eso le podría hacer mal, jajajajaja…!!!!

Don Cipriano que estaba en el paraíso del placer a causa de la forma en que esa condenada chiquilla se meneaba sobre su verga, recordó eso de hacer que aquellas putillas se sobajearan entre ellas para brindarles el espectáculo de sus vidas, solo con esto rápidamente poso sus manazas en las caderas de la joven claramente haciendo que ella cesara en sus movimientos.

Una vez que Elizabeth ya estaba detenida pero aun empalada en la herramienta del mecánico se quedo mirando en todas direcciones ya que a causa de su calentura no había escuchado las intenciones de don Pedro, hasta que fue el mismo don Cipriano quien la ponía en conocimiento.

–Ya escuchaste pendeja, ahora debes atender a tu amiguita que se quedo en estado de calentura, jejejejeje…

Elizabeth aun no daba crédito a lo que estaba escuchando, y en el momento en que llevo su mirada al cuerpo de su amiga que seguramente se iba a oponer a esa situación como lo había hecho momentos antes se sorprendió al ver a Claudia que con cara de urgida se mantenía masturbándose y mirándola como a la espera de que ella le hiciera lo que los viejos estaban demandando.

–A que esperas encuincla!?, desclávate y hace tus putiadas con la zorra de tu amiga, jejejeje, aportaba don Pedro desde su ubicación.

– Elizabeth -Ehhhh… es que yo no se…

–Tu nunca sabes nada pendejaaaa…! solo acuéstate a un lado de ella y empiezas a hacerle cositas ricas, jejejje

En eso fue tomada desde la cintura por don Cipriano que ya quería disfrutar mirando como aquellas criaturas les brindarían una buena función haciendo guarradas entre ellas, el viejo se la desclavo el mismo y dejo a una muy nerviosa Elizabeth recostada a un lado del cuerpo de Claudia que seguía tocándose muy despaciosamente y con sus ojos cerrados. La única verdad de todo esto era que la rubia nuevamente se había abandonado ya que después de la colosal culeada que le había puesto don Pedro la tenían hirviendo de calentura.

Don Cipriano tomo ubicación a un lado su hermano y así ambos jalándose las vergas quedaron a la espera de lo que iban a hacer semejantes beldades.

–Y que están esperando par de putasssss…!??, tóquenseeeee mierdaaaaaa…!!!, vocifero don Cipriano desde su posición.

Claudia al notar la inexperiencia de su amiga en estas lides debido a lo agitado de su respiración que denotaba el inmenso nerviosismo que estaba sintiendo, y al tener ella algo de experiencia en juegos lésbicos con algunas de sus salidas amigas fresas, fue levantando su cuerpo para volverse hacia donde estaba una expectante Elizabeth que aun pensaba que eso que estaba a punto de suceder no estaba sucediendo (me entienden no?).

Elizabeth cuando vio a su amiga ponerse de rodillas sobre el colchón y que esta se acercaba a ella simplemente cerro sus ojos, no quería ser partícipe de aquella aberración, ella no era lesbiana se decía, y estaba segura que Claudia tampoco, pero estaba clara que si no acataban lo que habían pedido los viejos seguramente se las iban a zurrar y que era por eso que la Clau se estaba comportando de aquella forma tan desnaturalizada.

La nerviosa nena no supo en qué momento se vio recostada con el cuerpo de Claudia muy pegada al de ella, solo se daba a mantenerse con sus ojitos cerrados, hasta que sintió la manita de su amiga acariciando su cabeza, las muy bien cuidadas uñas de la rubia y de su otra mano ya las sentía pasando delicadamente por la piel de sus caderas, la acariciaba con tal delicadeza como si ella fuese una bebita, la nena estaba que se meaba ahí mismo ya que su corazón le latió a mil cuando recordó cierto sueño que había tenido con la rubia hace algún tiempo en donde hacían cosas más atrevidas que las caricias que le estaba haciendo Claudia.

Elizabeth solo se mantenía quietecita pero tiritando de nerviosismo y roja como un tomate, mientras seguía sintiendo las caricias de Claudia en distintos sectores de su cuerpo, incluso ya le había tocado el culo, la colegiala en aquellos momentos se quería morir, porque justo en el momento en que la rubia le acariciaba su cabello por el sector de su oído sintió un exquisito hormigueo en el estomago que bajaba hacia la parte más sensible de su cuerpo, y para rematarla la rubia acercando sus sensuales labios a la oreja de la chamaca le consulta,

–Te gustaaaa…?

Elizabeth abrió sus ojos pensando en que Claudia ahora sí que estaba loca, como le preguntaba una cosa que era anti natural, una perversidad con letras mayúsculas se decía, pero más escandalizada se quedo cuando sin saber el porqué de su respuesta, pero de sus labios salió un categórico:

Elizabeth –Siiiiii…

Claudia se inclinó sobre el cuerpo de la nena que estaba casi recostado en el pulguiento colchón, las tetas de ambas criaturas ya se oprimían entre ellas, hasta que la rubia simplemente entre abrió sus labios  e introdujo con suavidad su fresca lengua en la dulce boquita de Elizabeth, hasta que ambas boquitas quedaron unidas en un delicioso beso con lengua entre ellas.

La chamaca que estaba al borde de un ataque cardiaco igual correspondió aquel sensual beso, y comenzó a mover su lengua con la misma delicadeza en que lo hacia su amiga de niñez, en eso la manita de Clau fue bajando por el vientre de la nena hasta llegar a su vagina y como si eso fuese algo normal entre ellas comenzó a masturbarla muy delicadamente.

Ambas chamacas mientras se besaban y donde una de ellas masturbaba a la otra, de fondo escucharon los aplausos de los viejos que las vitorearon al verlas entregadas al sexo prohibido.

Claudia tras estar besándose con Elizabeth fue poco a poco abandonando los labios de su amiga para ir bajando por su cuello hasta llegar a sus tetas, la rubia antes de chupárselas, ordeno sus rubios cabellos y se ubicó en 4 patas, separando un poco sus piernas para así regalarles una postura más sugerente al par de degenerados que las estaban obligando a hacer todo aquello.

Ya estando en posición y sin esperar nada mas la rubia estudiante abrió su boquita y comenzó a chuparle las chichotas a su amiga, intercambiando delicados lengüeteos en los pezones y lamidas por todo el contorno de estas, se pasaba de una a la otra, mientras la nena ya sentía una exquisita electricidad que transmitía su amiga desde sus labios hacia sus tetas, lo que se transformo en una agitada respiración a boca abierta por parte de la chamaca que ya se estaba comenzando a calentar ante tan delicada sesión de lamidas nunca antes sentidas por ella.

Elizabeth sintiendo los labios de su amiga en sus pezones levanto su carita para mirarla, la vio puesta en 4 patas mientras intentaba sacarle leche con una de sus tetas puesta en su boca y succionándola.

Instintivamente nuestra colegiala quien aun se mantenía con sus muslos recogidos y abiertos de par en par con la manita de Claudia haciendo delicadas líneas en su vagina, poso ella también una de sus manitas en la cadera de su amiga para luego comenzar a correrla hacia el culo de la Clau, cosa que envalentono a la rubia para ir bajando con sus labios por el suave vientre de Elizabeth hasta llegar a la parte más deseada por la jauría masculina que conocían a la chamaca.

La desnuda rubia quien también se sintió atraída por aquella erótica y femenina hendidura tras mirarla detenidamente y casi comiéndosela con sus entre cerrados ojos verdes cerro sus ojos y abrió sus labios hasta juntarlos con la parte superior de la vagina de Elizabeth, quien esta ultima al sentir aquel casi mágico y delicioso contacto automáticamente elevo sus caderas para hacer más completa aún la unión de su vagina con la boquita de su amiga.

Claudia tras sentir y engolosinarse con los ácidos sabores de la vagina de Elizabeth, siempre con sus labios muy pegados a esta saco su lengüita y la introdujo todo lo que pudo en esa fresca fruta en sazón que su amiga le movía suavemente al mismo compas en que ella le lamia, hasta que en un momento se separo y giro su cara para mirar a Elizabeth, la chamaca quien abrió sus ojos y vio que su amiga la miraba desde su posición la escucho que esta le decía,

–Ricaaa… la tienes muy rica Elizabeth…, la colegiala que aun no se la creía de lo que le estaba diciendo su amiga del alma se estremeció ante una rara sensación que le produjeron en su estomago aquellas deliciosas palabras, la rubia le consulto, –Quieres que sigaaa?, Elizabeth tras escucharla solo se limito en asentir con su cabeza.

En eso se paro del catre un eufórico don Pedro que estaba que se las culeaba a las dos juntas por las guarradas que estaban haciendo, pero él quería mas,

–Jajajajajaja… delicioso par de putas…!!!!, pero… tu chamaca, dijo refiriéndose a Claudia, –Pregúntale a esta puta si le gusta que le comas la conchaaa… y tu zorra le dirás que te encanta… jajajajaja…!!! vamos rubia preguntaleee…!!!

La rubia que por un momento se había olvidado del par de vejetes se lo quedo mirando y lo vio con su tremenda herramienta que se le mantenía bien parada y botando hileras de mocos a causa de la tremenda calentura en que ellas mismas lo mantenían con toda aquella lujuriosa sesión de sexo lésbico que les estaban brindando, y por motivos estrictamente carnales ya que ella deseaba sentir nuevamente la verga del viejo taladrarle su estomago, dejo de salir de su boquita en forma entre cortada la peladez que quería escuchar el salido vejestorio,

— Elizabeth te gus… ta… que te co…ma la con… chaaaaa…puta si ?!!!

Elizabeth tragando saliva y mirando como los dos viejos se jalaban la verga, ya que ahora estaban parados uno a cada lado del colchón, también le contesto a su amiga como don Pedro quería escuchar,

Elizabeth –Si Clau… me en… canta como me comes la c… con… chaaaaa…!!!

Es claro que ambas jovencitas estaban siendo obligadas a dirigirse entre ellas con un vocabulario más bien ordinario, pero también es real que con solo pronunciar aquellas peladeces ambas se calentaron aun más de lo que ya estaban, en su fuero interno les había encantado decir aquellas guarrerías.

En eso Claudia enterró su cara en la vagina de Elizabeth, como a su vez empezó a mover sus rodillas claramente echando su tronco y cintura en posición opuesta a como estaba la nena quien veía como su amiga acercaba sus muslos cerca de sus tetas, y mientras Claudia lamia, chupaba y succionaba la vagina de nuestra chamaquita, la condenada rubia cual abominación alzo uno de sus muslos para pasarlo por sobre el cuerpo de su amiga hasta quedar acomodada como ella había querido. El 69 ya estaba listo, con Claudia montada a la inversa sobre el cuerpo de Elizabeth.

La nena quien por primera vez en su vida estaba en tales condiciones con una hembra, no supo el porqué de su reacción cuando tras de mirar a solo centímetros de sus ojitos verdes la delicada vagina dorada de Claudia y de deleitarse con los dorados pelitos que ella poseía en su parte intima termino en forma casi de desesperación de agarrarse con ambas manitas a las a las caderas de su atractiva amiga para luego de haber mirado todo lo que quiso, abrir su boquita de rosa para también comenzar a comerle la zorra a su intima amiga.

Los viejos no se la querían creer, ahí estaba el par de chamacas haciendo un hermoso 69 femenino que nadie les había pedido, ambas hembritas se retorcían y se movían en forma acompasada, sintiendo que se derretían por lo muy rico que estaban sintiendo cada una con su boca puesta en la panocha de la otra.

Fue Claudia quien en un momento dado alzo su carita que estaba poseída por la lascivia para transmitirle a todo el mundo lo muy rico que estaba sintiendo,

–Ohhhh cielo…! que rica me chu…pas puta la z… zorraaaaaaaaa…!! le dijo mientras le restregaba la panocha en la boca a su amiga como una perra en leva, mientras seguía con sus guarradas, –Así… asiiiiii… pásame la lengua por la concha amigaaaaa… ahoraaaaa…  comemelaaaa…!!!, le imploraba la rubia mientras le mandaba un diluvio de jugos vaginales a medida que sufría una oleada de ricos orgasmos, jugos que Elizabeth tan caliente como la misma Claudia se los fue tragando todos a medidas que salían expulsados de la vagina de su amiga.

Una vez que la rubia termino de correrse le mando una última serie de lamidas a la atrayente vagina de Elizabeth para luego pasar ambos brazos por debajo de la cintura de Elizabeth y dejarse caer hacia un lado hasta lograr quedar ahora ella de espaldas y con Elizabeth montada a la inversa sobre su cuerpo.

Este nuevo 69 fue de por si alucinante, el escultural cuerpo de la colegiala en aquella celestial posición invitaba a cualquier macho a devorarla, y así lo estaban haciendo los vejetes, quienes se la devoraban con sus libidinosas miradas y con sus vergas. Miraban esas chichotas perfectas que caían y se mecían por cada movimiento que hacia la nena, y esos preciosos hoyitos que se le formaban en la espalda en la parte misma de donde le nacían las curvas de su cintura.

Fue don Pedro quien no aguantándose las ganas que siempre la había tenido a la pendeja esa que no respetando el 69 de las chamacas se ubica detrás de Elizabeth y le metió la verga por la panocha sin pedirle ni siquiera el permiso a ninguna de las dos.

La nena quien en esos momentos estaba muy concentrada lamiendo la acida y salada vagina de Claudia sintió la irrupción por su panocha por lo que se volteo como pudo hasta que su mirada se encontró con la burlona mirada de don Pedro, quien estaba maravillado al tener ese tremendo culo ante él, y ensartado por el tajo delantero de la atrayente chamaca, hasta que lo oyó decir,

–No te preocupes zorraaaa… solo te culiare un ratito para que lueguito sigan en lo de ustedes, jejejeje…

Elizabeth no le respondió, solo respirando agitadamente al sentirse nuevamente llena de verga volteo su mirada y llevo sus rojos labios a la zorrita dorada de Claudia para seguir lamiéndosela, hasta nuevamente interrumpir esta nueva y deliciosa tarea ya que el vejete había comenzado a culearla como un energúmeno,

Elizabeth –Aahhh… ahhh… uhhh… siii… ahh… ahh…, gemía la puta  ante las fieras apuntaladas que le pegaba don Pedro, mientras don Cipriano no paraba de jalarse la verga viendo a su hermano en acción,

–Te gusta cómo te como tu culiooooo…?!!!!, le consultaba el viejo metiéndole la verga lo más adentro que podía mientras sentía como Claudia le lamia las bolas de vez en cuando en los momentos en que se las podía alcanzar.

–Aahhhhhh…! siiiiiiiiiii…!!! Aahhh…!!! Aahhh…!!! m… me… encantaaaa…!!!!, respondía la chamaca con sus ojos cerrados y sintiendo cada fricción interna que el viejo le regalaba con su verga.

–Muy bien putitaaaaa…!!!, prepárate que ahí te voyyy…!!!

Don Pedro empezó a embestirla con una serie acelerados vergasos que hicieron estallar a la nena en un delirante orgasmo. –Plafff…! Plafff…!! Plafff…!!! Plafff…!!! Plafff…!!!!, retumbaban las suaves y vibrantes nalgotas por cada choque con la cintura del vejete.

Elizabeth –Aaaaaahhhhh…!!! siii…!!!!! don Pedroooooo… p… papii…! Ssiii…! Aahhh…!!!

–Toma zorraaaaa…!! tomaaaaaa…!!!!, bufaba el vejete bien agarrado a las caderas de Elizabeth y con sus ojos resquebrajados debido a la tremenda calentura en que lo tenían el par de chamacas.

Don Pedro dándose por satisfecho le retiró la verga de un solo jalón hacia atrás dejando a la pobre Elizabeth al borde del orgasmo, pero la nena se vio beneficiada por las tibios labios de su amiga que en cuanto vio desocupado el atrayente tajo intimo de su amiga no lo dudo para comenzar a comérsela en el acto y en forma hambrienta, lo que animo a la chamaca a sumirse ella también en la entrepierna de su amiga, entregándose ambas nuevamente a lo que estaban haciendo cuando fueron interrumpidas por el lujurioso mecánico.

Tras unos deliciosos minutos en que las calientes chamaquitas estuvieron rodando por el mugriento colchón sin dejar de comerse los coños, fue la rubia quien estando nuevamente montada sobre Elizabeth procedió a desmontarse y girar su cuerpo para comenzar a besarla, ambas hembritas se comían la boquita en forma natural si como lo hubiesen hecho por toda su vida.

Claudia quien estaba olvidada de todo y sin ni siquiera prestarle atención a los viejos que no paraban de masturbarse tras separarse de un sensual beso fue quien le propuso a su amiga:

— Elizabeth… culiemos entre no… so… tras…!?, le propuso la rubia con sus dorados cabellos enarbolados y con su respiración totalmente agitada debido a la gran excitación en la que se encontraba,

Ahora sí que Elizabeth estaba que se meaba en cualquier momento, como era eso que Claudia quería que ellas dos culearan, eso se suponía que era entre hombre y mujer,

–Clauuuu.. q… que es lo que me dices…? nosotras somos mujeres…

–Vamos Elizabeth… no seas tontaaaa…! acaso nunca has hecho la tijera con alguna amigaaaa, jijiji. Claudia en esos momentos lo único que deseaba era juntar su zorrita con la de su amiga, pensaba que sería muy rico obtener de su Elizabeth ese tipo de comunión.

La rubia sin esperar respuesta y con una sonrisilla de una verdadera viciosa comenzó a mover su cuerpo hasta ubicarse al frente de Elizabeth para luego comenzar a entrecruzar sus piernas con las de la asustada chamaca que viendo la posición que adoptaba Claudia su mente ya le graficaba la forma en que ellas iban a culear según lo solicitado por su amiga.

1 minuto antes don Cipriano tubo que casi ahorcarse la verga para no lanzar los lecherazos al aire cuando escucho a la putilla rubia decirle a su amiga que prácticamente se la quería culiar, mientras don Pedro observaba toda la acción al otro lado de la colchoneta pajeandose como un mal nacido.

Ambas vaginas estaba una frente a la otra con Elizabeth puesta de espaldas y apoyada sobre sus codos, mientras Claudia se había cruzado de lado pasando uno de sus muslos por debajo de una de las piernotas de Elizabeth y el otro tenerlo por sobre el estomago de la nena.

Ya todo estaba dado para la tijera femenina que iban a realizar las chamacas.

Elizabeth siendo asaltada por un enloquecedor estado de lujuriosa calentura y no importándole que la escuchara don Pedro y el otro viejo, con sus ojitos vidriosos le dijo a su amiga,

–Culiame… Clauuuu…,

La rubia que estaba poseída por el demonio en aquellos momentos sin pensársela mas se aferro a un muslo de Elizabeth e hizo avanzar su vagina hasta hacer contacto con la de la nena.

Ambas vaginas una vez que se juntaron comenzaron a moverse delicadamente y al unísono, los pelitos íntimos de cada una de las jovencitas se enredaban producto de como cada una de sus dueñas se refregaban entre ellas, hacían desquiciantes círculos para luego de volver a unirse friccionarse para ambos lados y volver a realizar aquellas enloquecedoras  ondulaciones con las que se buscaban.

A los pocos minutos los movimientos de cintura que hacían las hembras se hicieron más enloquecedores, las chamacas se estaban dando con todo, y esto se manifestaba en la parte baja de ambas pelvis, ya que sus vaginas estaban rebosantes de los líquidos íntimos que cada una iba soltando por la concha, a estas alturas ambas chicas sabían lo que tenían que hacer y cómo moverse, sus panochas se besaban y chupaban apasionadamente, mientras las nenas empujaban sus cuerpos rítmicamente, en esos momentos lo único que se escuchaba en la habitación era el sonido húmedo de las vaginas que se raspaban, que también se sumaban a los gemidos de placer de ambas jovencitas que se entre mezclaban con las pesadas respiraciones de los viejos que no se perdían detalles de todo lo que ahí estaba ocurriendo.

–Esoooo… asiiii es… muéveteeeee… culiameeeee…!!! le pedía Elizabeth lascivamente a Claudia.

La rubia quien noto que su amiga estaba lista para el orgasmo aumento la rapidez de sus movimientos y ondulaciones de vagina, mientras la chamaca sintió una oleada de placer femenino que la hizo enarcar su espalda y empinar su vagina en busca de la de Claudia que se mantenía pegada a la de ella hasta que su desborde orgásmico fue imparable, ya que sintió que desde su panocha se expandían innumerables descargas eléctricas que se expandían a  cada rincón de su cuerpo.

–Ohhhhh…! ricooooo…! Clauuuuu… mi vidaaaa…!! me corrooooooo…!!! rica… tu zorritaaaaaa…!!! Aayyyyyy…!!!! Ayyyyy…!!! Mmmm…!!! Ayyyyyyy….!!! ricoooo…!!! ricoooo…!! ricc…!! ricooo…!

La nena quien aun se orgasmeaba fue atacada por una serie de espasmos que electrificaban cada una de sus extremidades haciendo que comenzara a mover la zorra en forma desesperada, en tanto la rubia que al sentir aquellos frenéticos movimientos que hacia su caliente amiga hicieron que su acalorada concha se deshiciera en un fenomenal orgasmo que se fundió con el de Elizabeth, ambas vaginas daban la impresión de estarse meando por la exagerada cantidad de jugos que eyectaban fuertemente hacia afuera por cada contacto que hacían entre ellas.

–Ohhhh…! yo tambiennn… me voyyyy…!! me voyyyyyy…!!! Elizabeth que ricoooo te muevesssss…!!! así…!!! así…!!! así…!! mi amorrrrrr…!!! Ahhhh…!!! Ahhhhhyyyyy…!!! ricaaaa…!!! ricaaaaa…!!! Mmmmmmm…!!! ricaaaa…!!! r… re… re…friégame tu conchaaaaaa…!!!! que me corrooooooo mamiiiiii…!!!

Fueron 90 segundos de gritos contorsiones y guarradas que se estuvieron diciendo las pervertidas chamacas hasta que una vez que se les relajaron los músculos de sus cuerpos y de la zorra de cada una, quedaron tendidas ambas en posición opuesta y con sus hermosas piernas abiertas respirando agitadamente con los ojos cerrados, Elizabeth con sus dos brazos abiertos como si de una batalla viniera, y Claudia con sus dos manitas puestas en la cara.

–Vámosle los dos a la Elizabeth mi buen, pero de a uno, le dijo don Pedro a su hermano. –Dásela tu primero te veo algo urgido… jajajjaja…!!!, le otorgó el viejo a su hermano el beneficio ya que lo veía a él más desesperado por descargar su simiente,

–Gracias pendejoooo…!!! ahí le voy a esta chamaca desgraciadaaa… jajajaja…!!!

Don Cipriano con su verga rebosante de semen caliente, vio a la atractiva chamaca tendida en aquel colchón con sus bellas piernas totalmente abiertas, la nena aun no se recuperaba completamente del delirante orgasmo sufrido al haber estado haciéndolo con Claudia, como tampoco se daba cuenta de que el hermano de don Pedro la miraba con la misma cara que un desequilibrado caníbal mira un cuerpo humano antes de comérselo, y era eso lo que el viejo deseaba en ese momento, comerse literalmente a esa joven ninfa que se exhibía inconscientemente en todo su esplendor juvenil.

Ya no aguantándose mas el ansioso mecánico se echó sobre aquel soberbio cuerpo ofrecido para él y sin darle tiempo a nada se la ensarto de un solo envión, lo que hiso que la semi inconsciente chica cayera en cuenta que de nuevo se la habían metido. Por su parte Elizabeth ante la feroz ensartada que recibió y si como ella estuviera solo hecha para darle placer a quien quisiera se limito solo a aferrase a las anchas espaldas del mecánico y a recoger nuevamente sus muslos para que las aserruchadas le fueran mas fáciles y profundas para el vejete.

Claudia quien estaba recostada justo al frente donde de nuevo se la estaban metiendo a su amiga solo se dio a encogerse sobre el colchón y mirar la violación en posición fetal como también sintiendo nuevas sensaciones en su vagina al sentirse participe de todo aquel bacanal de sexo desenfrenado en el que había participado junto con su mejor amiga.

Don Cipriano estaba en la gloria, empujaba, metía, ensartaba y agasajaba el imponente cuerpo de la colegiala quien bien aferrada al pecho del hombre también aportaba meneando su cintura para adelante y atrás por cada estocada que recibía, pero fue tanto el sube y baja de su vagina y las apuntaladas del hombre que ya no pudieron resistirse más y ambos se corrieron en una intensa explosión de placer, en la cual Elizabeth para sentir más rico todavía incremento el ritmo de sus movimientos hasta que ya estando superada por tanta calentura que estaba sintiendo en su mente lanzo un lujurioso grito de gloria y gozo al mismo tiempo, atenazándose con desesperación al grotesco y peludo cuerpo de don Cipriano, que este por su parte justo en el momento en que la hembrita bramaba de placer le inyecto con fuerzas al interior de su vagina una gran cantidad de leche caliente y media amarillenta, inundándola de tal manera que una vez que estuvo llena, esta le escurría por los lados de su verga la cual todavía no se reducía de tamaño, fueron varios los espasmos que lanzaron borbotones de vigoroso semen espeso, llenándola por completo hasta lo más recóndito de su matriz.

Mientras todo esto estaba ocurriendo, la delirante escena sexual estaba siendo contemplada por una asustada y caliente Claudia que a pesar de todo lo vivido aun no se convencía que la mujer que en esos momentos estaba culiando con un viejo de lo mas ordinario, era su amiga Elizabeth,  la nena mas tímida de toda la clase, la misma que se sacaba las mejores notas en el colegio y que era la más bien portada de todo su curso, por más que se repetía todo aquello aun no lo creía y que para rematarla solo hace unos pocos minutos se habían mandado una colosal sesión de sexo entre ellas a solicitud de aquellos tipejos que trabajaban de mecánicos.

Por su parte don Pedro quien había mirado orgulloso como su hermano se cogía a su mujer a penas este se echó como un animal muerto al lado de ella, no lo dudó para acomodarse en la misma posición en que se lo habían hecho reciencito a la casi desmayada chamaca, el degenerado viejo sintió que la sangre le hervía de deseo y que nuevas fuerzas le renacían en su mugriento cuerpo al ver en las lamentables condiciones en que estaba la colegiala y notando lo indefensa que se encontraba al aun mantenerse tal como la había dejado su hermano aprovecho esta instancia ya que en esos momentos tenía una erección tremenda, su verga que estaba totalmente encorvada casi le exigía a su dueño colarse  y entrar en esa vagina recién rellenada con semen caliente.

El lujurioso y fiero mecánico de la feria ya estando casi montado sobre el escultural cuerpo de la colegiala contempló por última vez a su presa antes de volvérsela a culear, vio la perfecta curva de la cintura  con su piel blanca y tersa, para seguir más abajo y otra vez toparse con ese alucinante triangulo apenas visible de bellitos negros, –Es hermosa esta desgraciada, ahorita mismo vas a saber lo que es una buena verga, jejejeje pensaba y reía para sus adentros el abominable vejete.

Don Pedro ya no esperando nada mas tomo su descomunal miembro de características muy parecidas a las de su hermano y lo paso por el estrecho y resbaloso canal vaginal que se abría entre medio de los dos muslos abiertos de la jovencita. Había dejado que su salido hermano disfrutase con la bella putita que el se había encontrado, pero él estaba dispuesto a pagarse con creces del tremendo placer que le acababa de otorgar al muy infeliz y egoísta, se decía, pero eso sería más adelante, por ahora se había conformado con cogerse a la rubia como también ahora se proponía hacérselo nuevamente a Elizabeth, así que ya sin pensar más en el asunto puso su aceitoso glande entre los pliegues de la vagina que estaban bien humedecidos por los residuos de su hermano, para luego de juntar sus pellejos del pecho con las turgentes tetas de la mamasota esa instintivamente empujo la verga para adentro.

El grueso y potente miembro de don Pedro se abrió camino con poderío por aquel conducto vaginal que estaba anegado en semen amarillento, la nena que gimió notando como otra verga nuevamente la iba penetrando lentamente, pero sin parar asumió su papel tal como lo había venido haciendo desde que la habían metido al interior de aquella cochambrosa y mugrienta casucha de campo.

Mientras a Elizabeth ya la iban culeando con más fuerzas, y la verga ya taladraba enfurecida la matriz de la chamaca, don Pedro continuaba embistiendo implacablemente con su verga endurecida por entre medio de las paredes interiores de la chica, a la vez que le atacaba con su boca desde el hombro desnudo, pasando por el cuello hasta llegar a sus labios semi abiertos, lamiéndolo todo, con lo cual nuevamente se anotaba que la jovencita a parte de abrirse de patas tal como lo había hecho con su hermano, ella ahora había salido de su estado y nuevamente estaba llena de escalofríos que la exasperaban y la calentaban hasta la locura, hasta dejar salir de sus labios lo que su propia calentura le demandaban,

Elizabeth –Aaaaaaahhhhh…! Aaaaaaahhhh…!! gemía la colegiala en cada nuevo espolonazo que le mandaba don Pedro con su vergota que estaba en llamas debido a toda la excitación acumulada en las horas de desenfreno que llevaban con ambas colegialas.

Ahora ya sin ningún tipo de consideraciones le plantaba estocadas con  movimientos de adentramiento salvajes sin cesar de mover su cadera y apéndice de atrás para adelante ensartándola bestialmente, sintiendo y absorbiendo el impacto la resbalosa vagina de la casi muerta Elizabeth que aun se daba fuerzas para responderle a cualquiera de los dos vejetes.

Mientras esto le sucedía Claudia quien veía esta nueva violación, o lo que fuera, con sus ojos abiertos como platos ya que había jurado de guata que esta vez Elizabeth no reaccionaria, pero ahí estaba nuevamente su amiga cogiendo y quejándose de calentura como la peor de las putas.

Más de 20 minutos estuvo don Pedro bombeando como loco el flagelado cuerpazo de la colegiala.

En tanto la nena en aquellas acaloradas horas había bajado de peso por lo menos 1 kilo y medio por todo lo que estaba traspirando, con su esbelto cuerpo sudando y brillando alucinantemente se daba a sentir y gozar al máximo con los vigorosos movimientos en que el mecánico la tomaba como su mujer, por cada momento que pasaba las embestidas que le asestaban iban ganando intensidad, el cuerpo de la chica se movía rítmicamente de atrás y hacia adelante en el inmundo jergón debido a los firmes apuntalamientos en que la sometían.

Don Pedro quien estaba preso por la lujuria y lleno de excitación comenzó a darle unos fuertes y aceleradas estocadas, a la vez que todos los poros de los pellejos de su cuerpo junto a sus músculos se vieron envueltos en unos impresionantes espasmos de placer al mismo tiempo que le soltaba chorros de semen dentro del estomago de la chamaca que al notar lo que sucedía también jadeaba sin parar, llegando con gritos de toda índole a otro orgasmo junto a su macho.

Ahora sí que la chamaca se podría decir que le habían literalmente moqueado todo su estomago, el semen por dentro de su cuerpo lo cubría todo, como también se escurría por entre medio de sus órganos internos.

El ya más calmado vejete una vez que espero unos segundos, se relajo y sin decir palabra se levanto dejando a la chamaca en el suelo, a Elizabeth le extraño la rapidez en que el vejete se retiraba, pero más extrañada se quedo al ver que su amiga estaba galopando como desaforada a don Cipriano.

Claudia estaba agachada y puesta en cuclillas con sus dos manitas puestas en el peludo pecho de don Cipriano quien estaba estirado como muerto y botando babas sin darse cuenta, la cabalgada que le estaba dando la rubita era de campeonato, ya que ambos no se habían aguantado las ganas al estar viendo como los otros dos culeaban tan rico y ellos mirando.

El siniestro de don Pedro quien veía el delineado cuerpo de aquella jovencita rubia y con aspecto de nórdica, que saltaba y exprimía la verga de su hermano, aprovecho aquel momento para ir hasta donde estaban sus pantalones y sacar del bolsillo de este su teléfono celular, luego como todo un delincuente y sin interrumpir a la pareja tomo unas cuantas fotos, para después también hacer un video de 20 segundos de la colosal cacha que se estaban pegando, esto no fue advertido por don Cipriano, don Pedro ya dándose por satisfecho con su treta rio diabólicamente a la vez que guardaba su celular con la grabación y las fotografías en la memoria de este.

–Que mierda te pasaaaa pendejoooo…!!! bufo don Cipriano cuando volviendo en si vio como su hermano había tomado a la rubia y la había arrastrado hacia un lado de Elizabeth quien recién se recuperaba de su ultimo orgasmo.

–Jajajajaja tranquilo wey… esta rubia tiene una misión, jajajaja.

Luego que don Pedro la dejo tendida de espaldas a una extrañada Claudia que nuevamente estaba caliente debido a la cogida que se había estado pegando con don Cipriano escucho como este detestable viejo sin dientes ahora se dirigía a Elizabeth.

–Tu pendeja muévete despacio y ponle la concha en la boca a esta putaaaa…!!! jajajaja…!!! vamos rapidoooo…!!! antes que se te salgan los mocos de la zorraaaa…!!!, jajajajja…!!!!!